

‘Tubular Gold’, medio siglo del lanzamiento de uno de los discos clave de la historia
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José Cantos Carnicer es un zaragozano afincado desde hace años en Teruel apasionado por la música. Aunque reconoce que nunca ha aprendido a tocar ningún instrumento, es un auténtico intelectual de la música y de la historia de los géneros musicales, cuyos gustos abarcan un extenso arco, especialmente la música instrumental o el enorme cajón de sastre que se denominó new age en los años 90. A este último se dedica fundamentalmente su blog solsticiodeinvierno .blogspot.com, donde hay más de 500 discos ampliamente reseñados.

En 1996 publicó Mike Oldfield (Ed. Cátedra), la primera biografía que existió en español del compositor de Tubular Bells. Y recientemente ha publicado junto al madrileño Héctor Campos Tubular Gold, una obra creada a propósito del 50 aniversario de ese disco que marcó un antes y un después en la historia de la música -publicado en realidad en 1973-. Una obra única que habla de la historia menos conocida de Mike Oldfield, escrita por sus propios protagonistas.

Historias cercanas a Oldfield
Además de gran cantidad de fotografías, el libro está formado fundamentalmente por relatos escritos con los testimonios de personas que han trabajado hombro con hombro con Mike Oldfield. Aunque el propio Cantos afirma que “tampoco trabajó nunca con grandes estrellas de la música”, si que colaboró con infinidad de cantantes e instrumentistas de clase mundial, aunque no tan conocidos a nivel popular. Hablamos de gente como Bonnie Tyler; Tony Palmer; Steve Winwood; David Gilmour; Maggie Reilly, la voz de Moonlight Shadow que es seguramente la canción más conocida del británico; Tom Newman; Roger Chapman; o Rosa Cedrón, cantante y violonchelista de Luna na Lubre, que colaboró con Oldfield en varios trabajos como Tubular Bells III.
Sin embargo la obra, que requirió más de dos años de trabajo para recavar, estructurar y redactar todos esos testimonios, resulta todavía más interesante por los protagonistas más desconocidos; técnicos de sonido, productores, periodistas, camareros, fotógrafos e incluso lutieres... profesionales al otro lado de la cámara que conocen al auténtico Mike Oldfield, al de fuera de los focos.
En total son 116 personas de todo el mundo y de casi todos los gremios. Y entre ellos hay un turolense: nada menos que Javier Sierra, el Premio Planeta por El fuego invisible.
Sierra no conoce personalmente a Oldfield aunque es un gran admirador y estudioso del músico, sobre todo por la relación que guarda su música con asuntos trascendentales y que se acercan a los intereses del escritor, como el espacio, la Luna o el misterio. De hecho la historia de Javier Sierra forma un prólogo con el que comienza el libro, que habla sobre el disco The sounds of distant Earth (1994), en el que se trata una historia de ciencia ficción, basada en un libro homónimo de Arthur C. Clarke. Habla sobre la búsqueda por parte de la humanidad de otro planeta después de haber esquilmado los recursos de la Tierra. Ese disco comienza con un extracto del génesis que fue recitado por el piloto del Apolo VIII -ese que arranca con “en el principio creó Dios el cielo y la Tierra” en la Navidad de 1968, cuando el ser humano entró por primera vez en órbita lunar.
Un maestro de la melodía
Para José Cantos Carnicer, cuya terna principal de músicos ha sido siempre la que forman Mike Oldfield, Jean Michel Jarre y Vangelis, opina que del primero le atrapó “la capacidad extraordinaria que tiene para la melodía”. “En Tubular Bells escuchas ritmos y armonías, lógicamente, pero la melodía lo preside todo”, comenta. “Y la mitificación de un artista multi-instrumentista, que lo hace todo, también es importante”, añade el autor.
“Realmente él tocaba muchos instrumentos pero no todos, y se rodeaba de buenos músicos”, explica Cantos. “Pero tiene ese perfil de músico al que no le gustaba mucho dar conciertos, que se metía en el estudio y se enfrascaba en una obra con muchas capas y elementos que el unificaba de forma maravillosa”.
Oldfield se caracterizó además por hacer piezas de muy diferente sabor, desde música instrumental atmosférica, bandas sonoras como la del El exorcista o canciones populares que sonaban por la radio, como Family Man o la propia Moonlight shadow, pasando por sinfonías clásicas de rock o música techno y trance en sus últimas etapas.
Antes de los dos libros que ha publicado y del blog, José Cantos Carnicer comenzó a publicar Orabidoo, un fanzine de principios de los noventa que tomó su título de la canción de Oldfield perteneciente a Five Miles Out (1982).
Publicó 30 números hasta 2006 que distribuía por suscripción, y ese fanzine le llevo a escribir una biografía no autorizada de Oldfield que salió en 1996. “Me parecía increíble que no hubiera un libro en español con su historia, así que lo hice y salió en una colección de libros de Cátedra, sobre músicos de pop y rock”.
En 2018 se publicó Mike Oldfield, la música de los sueños, una gran biografía escrita por el madrileño Héctor Campos Castillo, otro experto en el británico al que Cantos había conocido a través del fanzine, de ferias y de conciertos. Ya habia colaborado con él en ese libro, y durante la pandemia decidieron empezar a dar forma a Tubular Gold.
“Decidimos que ya existían suficientes biografías y no tenía sentido repetirse. Así que empezamos a darle vueltas a construir un libro sobre Oldfield a través de la experiencia de la gente que ha trabajado con él”.
Poco a poco comenzaron a hacer un listado que fue creciendo, hablando por teléfono con unos, enviando e-mail o haciendo videoconferencias con otros. Y aunque muchos de los nombres que aparecen en el libro son grandes personalidades, “en general todo el mundo se mostró colaborador”.
Publicar toda esa información transcribiendo tal cual todas las conversaciones hubiera resultado farragoso e ilegible, así que Cantos y Campos optaron por construir una historia, una narración, con cada personaje o grupos de personajes participantes, siempre relacionada con su relación con Mike Oldfield. “Hay músicos que tienen capítulo propio, hay otros en el que aparecen tres o cuatro músicos porque se refieren a una época, en otros se narra alguna anécdota poco conocida... el formato se adapta a la importancia de cada personaje y de lo que nos contó”, explica José cantos.
Por citar un ejemplo, hay un capítulo que transcurre en Deia (Mallorca), donde vivía Kevin Ayers (1944-2013), una especie de mentor musical de Oldfield. Iba a visitarle de vez en cuando y en ocasiones improvisaban pequeños conciertos en un bar, con otros músicos que frecuentaban el pueblo.
Aunque no se deja fuera los asuntos que los aficionados a Oldfield conocer ya de sobre, muchas de las anécdotas que aparecen en el libro eran inéditas hasta ahora, y otras pertenecían a la leyenda urbana y Tubular Gold las confirma o desmiente, según el caso.
De entre más de un centenar de testimonios e historias, lo que José Cantos destaca es que “pese a que Oldfield tiene un carácter bastante particular, nos sorprendió que casi todo el mundo coincidía en que era extremadamente generoso”.
Mike Oldfield vive ahora retirado en La Bahamas. Más allá de reediciones y remasterizaciones, el último material original se publicó en 2017 bajo el título Return to Ommadawn. Cantos lamenta que vive prácticamente al margen de asuntos musicales: “Es una pena, pero en general no se preocupa mucho por la música o su legado. De otras bandas míticas, como Pink Floyd por citar una, se lanzan reediciones, material inédito, yo que sé... pero en el caso de Oldfield prácticamente nada”.
Proyecto para el futuro
José Cantos tiene en la cabeza el proyecto de continuar con una especie de segunda parte de Tubular Gold -al autor no le gusta el término segunda parte- , porque muchos de los testimonios recogidos se quedaron fuera del primer libro. Para ello tiene previsto intentar contactar con la propia hermana de Mike Oldfield, Sally, que vive con él. “Y si el propio Mike quisiera colaborar yo estaría encantado”, afirma, “pero no cuento con ello porque vive completamente apartado de todo lo que tiene que ver con su música”.
La razón de ser de esa segunda parte del libro es que desde la editorial, Ficta, les aconsejaron quitar algunos capítulos del primer libro que ya estaban redactados para no hacerlo demasiado voluminoso. “Y después de publicado hemos seguido hablando con gente y hemos conseguido testimonios muy importantes, que en un primer momento no los tuvimos pero que se han materializado después”, explica el zaragozano. Calcula que serán como 50 referencias, algunas de la talla de Trevor Horn, uno de los productores más importantes de los 80, autor de Video killed the radio star con The Buggles, o Rob Dickins, uno de los ejecutivos musicales más importantes de Reino Unido y presidente durante quince años de Warner Music UK, compañía en la que trabajo con Prince, Neil Young, Madonna, Cher, Enya o el propio Mike Oldfield tras su salida de Virgin Records.
José Cantos no quiere publicar una continuación, una segunda parte del libro, sin más, sino que busca un formato diferente que además le permita publicar la información que ha ido recopilando durante estos años sobre rarezas discográficas o colaboraciones menos conocidas. “Es un proyecto al que todavía le queda bastante por delante”, subraya José Cantos. “Tengo mucho material, pero todavía tengo que encontrar un enfoque y estructurarlo bien”.
Tubular Gold, de José Cantos y Héctor Campos, va ya por su segunda edición y se puede adquirir en librerías y en la web de la editorial Ficta. Los autores también han puesto en marcha la página web tubulargold.com con información sobre el volumen.