Merencio disputa un balón en una de las múltiples fases de presión veloz del Teruel en el campo del Ibiza
Cuarta victoria en liga, primera fuera de casa, del CD Teruel en el campo del poderoso Ibiza (0-1)
Un penalti transformado por Blesa premia otro ejercicio de solvencia y brillo del equipo rojillo en esta Primera RFEF
No hay quien le meta mano. El CD Teruel se agiganta semana a semana, jornada a jornada, convertido en un bloque pétreo e inamovible al que además cada vez le quema menos el balón en los pies. Como consecuencia, las derrotas han desaparecido, y los empates se están convirtiendo en triunfos como el que ha conseguido el equipo de Parras este mediodía de domingo en Can Misses. Cuarta victoria del curso, primera fuera de casa, del plantel rojillo esta vez ante un adversario de nivel superior, la UD Ibiza. Que sí saltó al terreno de juego dispuesto a avasallar.
Tomó el balón de inicio, lo circuló rápido, generó un par de acercamientos por cada una de las bandas con Ernesto como protagonista. Palop le sacó la primera en la que inauguró sus felices intervenciones. La segunda se la puso Albert desde la zurda, el exterior envió el remate forzado fuera. Pero le duró el brío apenas un cuarto de hora al Ibiza. El tiempo que tardó en Teruel en quitarse el susto y amenazar acto seguido. De nuevo inmaculado en la presión y en la ocupación de espacios, el frente de ataque mudéjar empezó a desplegarse. Y un robo de Teddy en el círculo central vino seguido de un balón profundo inmejorable para Ayman, que se plantó ante el portero balear. Mandó el remate al muñeco.
El equipo de Parras había respondido el órdago inicial, y el Ibiza se quedó catatónico, consciente de que delante tenía un rival tan erguido como así marca su clasificación. Cogió bola el Teruel, Merencio puso otro esférico al espacio para que Teddy lo rematase fuera en disparo combado desde la frontal del área, y a los veinte minutos Can Misses ya era territorio turolense. Trataron de auparse los locales con Castillo en la manija, y Bebé y Ernesto en bandas, pero las ayudas defensivas visitantes no fallaron nunca. Y, de postre, más avisos, como otro remate en semifallo de Ayman servido por Albisua tras una larga posesión de los de Parras.
Desde lejos acabaron el primer acto Bebé por un lado, Joseda por el otro, antes de un descanso que sentaría mejor a los ibicencos. A la reanudación Bebé centró su posición, zona de tres cuartos de ataque pitiuso, y el primer cuarto de hora de la segunda parte se volcó hacia el área de Palop desde el cañón del caboverdiano. Así que Parras movió el banquillo, y reordenó la sala de operaciones con Blesa para coger balón, Padilla para relevar las bandas atacantes, y Relu reforzando la defensa de cinco con Andrés ya en la ducha, buena hora de reaparición del lorquino como titular. Amenazó el Ibiza con una doble ocasión, Castillo y Medina tras un córner, pero Palop salvó de nuevo a su equipo bajo palos.
Y los cambios de Parras surtieron su efecto. Padilla encontró espacios amplios para tirar hacia atrás la línea defensiva rival. Y en ésas el Teruel creció con la pelota. Dos minutos de posesión mudéjar en campo rival acabaron con un recorte astuto del tinerfeño dentro del área, penalti y gol de Blesa que premiaba la apuesta valiente del equipo. "Me ha emocionado mucho la forma en la que hemos conseguido el triunfo", resume el entrenador Vicente Parras. No es para menos. Los últimos veinte minutos fueron un ejercicio de elecciones acertadas constantes, desde el banquillo y en el terreno de juego, para aguantar sin sufrimiento un resultado, otra victoria, la cuarta del equipo en los últimos cinco partidos, que deja al Teruel con 16 puntos en lo más alto de la clasificación.
Tomó el balón de inicio, lo circuló rápido, generó un par de acercamientos por cada una de las bandas con Ernesto como protagonista. Palop le sacó la primera en la que inauguró sus felices intervenciones. La segunda se la puso Albert desde la zurda, el exterior envió el remate forzado fuera. Pero le duró el brío apenas un cuarto de hora al Ibiza. El tiempo que tardó en Teruel en quitarse el susto y amenazar acto seguido. De nuevo inmaculado en la presión y en la ocupación de espacios, el frente de ataque mudéjar empezó a desplegarse. Y un robo de Teddy en el círculo central vino seguido de un balón profundo inmejorable para Ayman, que se plantó ante el portero balear. Mandó el remate al muñeco.
El equipo de Parras había respondido el órdago inicial, y el Ibiza se quedó catatónico, consciente de que delante tenía un rival tan erguido como así marca su clasificación. Cogió bola el Teruel, Merencio puso otro esférico al espacio para que Teddy lo rematase fuera en disparo combado desde la frontal del área, y a los veinte minutos Can Misses ya era territorio turolense. Trataron de auparse los locales con Castillo en la manija, y Bebé y Ernesto en bandas, pero las ayudas defensivas visitantes no fallaron nunca. Y, de postre, más avisos, como otro remate en semifallo de Ayman servido por Albisua tras una larga posesión de los de Parras.
Desde lejos acabaron el primer acto Bebé por un lado, Joseda por el otro, antes de un descanso que sentaría mejor a los ibicencos. A la reanudación Bebé centró su posición, zona de tres cuartos de ataque pitiuso, y el primer cuarto de hora de la segunda parte se volcó hacia el área de Palop desde el cañón del caboverdiano. Así que Parras movió el banquillo, y reordenó la sala de operaciones con Blesa para coger balón, Padilla para relevar las bandas atacantes, y Relu reforzando la defensa de cinco con Andrés ya en la ducha, buena hora de reaparición del lorquino como titular. Amenazó el Ibiza con una doble ocasión, Castillo y Medina tras un córner, pero Palop salvó de nuevo a su equipo bajo palos.
Y los cambios de Parras surtieron su efecto. Padilla encontró espacios amplios para tirar hacia atrás la línea defensiva rival. Y en ésas el Teruel creció con la pelota. Dos minutos de posesión mudéjar en campo rival acabaron con un recorte astuto del tinerfeño dentro del área, penalti y gol de Blesa que premiaba la apuesta valiente del equipo. "Me ha emocionado mucho la forma en la que hemos conseguido el triunfo", resume el entrenador Vicente Parras. No es para menos. Los últimos veinte minutos fueron un ejercicio de elecciones acertadas constantes, desde el banquillo y en el terreno de juego, para aguantar sin sufrimiento un resultado, otra victoria, la cuarta del equipo en los últimos cinco partidos, que deja al Teruel con 16 puntos en lo más alto de la clasificación.
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