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El bólido de Parras rueda incluso más rápido que el de los héroes del ascenso El bólido de Parras rueda incluso más rápido que el de los héroes del ascenso
Vicente Parras, durante el último partido del CD Teruel en Pinilla ante el Algeciras. Bykofoto/Antonio García

El bólido de Parras rueda incluso más rápido que el de los héroes del ascenso

La derrota del sábado en el derbi aragonés no desluce el gran trabajo del equipo hasta la fecha

Insólito. Así podría definirse lo que ha hecho el CD Teruel de Vicente Parras hasta la fecha. A principio de temporada nadie se imaginaba que el club pudiera llegar a estar tan arriba. En aquel entonces la permanencia era ya un sueño para toda la parroquia rojilla. Tanto es así que incluso la derrota del pasado fin de semana en el derbi aragonés ante la SD Tarazona ni la manera en que se dio deslucen el trabajo de Vicente Parras y todo su equipo.

Tras el último partido del 2025, el CD Teruel ocupa ahora mismo el séptimo puesto de la tabla clasificatoria, eso sí, empatado a 26 puntos con otros tres equipos, el Cartagena, el Eldense y el Real Murcia, que marchan sexto, quinto y cuarto respectivamente. Unos guarismos que cobran más fuerza si se tiene en cuenta que los héroes del último ascenso a estas alturas, y en una categoría inferior, no viajaban a esta velocidad, pues el conjunto dirigido por Unai Mendia llegó al parón navideño en undécima posición con 21 puntos después de haber estado peleando en mayor medida por la salvación.

Precisamente la permanencia sigue siendo el objetivo primordial de proyecto de Vicente Parras, pero lo cierto es que en este periodo desde septiembre hasta ahora el club ha estado más bien fantaseando con cotas más altas. Se ha ganado ese lujo, aunque no pierde su foco.

Impensable para muchos, Vicente Parras ya dejó pistas de sus aspiraciones y su carácter poco conformista cuando llegó a Teruel. En su primera comparecencia como técnico del conjunto rojillo, allá por junio, mencionó en cuanto a los objetivos: “Tenemos los pies en el suelo, ahora mismo tener los pies en el suelo es hablar de permanencia, pero yo siempre donde voy me gusta tener objetivos ambiciosos. Lo que no puedo hacer es correr antes de andar, ni andar antes de gatear. Primero intentaremos hacer las cosas bien, pasito a pasito y siendo ambiciosos en el momento en el que tengamos que serlo”. Si no le fuera bien en esto del fútbol, que no es el caso, podría tener futuro Vicente como pitoniso.

Bien podrían haber pesado esas palabras, ya que en el momento en que lo dijo todavía no había arrancado ni siquiera el proyecto del ilicitano, pero a la larga acompañó su discurso con resultados. Eso sí, hubo que sufrir al principio.

Después de una pretemporada en las que ya se vieron algunos mimbres, así como la gran muralla que se estaba levantando en la parte de atrás, el inicio liguero no fue el peor, pero tampoco el más esperanzador. Tres empates, ante Betis Deportivo, Eldense y Atlético Sanluqueño; y una derrota ante el Alcorcón hacían presagiar que efectivamente el único objetivo viable sería el de luchar por la permanencia. Nada más lejos de la realidad.

En la jornada cinco el CD Teruel se cargó al CE Europa, que había empezado como un tiro el curso, y forjó las alas que le elevaron en la clasificación. A su gran muralla defensiva se le sumó una relación algo más estable con el gol. No prolífica, pero suficiente, pues un solo tanto bastaba al club para capitalizar puntos importantes. Así, el CD Teruel entró en su mejor dinámica hasta la fecha, en la que logró un empate más ante otra de las mejores defensas del campeonato, la del CE Sabadell, y otros cuatro triunfos ante Hércules, Sevilla Atlético, UD Ibiza y Marbella.

Ello le sirvió para pasar a ocupar la segunda posición de la tabla clasificatoria y llegar al envite ante el Cartagena con serias opciones de ponerse líder del grupo dos de la Primera Federación. Pero la presión pudo con los rojillos. Con todos los focos pendientes de lo que ocurría en la parroquia turolense, el equipo de Vicente Parras vivió un leve periodo de recesión. Cartagena, Torremolinos y Atlético Madrileño le recordaron al cuadro mudéjar el sabor amargo de la derrota. Solo el empate ante el Murcia les permitió rascar un punto en esas cuatro jornadas.

Fue entonces cuando Vicente Parras tuvo que agarrar de los tobillos a los suyos para volverles a poner los pies sobre la tierra y reconciliarles con su estilo de juego y su proyecto. Una remontada épica al filo del pitido final en Villarreal confirmó que la plantilla captó el mensaje. El Algeciras también sufrió las consecuencias, pero lo cierto es que el cuadro turolense tampoco cerró el año de la mejor manera posible. Pese a ir ganando 0-2 y tener todo de cara para llevarse el primer derbi aragonés del curso, los rojillos se dejaron remontar en un partido que tampoco mancha el gran desempeño del equipo antes del parón navideño. Ahora a disfrutar de las vacaciones merecidas antes de volver el próximo 30 de diciembre.
 

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