El Robres de Lucas Beltrán se carga a otro turolense, esta vez al Andorra

El Andorra CF salió de San Blas con una derrota dura, clara y que le obliga a reflexionar. El 4-0 encajado ante un Robres en plena racha ganadora dejó al conjunto de Carlos Gil sin capacidad de respuesta ante un rival que vive uno de sus mejores momentos de la temporada. El encuentro se decidió muy pronto y, desde entonces, el cuadro visitante fue a remolque sin encontrar la manera de discutirle el control al equipo de Diego Allueva.

El partido apenas había comenzado cuando, en el minuto 3, Raúl Gómez ya adelantó a los locales. Un tanto tempranero que condicionó el guion del choque y desestabilizó a un Andorra que llegó a San Blas con la necesidad de recuperar sensaciones tras un empate y su primera derrota. A partir de ahí, el Robres manejó el ritmo con comodidad, aprovechando la seguridad que da ocupar la tercera posición de la tabla.

La distancia en el marcador creció en apenas unos minutos: Vadillo firmó el 2-0 en el minuto 24 y, cuatro minutos después, volvió a marcar para dejar el duelo prácticamente sentenciado antes de la media hora. Duros golpes que el Andorra trató de asimilar sin perder la concentración, aunque con pocas opciones de generar peligro real.

Con el 3-0 al descanso, Carlos Gil buscó una reacción desde el banquillo. José Marcuello y Paulo André entraron tras el intermedio con la intención de asegurar el juego atrás, pero de luchar el duelo con contras rápidas que lograran recortar las distancias. Las modificaciones pretendían revitalizar al equipo, pero nada más arrancar la segunda parte llegó el cuarto y definitivo tanto, nuevamente obra de Vadillo en el minuto 48. Gran partido del atacante local, que firmó un hat-trick en apenas 50 minutos de juego.

 

El partido entró entonces en una fase más controlada, con un Robres que administró la ventaja y un Andorra que trató de evitar un castigo mayor. Pardo respondió con solvencia a las acciones que llegaron a su área, mientras que en el centro del campo trabajaron por mantener el equilibrio. Los jugadores del Andorra buscaron profundidad, aunque sin opciones de inquietar al sólido bloque local, tratando de recortar distancias en acciones de contra y claras, que no arriesgaran la posición en defensa o facilitar al rival en anotar un tanto más.

Los cambios del Robres sirvieron para refrescar al equipo y asegurar un triunfo que supone su tercera victoria consecutiva. Entre ellos, la entrada del centrocampista turolense Lucas Beltrán, media hora larga para apuntalar el centro del campo y certificar la victoria monegrina.

Con 21 puntos, el conjunto de Allueva se mantiene tercero y a la espera del partido pendiente del Atlético Monzón, además de seguir a cuatro puntos del líder, el Calamocha. El panorama es distinto para el Andorra, que se queda en mitad de la tabla con 13 puntos y encadena cuatro jornadas sin ganar (dos empates y dos derrotas). La próxima jornada en el Juan Antonio Endeiza se perfila como una oportunidad crucial para cambiar la dinámica: el rival será el Belchite 97, colista con tres puntos y empatado con el Zuera al fondo de la clasificación.

El equipo de Carlos Gil sabe que necesita una reacción inmediata para reconducir el rumbo. La liga es larga, pero urge recuperar sensaciones, confianza y, sobre todo, puntos. El tropiezo en San Blas duele, pero puede convertirse en un punto de inflexión si el Andorra consigue reencontrarse con la victoria ante su afición. Mientras, el CD Robres viajará al Estadio Juan Guerrero El Lobo para medirse al CD Cuarte, segundo clasificado. Un duelo de alta tensión, ya que si el conjunto de Diego Allueva se hace con una nueva victoria adelantaría en la clasificación al mismo Cuarte. Un paso vital para mantenerse en lo alto de la tabla y para mantener las opciones de luchar por el ascenso que, además, daría al Calamocha opciones de ser más líder.