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El CD Teruel, eterno en Soria El CD Teruel, eterno en Soria
Theo Le Normand persigue un balón ante la presion de un defensor del Numancia. CD Teruel

El CD Teruel, eterno en Soria

El equipo superó al Numancia en Los Pajaritos con un gol de penalti de Peru Ruiz ya en el añadido

Minuto 87. El Numancia de Soria había hecho absolutamente todo lo que había que hacer para doblegar, minimizar y aburrir el fútbol del CD Teruel. Ordenados, meticulosos, ásperos pero en modo alguno reservones, los castellanos, adustos, tenían cara de misión cumplida. Cada acción defensiva la celebraban con la grada como si gol se tratase. Cada carrera, cada ayuda, era una brazada más hacia ese ascenso que llevan años ya percutiendo. Les valía el empate. Llegaban con cero a cero a ese minuto. Su mejor futbolista, Carlos González, un fino trescuartista con alma de organizador, empezó a dibujar regates y amagos camino del área de Taliby. Algún rebote le ayudó.

“Son balones que ya ves venir que vienen descontrolados, que se envenenan”. El hispanoguineano en efecto lo vio venir. El último toque de González, camino del área chica para darle el ascenso a Soria. La pantera se lo negó. “Solo pensaba en hacerme grande. Ya saben que me gusta que me den pelotazos, cuanto más fuerte mejor”. Primer gol del partido, el que Taliby no le dejó marcar al Numancia. El segundo, cinco minutos después, ya en el añadido, se lo inventó Aimar Peña en un control orientado con sombrerito que le dejó delante del portero. Encenegado, el central se lo llevó por delante. Penalti, gol de Peru Ruiz. Cero a uno. Victoria. Ascenso. El Teruel es equipo de Primera Federación.

Y en esos dos goles, el que Taliby paró, y el que Peru remachó, se explica todo un partido de fútbol en el que, por lo demás, pasó poco, casi todo lo que pasó fue lo que quiso el Numancia... Y por ahí se le fue la eliminatoria, y se la puso en bandeja al equipo de Mendia, porque para vencerle al Teruel de este año no basta con controlar un partido de fútbol, ni con maniatarlo, ni siquiera con incluso tener opciones de vencerlo. El once mudéjar sabe que siempre tiene una vía de escape, un pase, un control, un detalle que le hará campeón. De nuevo pasó en Los Pajaritos, en la vuelta de la final de este play-off. Como hace quince días en Mallorca. Como el Teruel sólo sabe concebirse yendo hacia el triunfo, conoce como la palma de su mano todas las carreteras que conducen hacia él. Por eso asciende.

De nuevo falso nueve

Repitió Unai el dibujo de la ida, con falso nueve. En realidad, en este caso, cabe hablar mejor de un doble mediapunta con vistas a proyectar a los extremos; Febas y Theo amenazaban en tres cuartos, Moha y Obeng por las bandas, buscaba el Teruel desordenar la muralla numantina en los espacios grises. A ratos lo logró. A ratos, sufrió. Porque el Numancia copió, casi clonó el modelo de fútbol turolense. Avisado de lo que sabe hacer el once mudéjar, el soriano pobló el centro del campo, puso más amigos alrededor del faro Gning. También falso nueve, Ribeiro, para buscar cosquillas con Rubén o Góngora en las bandas. También lo lograron algunas veces.

Así que, como en la ida, al Teruel le tocó ir creciendo desde atrás, desde el oficio de sus centrales Cabetas y López, y del metrónomo Marí en la medular. A Caro le tocó vaciarse con los despliegues de esta vez dos interiores sorianos. A los laterales, Serrano y Val, les cayó la misión de guardar la ropa más que de nadar. Taliby bajo palos. Y con ese menú de inicio, fue el Numancia el primero que empujó, alentado por una grada que casi llenó, pero no del todo, Los Pajaritos. Al minuto tres Bonilla, numantino de cepa, había puesto ya una falta peligrosa y un córner con zurda que casi se convierte en el primero, olímpico, directo.

 

Marí, de nuevo mariscal en el eje de la medular. CD Teruel


Reaccionó el Teruel, en la primera descarga de Febas en mediapunta que Moha centró a córner. Y trató de coger balón ante un rival que es un acordeón; funciona bien en la presión arriba, con el público silbando la salida de balón turolense, también juegan las aficiones, claro. Funciona bien también replegado más atrás, intenso y ordenado. Funciona algo menos cuando el partido le obliga a acelerar sus transiciones; amarró una Theo en la medular, tras buena defensa del Teruel, y pudo pensar para ponérsela a Febas, directa a puerta, solo, preparado para enfrentarse mano a mano al arquero numantino. Hace tres semanas una igual la validó el árbitro en el primer gol del Baleares en Pinilla. Ayer, otro árbitro la negó. Las cosas típicas de quién pesa más y menos.

Hubo susto, y gordo, en Los Pajaritos. Y en el Numancia, que se aculó diez minutos en los que Theo y Febas armaron un par de buenas arrancadas, tuya-mía, que murieron justo en el momento de embocar, se la dejó bien Moha para chutar, pero tiró poco el Teruel, menos de lo que generó. Anduvieron rápidos también los defensores sorianos, como una que Moutapha le negó a Marí a la media hora, ya en punto de penalti, su despeje evitó una clara ocasión mudéjar. Pero para entonces el Numancia había encontrado su pasillo por la banda de Rubén. Una de las suyas acabó en un córner que descerrajó Royo camino de la media hora. Y aunque el Teruel amenazó con sendas avanzadas de Obeng y Moha, la primera parte acabó en área turolense, con el mentado Rubén haciendo sufrir a Serrano, acompañado por Ribeiro en descargas, triple centro que al final Góngora mandó a las nubes desde punto de penalti, antes del receso.

Salida local corajuda

Fueron, realmente, los mejores minutos del Numancia en esta igualada contienda. Al final de la primera parte, el primer cuarto de hora de la segunda, dos tramos en los que los sorianos llegaron a someter al Teruel. No tanto como el Baleares en desventaja, que desató un ciclón. Pero sí más desde el orden y la eficacia, desde una interpretación correcta de espacios y tiempos. Presión alta del Numancia, que tuvo dos primeros intentos en las botas de Ribeiro nada más salir de vestuarios, y otra más que se fabricó González desde la frontal.

Para entonces Unai ya había situado en el terreno de juego a Peru. Otra vez su plan redibujó el sistema con doble extremo, Moha de lateral acompañando a Obeng, al otro costado Val en pie zurdo con Febas a pierna cambiada. Respondió el Numancia situando a su mejor peón, Rubén, para achucharle a Moha. Se encontró con la versión más comprometida del hispanomarroquí, que no se dejó una gota ni atrás ni hacia adelante. Pero sufrió. Todo el Teruel lo hizo. Antes de retirarse del terreno de juego, Góngora le enseñó los dientes a Val, uno de ellos en forma de centro-chut que Taliby despejó como quien se quita de encima un insecto. Empezaba a calentar.

Ya le negó un par de opciones a Ribeiro, una de ellas con peligro al saque de una falta. A veces no hacía falta que estuviera el portero, minutos de enjundia de los dos centrales, especialmente Iván López, que empezó la temporada dubitativo, algo mermado en lo físico, poco intenso en los duelos. La ha acabado como un mariscal, impecable al corte, al cruce, a la disputa y a la salida de balón. Creció de la mano de Cabetas a lo largo del curso. Ayer fue Cabetas el que acompañó el despliegue del madrileño. Y entre ambos empezaron a empujar al equipo hacia adelante. La cosa se favoreció porque los cambios del Numancia, además, le mandaron para atrás. “Todos obligados”, por molestias físicas, confesaba Aitor Calle ante la prensa.

Bola, posesión, tiros, gol

Sea cual sea la causa, lo que fue pasando es que a partir del minuto 70 las ayudas del Numancia no eran tan puntuales, el brío menguó, y fue el momento en el que el Teruel vio que el partido ya no se le escaparía. “Lo sabemos, sabemos que lo vamos a conseguir. El Numancia nos ha exigido, han hecho un partidazo, pero al final sabíamos que ganaríamos”. El capitán Cabetas, cuatro ascensos ya con el equipo, como Taliby, es experto en conocer cuándo lo que hay entre manos merece ser tenido en cuenta. Como Febas, cada vez más vertical en sus regates, un disparo fuera desde la frontal, por poco.

Como Obeng, que terminó el partido a escape, como un cohete, con dos arrancadas que ya pudieron poner a Peru camino del primero, ambas negadas por el portero rival, Peter, de nuevo destacado aún a pesar de la derrota de su equipo. Como Theo, que es un todocampista, un mediapunta con oficio de organizador, al que a diez para el final empezaron a abrírsele los huecos justos para lanzar los últimos ataques del Teruel. El camino hacia un final de partido apoteósico. Nadie quiso la prórroga.

La tuvo el Numancia, ese minuto 87 que encumbra a Taliby en esta final del ascenso. La tuvo Peña, alfil desde el banquillo, fino orfebre. Cuando puede dominar el tiempo, alquimia, toque burlesco, dribling por lo alto que provocaba el penalti decisivo, el gol de Peru, otro que merece la pena, desde los once metros para desatar la euforia en toda la masa social del CD Teruel, que volverá a jugar el año que viene en el mismo lugar que jugaba en la temporada pasada. En Primera.

 

Moha encara al lateral del Numancia Bonilla. CD Teruel

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