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Empate en La Vega en un duelo muy físico (1-1) Empate en La Vega en un duelo muy físico (1-1)
Partido entre el Utrillas y el Cariñena disputado este domingo, que ha acabado con empate a uno

Empate en La Vega en un duelo muy físico (1-1)

Los mineros remontaron un partido que se les puso de espaldas en la primera mitad
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José Luis Rubio
Utrillas y Cariñena firmaron este domingo un empate en La Vega (1-1) en un partido que se jugó a cara de perro y en el que el componente físico le ganó la partida al fútbol.

El partido arrancó impreciso con alternativas en las dos porterías, aunque en los primeros veinte minutos fue el Utrillas el que más ocasiones generó en el área contraria. El calor del terreno de juego casi conseguía compensar el frío y la humedad que soportaron estoicamente los aficionados mineros.

El partido arrancó con pocos pases y mucha verticalidad sin un dominador claro del encuentro, sin que nadie consiguiese tomar las riendas del partido.

Y en medio de ese desorden, los laterales del Cariñena lograron en dos ocasiones alcanzar la línea debatió por bajo a Láinez desde fuera del área. fondo. En la segunda buscaron al mástil del conjunto zaragozano Kante, que alcanzó a controlar con la cabeza aunque el despeje de la zaga minera llegó a los pies de Escarda que controló y al segundo toque.

El gol aturdió a los de Pitu Lerga, que acusaron el golpe y que casi encajan el segundo cuando Rekrouk colgó con precisión un balón envenenado al área que Kante no consiguió empujar a la red.

La reacción utrillense llegó con una gran galopada de Casero que después de deshacerse de hasta tres contrarios consiguió disparar desde lejos aunque su intento no encontró portería y acabó en el lateral exterior de las mallas del arco de Álvarez. Con Ángel Hernández como punta del diamante utrillense, Adrián Hernández trataba por todos los medios de deshacerse de su pegajosa defensa en el carril derecho.

Al Cariñena pareció servirle el pírrico resultado de 0-1 y desde el mismo momento en que tomó esa ventaja se dedicó a malgastar los minutos buscando cualquier excusa para dejar correr el reloj.

Utrillas puso una marcha más en los últimos minutos de la primera parte. Monty casi sorprendió al meta del Cariñena con un disparo lejano que se marchó rozando el larguero y poco después López colgó una bola al área chica que no alcanzó a controlar con la cabeza Ángel.

Lerga metió trilita en el césped tras el paso por los vestuarios y dio entrada a Paki y a Tena inyectando una dosis de descaro y aire fresco en busca de la igualada. Y esa dupla no defraudó y en la primera ocasión que tuvo el canterano minero dejó un balón suelto a Tena al que llegó antes Álvarez. Acto seguido Paki conectó con Adrián, que puso a prueba los reflejos del meta y una jugada después, y después de un extraordinario control de la pelota, el utrillense desató la locura disparando entre un bosque de piernas enemigas para superar al portero por el palo contrario empatando el partido.

A pesar de que el Cariñena continuó deteniendo el juego a cada ocasión, el empate hizo que los zaragozanos adelantasen sus filas subiendo en vario puntos su presión sobre el Utrillas. Mientras, los mineros encontraban en la profundidad que Tena ganaba por la banda izquierda el principal dolor de cabeza de los visitantes.

Tras varias llegadas infructuosas, en el 65 probó Monteiro con más intención que acierto, picando el balón contra el suelo para provocar un despiste de Álvarez que no llegó. El balón se escapó fuera del arco de meta.

A quince minutos del final Lerga oxigenó el centro del campo con Matar. Su ingreso en el césped permitió al Utrillas resolver con más garantías la presión que había vuelto a imprimir el Cariñena a su juego y que por momentos llegaba a asfixiar a los mineros que buscaban con insistencia a Paki como su mejor argumento ofensivo.

El fichaje del conjunto turolense despertó una calurosa ovación cuando ingresó en el terreno de juego. Tatín dio el relevo a Monty, arrasado por el esfuerzo que había regalado al equipo y a la afición en los primeros 80 minutos del partido.

Quizá la ocasión más clara para que el Utrillas se hubiera cobrado ventaja llegó a cinco minutos del tiempo reglamentario en una jugada de estrategia a balón parado que dejó el balón muerto en el área chica sin que ni el portero, ni los defensas del Cariñena ni los delanteros del Utrillas supieras qué hacer con ella.

El final del partido fue un monólogo del Utrillas contra la portería rival. Paki se entendió de maravilla con su nuevo compañero aunque su relación no acabó en gol.

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