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Las pócimas del brujo Unai Las pócimas del brujo Unai
Foto de familia de la plantilla tras su victoria. En segundo plano Mendia, discreto, preparando la siguiente receta para la final. CD Teruel

Las pócimas del brujo Unai

La navaja suiza del entrenador del CD Teruel aprieta las tuercas justas para cambiar el partido

Ya ocurrió en el partido de ida. Bajo el resumen grueso de un duelo dominado por el CD Teruel con un resultado menor de lo merecido, el ajuste fino dice que lo que ocurrió es que el Baleares ajustició en la primera oportunidad que tuvo. La ley del fútbol dice que un adversario en teoría superior, con más cuerpo y hechuras, no falla cuando se pone por delante, menos cuando los premios gordos están en juego. Pero si hay alguien que conoce todos y cada uno de los artículos de esa ley del fútbol es ese brujo llamado Unai Mendia, que tiene una receta, una pócima, justa para cada espacio y cada tiempo cuando el Teruel que entrena se pone a jugar al fúbol.

En la ida vio que se le iba la eliminatoria por el centro del campo, con Caro tocado. Movió a Val, lo colocó de pivote, le dio alas para incorporarse, y selló las bandas zagueras. En la primera que el oscense vio clara la autovía, bola de Theo y el empate. Supo a poco. Fue muchísimo. Tanto, que le advirtió al Atlético Baleares el tipo de adversario que tenía enfrente. Los mallorquines no han hecho otra cosa en estos 180 minutos que jugar en función de las prestaciones y las virtudes del Teruel. Se asustaron, y vivieron permanentemente con la mosca detrás de la oreja. Aquí y allí. Atacando o defendiendo. El embrujo de Unai.

Tres ventanas en su sitio

Este domingo, en el partido de vuelta, la lectura global, holística, de las sustituciones del entrenador vasco tuvo más de premonición extrasensorial que de simple manejo de un banquillo. En algún momento determinado Mendia comprendió que, a la hora de partido, con cero a uno ya en el marcador, era el momento debido para que Peru, que se las tuvo tiesas hasta con el sol, dejara su sitio a Febas y, de paso, dejara a los centrales rivales sin una misión concreta que cumplir.

Imprevisible como un grano de polen al viento, el ilerdense no tardó ni cinco minutos en avisar entre líneas, ni diez en cazar una sandía para domarla, pillar la espalda de los rivales y convertir el caramelo en un postre exquisito para el cero a dos de Le Normand. En un escenario dominado por el Baleares, en su campo, desde sus recursos, fue la libreta de Unai la que mandó. Incluso cuando a toque de corneta los mallorquines empataron, el último hechizo de Mendia, el truco definitivo, desató el éxtasis y la euforia entre la afición, la plantilla y todo el CD Teruel.

Dobles parejas ganadoras

Cualquiera en su posición lo fía todo a la prórroga. Mira el físico de los chavales, ve quién está para aguantar media hora, quién puede hacer algo de daño arriba, cómo se articula el equipo para llegar vivo, entero y sin deshacer a los 120 minutos de juego. Eso parecía en la segunda ventana de cambios, minuto 80, Leiza y Dufur por Val y Obeng, cemento y centímetros para reordenar la zaga y, de paso, frenar un tanto las acometidas de un rival impetuoso y atropellado, agobiado por un Teruel que no esperaba.

Y cualquiera, en la posición de Unai, se guarda algún cambio más para esa prórroga, máxime en una plantilla que es corta, que sufre ya los rigores físicos de esta exigente temporada. Pero el número final del de Beasain fue el 86, el minuto en el que ingresaron Bertino y Aimar al terreno de juego, por Serrano y Caro. ¿Por qué esperar a la prórroga cuando la victoria puede llegar antes? Dufur y Leiza ya dejaron claro que tenían piernas para apretar atrás, y para empujar adelante.

Lo demás fue cosa de los dos atacantes recién ingresados, que se juntaron con Febas para exprimir cada uno de los huecos que dejó el desordenado esprint final del Atlético Baleares. Tres goles fuera de casa en la prolongación de una semifinal por un ascenso son demasiado para hablar de casualidad. Es el élixir de un brujo que trabaja como entrenador de fútbol. El 2-5 final es el premio merecido de un grupo que no se parte da igual la fuerza de la tempestad que atraviese. Busca siempre la luz, el rayo que atraviesa la nube. Y lo encuentra. 

La agenda

Con la expedición turolense ya de vuelta a Zaragoza, conseguida una victoria legendaria, histórica para optar a la final por el ascenso, la semana de trabajo va a estar marcada por la regulación de los esfuerzos, los golpes y el estado físico de los integrantes de la plantilla. No se notaron en Palma los golpes de Caro, la pubalgia de Val o los cerca de tres mil minutos de la columna vertebral titular del equipo, pero esta semana será agenda de recuperación y trabajo de fisio. El fútbol va entrenado de sobra en este equipo.  
 

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