Ni la lluvia moja las ganas de ascender turolenses

Ese chico de ahí se va a rapar”, hasta ahí llega la locura de la afición rojilla que este domingo vivió un día histórico que no olvidará en mucho tiempo. No hacía tanto desde la última vez que Teruel experimentó algo así, apenas dos temporadas, sin embargo, si algo le gusta a los turolenses es celebrar. Por la mañana, antes de que Pinilla abriese sus puertas para ver el partido en la pantalla gigante, en la ciudad ya se respiraba ambiente de día grande. La gente calentaba ya motores para lo que se les venía. Ya en Pinilla todo eran onomatopeyas de nervios, tensión y voluntad, pero, tras el penalti, aquello se convirtió en una fiesta que ni la lluvia pudo frenar y que continuó posteriormente en el Torico. La lástima fue que, como dijo Mario Meléndez, este lunes “toca currar”.