Pamesa Teruel cae ante Maccabi de Tel Aviv (1-3) en el primer partido del primer cruce de la Challenge Cup

El regreso de Pamesa Teruel a la competición europea no fue el deseado. En el partido de ida de los treintaidosavos de final de la CEV Challenge Cup, el conjunto turolense cayó derrotado por 1-3 (19-25/18-25/28-26/22-25) frente al Maccabi Tel Aviv en un encuentro disputado a puerta cerrada en el pabellón de Los Planos.

La derrota evidencia que, a pesar de la ilusión por volver a competir en Europa tras casi dos años de ausencia, el equipo todavía arrastra problemas que se habían mostrado en la Superliga en las recientes confrontaciones ante Benidorm y Soria.

La parte positiva es que Pamesa sabe exactamente qué es lo que tiene que hacer para superar la eliminatoria en el encuentro de vuelta, pese a que alcanzar la próxima ronda será un reto complicado tras el resultado de este martes. Los de Muraco fueron de menos a más durante el choque, y el hecho de disputar la vuelta solo un día después de la ida puede suponer una ventaja si aprovecha la lección el conjunto de Teruel. Para conseguirlo, los de Teruel deberán poner toda la carne en el asador en el partido de este miércoles, que se disputará también a las 20 horas en Los Planos, a puerta cerrada, pero con las cámaras de Aragón TV retransmitiéndolo por su plataforma de streaming Aragón Deporte.

Y quizás el quid de la cuestión sea jugar desde principio como lo hizo a partir del tercer set en el partido de este martes. En el encuentro contra Maccabi, los naranjas mostraron desde el inicio una dinámica negativa que ya se había repetido en los últimos partidos de la liga doméstica. El equipo volvió a evidenciar carencias en aspectos fundamentales del juego, repitiendo errores que han lastrado su rendimiento durante las últimas semanas. La falta de consistencia en el ataque, que ha ido perdiendo potencia con el paso del tiempo, junto con problemas en la recepción, dejaron a los turolenses en clara desventaja ante un rival sólido y concentrado. Cada set mostró cómo estas debilidades otorgaban ventajas importantes a un Maccabi que supo imponer su ritmo y controlar los momentos decisivos del juego con claridad.

Empezó el partido, de hecho, con varios errores no forzados de los turolenses, tanto en defensa como en ataque, que hicieron que Pamesa tardara en inaugurar su casillero en el marcador (1-4). No solucionó esta papeleta el tiempo muerto que pidió Fabián Muraco frente a la principal amenaza israelí, el receptor Salvador Hidalgo, que hizo mucho daño desde el principio tanto en el saque como junto a la red (5-9). Al menos no al principio, pues según avanzaban los minutos, los de Teruel consiguieron frenar los ataques hebreos con una mejora defensiva que les permitió sumar varios puntos consecutivos hasta empatar el partido a 10 puntos.

Arreones sin continuidad

Sin embargo, los turolenses se están acostumbrado a jugar por rachas, sin continuidad, lo que hace que acumulen varios tantos consecutivos para posteriormente perder la concentración y sufrir desconexiones que le alejan de la victoria. Volvió a aparecer la inseguridad en un Pamesa que perdió la iniciativa y vio cómo su rival se ponía 11-17 a base de buenos saques visitantes y errores defensivos locales. Con un colchón que le permitía jugar sin presión, Maccabi, con el israelí Sokolov acompañando a Hidalgo, fue añadiendo puntos a su cuenta particular y puso un complicado 17-22 en el tanteador. Finalmente, fue el jugador cubano del equipo hebreo el que puso el definitivo 19-25 con un remate sin oposición en la red.

Aunque el set segundo empezó con igualdad (3-3), no se veía un cambio de actitud en el Pamesa. De hecho, cuando los de Teruel bajaron la intensidad, los israelíes se fueron en el marcador (4-11). Aunque los bloqueos evitaban un mal mayor, la brecha fue creciendo paulatinamente entre un Maccabi superior y un Pamesa que no terminaba de carburar. Parecía que el segundo acto iba a seguir los derroteros de la primera manga cuando los hebreos alcanzaron el 10-16, ventaja que lastraba el juego de un equipo turolense que veía como su rival se iba acercando a los 25.

Maccabi utilizó un recurso que está haciendo mucho daño también en liga, y es la combinación de distintos tipos de saque, que desorienta y dificulta la recepción de Pamesa. Esto, unido a deslices ofensivos difíciles de comprender, quizás por falta de confianza, hizo que la segunda manga entrara en la zona roja con un alarmante 15-21. Además, la inseguridad en los saques dio la puntilla a Pamesa frente a un Maccabi con muchos recursos. Germán Gómez en el saque retrasó la victoria hebrea unos minutos, pero el cubano Yordan Bisset, otro de los killers del club israelí, dio el segundo set a su equipo poniendo el 18-25.

 

Mejoría en el tercer set

En el tercer set, Fabián Muraco decidió situar como opuesto a César Irache, un cambio táctico con el que dar un vuelco al partido. Los errores de saque volvieron a penalizar al conjunto aragonés (3-7), que además encontraba junto a la red a Sokolov, un muro de más de 2 metros, que repelía los intentos locales de acercarse en el marcador. Pero Pamesa nunca se rindió y estuvo cerca de poner el empate en el electrónico (7-8) tras una serie de buenas jugadas que pusieron en apuros a la defensa hebrea. Maccabi acabó por conseguir de nuevo la renta de cinco puntos que de tanto le sirvió para vencer en las anteriores mangas (8-13).

Pero un balón israelí que se quedó en la red puso un 13-15, que daba esperanzas a los de Muraco de alcanzar al rival. La eficacia de los israelíes hizo que el empate no solo no llegase, sino que la renta volviese a aumentar (14-18), hasta que dos puntos consecutivos de César Irache y otro de David López consiguieron empatar el partido. Con el ánimo arriba, los turolenses consiguieron darle la vuelta al marcador (21-20). Una renta que, aunque exigua, podría afectar mentalmente a Maccabi.

La machada del último set frente a Soria estaba presente, y hacía pensar en un arreón final que diera la manga a los turolenses, aunque un remate en diagonal de Hidalgo volvió a poner las tablas (22-22). Pese a estar los turolenses un escalón por encima de su rival, un balón de Sokolov dio un punto de partido a Maccabi (23-24). Fue el momento de Emilio Ferrández , que volvió a empatar el partido para mandarlo luego hasta el 26-26. Apareció entonces Irache que, con galones, consiguió dos puntos consecutivos para poner el 28-26 y el 1-2 en el global del partido.

Intentó meterse en el partido Pamesa al comienzo del cuarto acto, pero Maccabi no se lo permitió, adelantándose desde el principio (2-6), lo que obligaba a los de Teruel a remar de nuevo contra corriente. El equipo campeón de Israel supo gestionar esta pequeña renta frente a los españoles y siguió sumando puntos hasta el 8-12. Se le escapaba entre los dedos el set y el duelo al conjunto turolense, mientras los hebreos veían cada vez más cerca la victoria (12-18). Con Irache y Emilio tirando del carro, Pamesa puso nervioso a Maccabi con el 18-21, pero la reacción local no se llegó a completar. Con el 21-23 parecía que todo estaba por decidir, pero no pudo ser y los de Teruel acabaron cayendo 22-25 para dibujar el 1-3 al final.

Al final no hubo milagro

Lideraron el ataque turolense César Irache, Emilio Ferrández y Germán Gómez, con 15, 14, y 12 puntos respectivamente. David López sumó 7 tantos, Fran Ruiz y José Antonio Sandoval lograron 4, 3 consiguió Iván Postemsky y en uno se quedó Nacho Espelt. Reparto de puntos que indica que la derrota se cimentó en la acumulación de errores, tanto en ataque como en defensa, que generaron espacios y oportunidades que el conjunto israelí aprovechó de manera eficiente. Maccabi Tel Aviv demostró ser un equipo bien estructurado, capaz de capitalizar las debilidades del adversario y mantener un nivel constante durante los cuatro sets.

Los israelíes demostraron por qué son líderes en solitario de su liga, con cuatro victorias en cuatro partidos, cediendo tan solo un set desde el comienzo del campeonato. Tampoco ayudó que Pamesa Teruel no pudiera contar con el apoyo de su afición, tras la decisión de la Junta Local de Seguridad de disputar los partidos de martes y miércoles a puerta cerrada para garantizar la seguridad ciudadana y el normal desarrollo del encuentro.

Durante el encuentro ante Maccabi, la falta de precisión se hizo evidente en múltiples fases del partido. Los errores repetidos en los ataques, combinados con recepciones desajustadas, dificultaron que Pamesa pudiera cerrar puntos importantes y mantener la presión sobre un equipo visitante que supo leer el juego con inteligencia. La diferencia en la consistencia y eficacia de ambos conjuntos fue notoria: mientras Maccabi mostró un juego organizado y eficiente, Pamesa luchaba por mantener la estabilidad en el marcador, pero sin éxito, a remolque, a impulsos sin continuidad. Así que este miércoles, Pamesa se juega su continuidad en una competición en la que podría ser apeado en primera ronda, tras haber alcanzado los cuartos de final en su última participación, hace dos cursos, en la 2023/2024.