Pausa navideña para que el Pamesa cicatrice heridas de la primera vuelta

A falta de que Cisneros de La Laguna y Bus Leader San Roque de Gran Canaria recuperen su partido aplazado de la novena jornada de Superliga, la primera vuelta de competición en la liga española de voleibol ha echado el cierre, y con ella la clasificación rubricada por Pamesa Teruel para participar en la próxima edición de la Copa del Rey. Los dos canarios se medirán el 14 de enero en ese enfrentamiento que tuvo que suspenderse por el temporal de hace diez días en las islas. Se sabrá entonces cuál es el puesto final naranja tras las once primeras jornadas.

Pero hasta entonces, y desde este pasado fin de semana, Pamesa Teruel solo conjuga el verbo descansar. Lo necesita. Una maratón de partidos en este mes de diciembre, hasta media docena acumulados en poco más de estas dos últimas semanas, ha castigado el estado físico de los deportistas, mermando además el rendimiento de la plantilla en los dos últimos compromisos en Melilla y en Tenerife. Jugadores como Germán Gómez y David López, entre otros, acumulan golpes, dolencias y sobrecargas para cuya recuperación les vendrá bien este breve pero clave periodo vacacional que se abre ahora.

Vuelta el día 29

La programación de trabajo del cuerpo técnico liderado por Fabián Muraco habla de que el regreso a los entrenamientos está previsto para el próximo lunes, día 29 de diciembre. Se trabaja en una planificación a modo de minipretemporada, de medición de cargas y acumulación progresiva de esfuerzos de tal manera que se vuelva a alcanzar un pico de forma adecuado para cuando el balón vuelva a rodar; la segunda vuelta de la competición arrancará con la duodécima jornada de Superliga el próximo 10 de enero en el pabellón Moisés Ruiz de Almería, la visita de los naranjas al histórico Unicaja.

Hay pues, de esta manera, un margen de tres semanas de intensidad progresiva que comienzan con estas vacaciones navideñas activas, seguirán la próxima semana con el regreso a los entrenamientos combinado con las celebraciones de llegada del Año Nuevo, y la siguiente, la de Reyes, dirigida ya a la preparación del partido de regreso a la Superliga en tierras andaluzas. Un plan con un objetivo claro: cicatrizar las heridas del curso.

Reto de diciembre superado

La planificación de Pamesa Teruel desde la pretemporada prefijó estos periodos de máxima exigencia como objetivos preparatorios, tanto en lo físico como en lo mental y lo técnico-táctico. Las primeras cumbres, en el mes de noviembre con la eliminatoria de Challenge Cup ante Maccabi de Tel Aviv, no salieron con plena satisfacción. La maratón de este diciembre, sin embargo, sí ha sido bastante más positiva para el cuadro de Muraco.

Pamesa comenzó el mes de diciembre fuera de las posiciones de Copa del Rey, noveno en Superliga con siete puntos, apeado de las ocho primeras posiciones y con sensaciones además negativas dentro y fuera de la pista. En seis jornadas de liga había vencido apenas un par de encuentros, y cerró noviembre con una derrota en Manacor dolorosa, tres sets a cero, que exigió reacción rápida. El calendario se comprimió, el reto se complicó, pero el equipo naranja ha salido airoso.

Pamesa es campeón de la Copa Aragón. Pero, sobre todo, en estas cinco últimas jornadas de Superliga el equipo ha sido capaz de cosechar diez puntos, nueve de ellos fruto de tres victorias consecutivas en Los Planos ante Unicaja Almería, ante Bus Leader San Roque y ante Conqueridor de Valencia, ésta última solvente y meritoria. A ello se le añade el punto que arrancó este pasado fin de semana en tierras canarias ante Cisneros. Únicamente Melilla pudo dejar a los naranjas sin puntuar en esta apretada parte de la agenda liguera.

Y gracias a este rendimiento en diciembre el equipo turolense ha podido certificar con antelación su presencia en Copa del Rey, es sexto en la clasificación y sobre todo disfruta de un colchón de cinco puntos con respecto a Unicaja, ahora mismo el club que marca la novena plaza que quedaría ya fuera de los play-offs. La derrota de este fin de semana le aleja algo más de las cuatro primeras posiciones, con Melilla y Manacor afanados en busca del ritmo insuperable de Guaguas y Soria. Pero Pamesa puede considerar que llega a las campanadas con los deberes más o menos hechos, máxime después de un arranque de temporada que fue realmente muy irregular.
 

Una tradición

Terminada ya la primera vuelta de la Superliga, y con el equipo ya de descanso hasta el próximo mes de enero, Pamesa Teruel ha cumplido una de sus habituales tradiciones navideñas, la visita a los más pequeños que están ingresados en el hospital turolense Obispo Polanco. El presidente del club, Sergio Puerto y varios jugadores de la primera plantilla pasaron por las plantas con niños y niñas, llevaron obsequios y lanzaron un mensaje de fuerza y cariño en estas próximas fechas señaladas.