Síguenos
Javier Hernández-Gracia

Así es el futbol, se gana se pierde, te enfadas, te desenfadas, no hay montaña rusa más perfecta que el balompié. De Tarazona poco podemos añadir, más que nada porque siendo el partido el sábado el duelo y pena ya está casi resuelto, y estamos más en las navidades que en otra cosa. Ya se sabe, luces, villancicos, turrones, paquetes de empresa, cenas, en resumen la marimorena.

Pero añadir algo se añade. Lo primero es que de todo se aprende, un día eres capaz de remontar y otro te remontan, y no pasa nada porque son las alquimias propias del deporte. Es evidente que la entrada a destiempo de Nico condiciona el choque, pero dentro del terreno de juego pasan estas cosas. Está claro que el Tarazona apuesta por salvar los muebles en su feudo. A mí, digan lo que digan, es un tipo de fútbol que no me ilusiona precisamente. El sistema de juego del Tarazona, al menos en su terreno de juego, es el típico de equipo colesterol que te va embozando las arterias y no te permite fluidez, y eso, si juegas con un hombre menos y tienes la defensa hecha unos zorros, pues para que te quiero contar.

Por lo demás, se nos rompió en esta jornada el juguete, pero vienen otras apasionantes; y como dice Tomás Santos, esto no desmerece para nada la buena dinámica del Teruel en esta temporada. Una primera vuelta que va tocando a su fin, ahora vacaciones de Navidad, familia, sidras y el cardo. El partido, por cierto, también nos hizo comprobar que el fútbol ya no es cosa de hombres –afortunadamente- con el arbitraje de la colegiada vasca Olatz Rivera Olmedo, bilbaína de 29 años, que no influyó para nada en el resultado. Quizás mucho trasteo en la revisión de los goles, sobre todo los dos del Teruel, que obligó a un tiempo complementario de 7 minutos en la primera parte, pero la nota positiva sin duda es que la igualdad llega al fútbol.

Han sido días de actividad social de la plantilla, lo diremos así, visita a distintos colectivos, álbum de cromos... Todo eso, sin duda, alimenta la presencia de la entidad en la sociedad turolense. Tal vez habría que orquestar también una presencia en la provincia, una especie de confraternización con los clubes de Tercera, aunque fuera en torno a un plato de jamón. Creo que una cosa así multiplicaría el peso del Teruel en el liderazgo del fútbol provincial, como todo es darle un vuelta. Últimamente, por ejemplo, se han visto aficionados venidos de las Cuencas Mineras a ver partidos a Pinilla, todo suma.

A escasos días para cerrar el año, los aficionados están contentos, apoyan al equipo y lo acompañan. Nueva presencia rojilla en Tarazona, aunque el locutor de la cadena Football Club se pasó toda la retransmisión diciendo que era la parroquia del Tarazona y eso que en las bufandas se leía Teruel con una claridad incontestable. Además de banderas con el escudo del Teruel, también se empeñó en situar la ciudad turiasonense en el Alto Aragón, ni Moncayo ni Veruela ni Becquer, nada, que se le metió en la cabeza al hombre que aquello era el Alto Aragón y fiesta pagana. Vamos que si comenta algún día a la Sociedad Deportiva Huesca nos la sitúa en la sierra de Arcos.

Próxima cita en Pinilla el día 3 de enero y ya con el 2026 de pleno. A seguir sumando y a ver el mercado de inverno que nos depara..., si la rica salsa canaria abre sus puertas a Andrés Rodríguez, si el mercado de invierno vendrá a traer o a llevarse... En resumen, como diría Raphael …, “que pasará que misterio habrá”. También es tiempo de matanza y administración para el año que empezará. Tinajas y sus mandiles; esperaremos acontecimientos.

La vuelta a la Primera Federación está siendo motivo de satisfacción, no pensábamos ni en el punto más optimista estar donde está el Teruel, por tanto, que continúe la racha, que esos puntos que aseguran la permanencia cada vez se vean más cerca. Por lo demás, una feliz Navidad, un 2026 lleno de satisfacciones y especialmente una mirada a ese cielo rojillo.