

Tiempo de tinajas
Cuenta una antigua leyenda jacetano-alfambrina, que allá por el siglo XXI en la disputa de un partido de futbol y tras una jugada importante, el árbitro se fue a consultar al monitor que unos llamaban VAR otros VOR y otros “qué hace el trasto ese en la banda”. Y fue tanto y tanto el tiempo de consulta que, cuando quitó los ojos de la pantalla, vio que habían transcurrido tantos lustros que todo su alrededor se había fosilizado. Él incluso era un fósil más, y todo estaba perfectamente presentado en una vitrina de un museo de Hammondville en Alabama, allí había llegado como pago de unos aranceles por la exportación de panizo y alfalfa de denominación de origen, los tiempos habían cambiado también en el comercio.
Volviendo al tiempo real, hay que significar que nos esperan jornadas apasionantes, y bueno será ir haciendo alguna lectura de lo visto y oído. En primer término casi podemos centrarnos en la seguridad de que el Teruel va a competir en este infernal Grupo 2 de Primera RFEF; por lo visto en Pinilla antes de la fosilización y lo visto en las pantallas de televisión, los equipos que componen el grupo aúnan fuerza, armarios de consistencia, jugadores con calidad y algunos (unos cuantos) con mucho camino recorrido, lo que se viene a decir el culo pelado en muchos verdines de la geografía española.
El técnico de Teruel tiene trabajado el tema, de eso no hay duda. Ha planificado concienzudamente la temporada, sabe lo que tiene, estoy seguro de que quisiera tener más como todos, y además exige el máximo, de ahí que el voto de confianza de estas líneas es total para el nacido entre palmas y misterios. Hay que reconocer que faltaban lesionados y sancionados por tanto habrá que estar expectante ante la paulatina recuperación cara a lo que ha de venir que no es poco.
En un partido de futbol hay dos aspectos a observar, lo que ocurre en el terreno de juego y lo que pasa fuera. Lo de dentro nos arroja varias cosas; nos habían vendido un Betis que mimaba la pelota, pero nos encontramos un panzer que planteaba un juego rocoso y difícil, incluso abierto a cierta pendencia como vimos en varias fases del partido y hasta con apertura del protocolo antirracista por parte del trencilla murciano, sin que hubiera más consecuencias; nadie está exento de estas cosas, pero no es la afición turolense racista y buena muestra ha sido el inmenso cariño a Taliby, Emaná y Obeng y un exquisito respeto a los jugadores contrarios.
Dicho lo cual, y terminando de analizar lo de acaecido dentro, participamos de lo dicho por Vicente Parras, te interrumpen el partido más de seis minutos, y ya es otro partido, ya hay que hacer nuevos ajustes y volver a poner la maquinaria en décimas para coger el ritmo. Pero esto es lo que hay, y a partir de ahora tendremos que entrar en costumbre con el trasto éste de la banda, cierto es que con menos frecuencia que en las dos categorías superiores donde hay sala, monitores e intuyo que refrescos también.
Es pronto para ver los rendimientos, porque en conjunto físicamente se aprecia nivel después de la pretemporada, pero esto acaba de empezar así que paciencia y un saco para llevarla que dicen en el Arrabal turolense. Por otro lado, no menos importante, y sin caer en la paranoia, espero que los arbitrajes suban el nivel; lo visto desde Murcia con amor no fue para nada edificante, sabemos que hay que pelear, porque no somos cuota de pantalla y hoy, gentes de bien, todo se mide en negocios y cotizaciones e índice Dow Jones.
Nos queda esa segunda parte de lo que ocurre fuera del césped (por cierto en muy buen estado). Es prematuro sacar conclusiones porque al igual que en las patadas al balón esto acaba de empezar, pero alguna cosa ya viene de atrás y con ciertas edades no se va a cambiar, incluso sería contraproducente para la salud; Vemos que el graderío de Pinilla está amurallado, me consta que la zona de túnel de vestuarios hay preceptos federativos y del propio entrenador que así lo demandan, lo cual me parece perfecto. En otros aspectos la vigilancia sigue como era costumbre, no vaya a ser que algo se escape y se gripe una cañería.
Digamos que entramos en Tiempo de Tinajas, la conserva para cuando haya que administrar tiempos de escasez. Lo cual es una formula positiva ya se sabe que la sabiduría popular y las tradiciones pocas veces se equivocan, lo que es indiscutible es que es un tiempo nuevo, porque las circunstancias vividas hace unos años han cambiado, por tanto veremos qué depara. De momento notable aumento de patrocinio, masa social y pocas novedades en cuanto a consolidación de marca y diseño de la misma, pero bueno, como hablaba con un muy apreciado directivo, tiempo al tiempo y a ver qué efectos tienen las nuevas medidas.
En este sentido, mencionar lo loable que fue el minuto de silencio en recuerdo de los socios que partieron. Sin embargo en los tiempos de Ramón Navarro –clase y distinción- sonaba una melodía de nuestro Antón García Abril, del pasado es bueno conservar la excelencia. En este tiempo de tinajas, los nuevos maquillajes y sombras de ojos se ven exuberantes y copiosos, que uno es especialista en alta costura y baja estopa. Y poco más, solo desear que la conserva dé para nutrir y sobre todo mantenerse.