Todo Cobatillas se vuelca para que la Rural Race sea un éxito otra vez

La tercera edición de la Rural Race de Cobatillas no pudo salir mejor. Un total de 115 corredores tomaron la salida en esta nueva prueba de obstáculos con el medioambiente, el aire puro y también el calor como protagonistas en una jornada en la que se prepararon recorridos para los más expertos, para los amateur y para los más pequeños con el objetivo de plantear una cita inclusiva, para todos los públicos, edades y niveles. “Esto ha sido lo nunca visto en este pueblo”, resume el presidente de la asociación Amigos y Vecinos de Cobatillas, impulsora de la actividad, Antonio Riado. Su entusiasmo es perfectamente entendible.

Cobatillas es un núcleo con menos de 40 habitantes censados, la mitad de ellos residentes habituales, dentro de un municipio con menos de cien habitantes en una comarca aquejada del mal de la despoblación. No lo pareció este jueves. “En total entre todas las categorías ha habido 115 corredores, no ha habido ningún percance, todo ha salido perfecto. Estamos encantados con el resultado”, refleja Jorge Barea, el director de la carrera; deportista, bombero, ideólogo de una cita en la que este año participaron atletas de Cobatillas y la comarca, de otros puntos de Teruel, y también veraneantes de Zaragoza, Valencia, Barcelona... “Hay que agradecer lo primero a todos los voluntarios que han sido mas de treinta, sin ellos habría sido imposible”.
 

Y también, resalta Barea, a la colaboración público-privada que costea el evento. No se deja ninguno: “Siente Teruel Turismo Diputación, Comarca cuencas Mineras, Ayuntamiento de Hinojosa de Jarque, Taller mecánico Ramo, Naturuel Grumet, Aliaga alimentación S.l, Apolo Foods, Vicente Valera e Hijos, Big Mat...” Desvela el coordinador de la Rural Race que lo visto en Cobatillas “ha sido mucho trabajo pero ha merecido la pena, un esfuerzo repartido que ha dado sus frutos” y que desde la Asociación esperan que siga repitiéndose en los años venideros.

Respecto a lo meramente deportivo, la Rural de este año ha sido una carrera sin ganador, “este año no hemos dado ni premio, no se ha cronometrado el tiempo por que el objetivo es pasarlo bien, fomentar el deporte y el compañerismo”. Dos aficionados al motocross descendientes de Cobatillas, Alberto Riado y David Gómez daban el inicio de carrera y acompañaban a los participantes en una salida que se realizó en grupos de quince participantes, en función del nivel de los atletas, comenzando con la categoría de los profesionales.

No hubo trofeos, pero sí recompensas. En todo momento. Varios avituallamientos se habilitaron para refrescar durante el recorrido. Todo el evento fue amenizado por un DJ profesional. Al finalizar la carrera se disfrutó de una excelente paella para seguir la fiesta durante toda la tarde en un ambiente festivo y con la satisfacción por parte de todos por lo que conseguido. Pero, sobre todo, cada uno de los deportistas recibió un buen baño de harina al alcanzar la meta. Un rebozado de primera calidad, para que nadie olvide que Cobatillas, y toda La Val, siguen existiendo.