Una roja malogra la reválida del liderazgo del Calamocha en Jumaya (1-3)

El líder se detuvo en Jumaya. Después de un mes prácticamente perfecto, con doce puntos de quince y un rendimiento que lo había encaramado a la cima de la Tercera División, el Calamocha se vio sorprendido por un La Almunia que llegó con humildad, resistió cuando tocaba y golpeó con precisión quirúrgica en el tramo final. El 1-3 final no refleja del todo lo ocurrido durante buena parte del encuentro, pero sí premia la solidez y la fe del conjunto zaragozano, que supo esperar su momento ante un rival que no tuvo su mejor tarde. Tampoco le acompañó la suerte con el colegiado del encuentro.

El partido comenzó con el guion esperado: el Calamocha asumió el control y pronto encontró premio. Apenas se habían cumplido doce minutos cuando Crespo adelantó a los de Lagunas, desatando la ilusión de una grada que volvía a disfrutar del fútbol en casa. El tanto temprano parecía abrir la puerta a otra jornada plácida para el líder, pero el duelo se iría complicando con el paso de los minutos. La Almunia, sin perder la compostura, fue creciendo desde el orden y la paciencia. El equipo visitante resistió las acometidas locales en la primera mitad, y la expulsión de Escuín en el minuto 47 cambió definitivamente el decorado.

Con un hombre menos, el Calamocha perdió presencia en el centro y La Almunia aprovechó el nuevo escenario para discutirle la posesión y el ritmo. El empate llegó en el minuto 62, cuando Hamza, uno de los más activos del cuadro zaragozano, encontró el camino al gol para igualar el marcador. El tanto fue un mazazo para el Calamocha, que ya no consiguió recuperar el pulso del encuentro. Lagunas intentó reordenar a los suyos con los cambios —Carrasco, Coulibaly y Dos Santos entraron para refrescar las líneas—, pero la inercia del choque favorecía claramente a los visitantes, que supieron aprovechar su superioridad.

En el tramo final el partido se convirtió en una prueba de resistencia para el conjunto jiloquense. Con un jugador menos y las piernas cada vez más pesadas, el Calamocha defendió como pudo ante un rival que creía en el triunfo. Y lo logró. En el minuto 87, Blasco culminó la remontada para La Almunia, aprovechando un balón suelto que encendió la alegría visitante y el desconcierto local. Más aún, el tiempo añadido fue cruel con los turolenses.

Del posible empate al 1-3

Porque cuando el Calamocha se volcaba a la desesperada en busca del empate, un penalti señalado por la colegiada Andrea Fírvida Fernández selló la suerte del encuentro. Clavero transformó desde los once metros en el minuto 97, poniendo el 1-3 definitivo y desatando la celebración del banquillo visitante. El pitido final dejó a Jumaya en silencio. El público despidió a los suyos con aplausos y algo de incredulidad, conscientes de que la derrota no empaña el gran arranque de temporada, pero sí sirve de aviso ante escenarios similares. Y, un poco, ante lo que suceda a pie de despachos y el colectivo arbitral.

La jornada del sábado pudo ser realmente positiva para el Calamocha, que vio cómo su principal rival por el liderato, el Binéfar, caía en el campo del Illueca. Una oportunidad de oro para ir asfaltando el camino hacia los mayores premios para el conjunto jiloquense que, sin embargo, se perdió una vez que entró en juego el frenesí de las amonestaciones. Con uno menos el partido no se pudo levantar; aún así el Calamocha sigue líder, y lo seguirá siendo pase lo que pase el domingo, aunque con la sensación de que los pequeños detalles empiezan a contar. Sobre el césped, y también en lo disciplinario.

El equipo de Lagunas había hecho de su campo un bastión en este inicio de curso, pero esta vez se vio superado en efectividad y en gestión de los momentos clave. A pesar de la derrota, los calamochinos mantienen su posición privilegiada en lo alto de la tabla, aunque su margen sobre el Binéfar se mantiene al haber sumado éste también una derrota, la segunda consecutiva. La Almunia, por su parte, se lleva tres puntos de oro y un impulso anímico importante. Supo resistir cuando el líder dominaba, tuvo paciencia para esperar su ocasión y mostró oficio en los minutos finales.

Su triunfo en Jumaya es el reflejo de un equipo que no renuncia a nada y que demuestra que en esta Tercera División ningún partido está escrito de antemano. Ésa, al final, es la lección que se lleva el Calamocha de su derrota de esta tarde de sábado, que deberá compensar el próximo fin de semana, en la fiesta de Todos los Santos, en su visita al Zuera, ahora mismo uno de los colistas de la competición. Nueva oportunidad entonces de enderezar otra vez el rumbo y seguir el camino, de momento brillante aún a pesar del tropiezo, del conjunto jiloquense en esta categoría.