Síguenos
Isabel Marco

No sé cómo confesar todo esto, pero estoy completamente enganchada a él, no puedo evitarlo, me resulta completamente irresistible. Cada vez que lo veo, sueño con que me dice ven y yo, como en la canción, lo dejo todo. Me lo encuentro a cada momento, todo me recuerda a él. Nada más despertarme todavía tengo en mi retina su imagen, todavía puedo recordar lo último de la noche anterior, aunque ya no sé si lo viví o lo soñé. Sus historias me siguen emocionando tanto o más que el primer día y sigo estremeciéndome si su relato así lo requiere. Releo en su piel tatuada la vida, una historia que también acaba siendo mía.

No puedo dejar de pensar en su tacto suave que se va calentando en contacto con el mío. Me encanta olerlo, tocarlo y no puedo dejar de acariciar su cuerpo, su relieve.

Sin embargo, ya he llegado al final de esta historia y me he quedado con un enorme sentimiento de vacío que no sé si podré volver a llenar. Ahora mismo siento que nunca encontraré otro como él.

Miro la mesilla y ahí sigue observándome, todavía puedo recordar sus frases más locuaces, a veces las apuntaba para recordarlas mejor. Ahora solo espero encontrarme con alguien que lo conozca como yo para poder hablar de él, criticar sus puntos débiles y alabar sus mejores armas.Experto en hacer que el tiempo pase sin darte cuenta, en hacer de una noche en vela la mayor de las aventuras, en convertir una semana en un siglo de sabiduría.

¡Cuántas veces me habré encontrado pensando en continuar donde lo dejamos el día anterior! Entonces, las voces de las personas que tengo a mi alrededor se tornan borrosas y ya no escucho ni me concentro en nada pensando en él.

Con él todo puede resultar una situación irrepetible que, a la vez puedes revivir una y mil veces. Todo es especial y es capaz de hacerte sentir que puedes vivir mil vidas, que puedes ser quien quieras ser.

Siempre tiene palabras para describir, contar y explicar los sucesos más maravillosos y la habilidad de transportarme allá donde él está. Da igual que me hable de Pekín o de Roma o incluso del espacio exterior. Solo él sabe hacerme llegar hasta ahí como si de un viaje astral se tratase.

Ahora ya no sé si algún día encontraré otro como él, tengo mis dudas. ¡Es tan bueno! He querido saborear hasta el último momento haciéndome de rogar para que no se acabase, no quería que terminase nunca, pero veía que solo quedaban unas páginas de esta historia, que se me escapaba entre los dedos noche tras noche y que inevitablemente ese día iba a llegar. Y ya ha llegado.

He hablado tanto de él a todo el mundo que sé que voy a tener que revivir esta historia más de una vez, que tendré que repetir su nombre en más de una ocasión. Pero también sé que eso no me va a doler, al contrario, ha sido tan fantástico que creo que voy a estar hablando de él durante mucho tiempo y que, cada vez que lo recuerde se me va a dibujar una sonrisa en el rostro y se me iluminarán los ojos pensando en todos los momentos que pasamos juntos. Cuando alguien me confiese que también se ha enganchado a él, no pienso ponerme celosa, creo que todo el mundo debería darle una oportunidad para poder tener la ocasión de disfrutarlo tanto como yo, eso sería maravilloso.

Hace ya unos días que se acabó, y pensaba que no iba a encontrar a otro, pero acaba de aparecer. El caso es que siempre había estado ahí, todos los días nos vemos, pero nunca lo había mirado como lo he hecho hoy. Nunca pensé que me iba a atrapar tanto como el anterior, pero ha sido leer la primera de sus páginas y ya estoy completamente enganchada.

Esta noche en mi mesilla un nuevo libro esperará que lo lea con avidez si consigo no quedarme dormida.