Altamira Gonzalo, jurista de la Asociación de Mujeres Juristas Themis: “Cuanto más de derechas es un varón, más se opone al avance de los derechos de las mujeres”
La zaragozana advierte que, igual que sucedió en 1939, las libertades ganadas pueden volver a perderseLa jurista zaragozana Altamira Gonzalo analizó ayer la trayectoria de la libertad y los derechos de la mujer a lo largo de la democracia. Celebrada en la Subdelegación del Gobierno de España en Teruel en el contexto del ciclo 50 Años en Libertad, su ponencia recordó que la extrema derecha acabó de un plumazo con una serie de derechos que existían en la II República y que ha costado medio siglo restablecer.
-¿Hasta qué punto han sido importantes estos 50 años en los derechos de la mujer?
-Han sido los más importantes no solo en la recuperación de las libertades para todo el mundo, hombres y mujeres, sino en la recuperación de los derechos de la mujer.
-Habla de recuperación, no de la adquisición...
-Sí, porque esos derechos se ganaron y estuvieron vigentes anteriormente a la muerte de Franco, durante la II República. Fue un periodo corto pero muy fructífero en ese sentido. El franquismo volvió a la situación previa, a la que existía a finales del siglo XIX en cuanto a legislación.
-¿Y antes de la II República?
-Nada. La historia de los derechos de la mujer es muy corta. Nuestro derecho civil procede del derecho romano, que es profundamente discriminador con las mujeres. Durante 22 siglos las mujeres hemos sido consideradas menores de edad, incapaces.
-A veces se reivindica que en la Edad Media hubo mujeres que reinaron...
-Fue de forma excepcional, y en muchos casos sus historias han sido invisibles. Hasta la Ilustración, a finales del XVIII no se empiezan a reivindicar de cierta forma los derechos a las mujeres.
-¿Por qué en 1939 se produce esa regresión? ¿En qué sentido los derechos de las mujeres -en mayor medida que los de los hombres- eran peligrosos para Franco?
-Los derechos de la mujer suponen igualdad, y la igualdad es un principio muy vinculado a la democracia. El artículo 57 del Código Civil con Franco decía que las mujeres casadas debían obediencia al marido, que debía protegerlas. Lo decía la ley. Y esa relación de dominación-sumisión está muy vinculada a un régimen autoritario. Por eso ahora hay voces de la extrema derecha que dicen que quieren protegernos, que quieren que volvamos al hogar, que fue lo que impulsó la política laboral del desarrollismo franquista de los años 60.
-El voto femenino en España generó controversia incluso entre la izquierda progresista, incluso entre las mujeres...
-Sí, aún pueden leerse las actas de los debates entre Victoria Kent y Clara Campoamor. El argumento era que las mujeres eran más conservadoras y si se les permitía votar demasiado pronto la derecha monárquica ganaría las elecciones. Por cierto, no es verdad que el Partido Socialista votara en contra del voto femenino, como en alguna ocasión se nos ha intentado hacer creer. Eso es falso.
-¿Y es cierto que las mujeres eran más conservadoras?
-Existía esa creencia. En cualquier caso cuando los hombres obtuvieron el derecho al voto no se generó un debate público sobre si sería bueno o malo.
-¿Estamos ahora mucho más avanzados en esta materia con respecto a 1935?
-En la República los derechos de la mujer no se desarrollaron tanto como ahora porque no tuvo tiempo, pero se acordó la igualdad en las relaciones dentro del matrimonio, se reguló un divorcio más avanzado que el que se aprobó en 1981, en Cataluña incluso se aprobó el derecho al aborto, y en 1935 se abolió la prostitución con un decreto que Franco derogó inmediatamente. En muy pocos años se dieron bastantes paso, pero después todo se desmanteló y quedó en el olvido.
-¿Cincuenta años sin Franco han desmontado por completo 36 años con él? Porque el movimiento feminista sigue luchando por sus reivindicaciones...
-De una situación en la que no teníamos ningún derecho a una situación de igualdad formal, al menos formal, se ha avanzado mucho. Pero quedan muchas brechas, en material salarial, de pensiones, de techos de cristal o de violencia machista, en la que las cifras terribles que tenemos parecen decir que la sociedad está más atrasada que las propias leyes. Y no podemos dar por sentados todos estos avances, porque el franquismo es el mejor ejemplo de que podemos perder todos nuestros derechos de un día para otro.
-¿Quién está interesado hoy en dinamitar esa igualdad?
-Pues el sexo que tiene el poder económico y el poder político y que, de algún modo, no trabaja con el mismo afán para ellos que para ellas. Cuanto más de derechas es un varón más se opone al avance de las mujeres, pero en general, y parafraseando a la jurista norteamericana Catharine MacKinnon, ‘el derecho ve y trata a las mujeres, como los hombres ven y tratan a las mujeres’. ¿Por qué? Porque el derecho lo han elaborado tradicionalmente los hombres.
-Pero todos hemos escuchado en el Congreso a mujeres con discursos claramente contrarios a la igualdad y a los derechos femeninos...
-Porque esa cultura del machismo es universal, nos imbuye a todos y no es fácil ni rápido ir quitándose esas capas de machismo. No todas las mujeres lo han hecho, y por el contrario hay hombre que, por supuesto, sí lo han hecho.
