Síguenos
Catalina Martín, doctora en Historia del Arte: “El cáliz del cuadro de la 'Última Cena' de Alcañiz despierta interés por entender por qué se pintó” Catalina Martín, doctora en Historia del Arte: “El cáliz del cuadro de la 'Última Cena' de Alcañiz despierta interés por entender por qué se pintó”
Catalina Martín durante su ponencia en Alcañiz, con los concejales.C.A

Catalina Martín, doctora en Historia del Arte: “El cáliz del cuadro de la 'Última Cena' de Alcañiz despierta interés por entender por qué se pintó”

La historiadora ofrece una ponencia sobre un elemento del lienzo, encontrado hace ocho años en la ciudad
banner click 236 banner 236

Catalina Martín es profesora de Historia del Arte en la Universidad Católica de Valencia y doctora en Historia del Arte. Hace treinta años realizó su tesis sobre el Santo Cáliz de la Catedral de Valencia y sobre las reliquias en la Corona de Aragón desde Martín el Humano hasta Alfonso el Magnánimo. Con el tiempo se dio cuenta de que el conocimiento debía llegar también a la gente, e intentó combinar rigor y divulgación, como en su último libro sobre el Santo Cáliz junto a Guillermo Gómez Ferrer.

-¿Cuál era el objetivo central de su conferencia en Alcañiz?

-Cuando desde Alcañiz me explicaron que, al encontrar el cuadro de la Última Cena, descubrieron que el pintor había representado el Santo Cáliz -la reliquia de la Catedral de Valencia- me pareció fascinante. Ese uso del cáliz no es casual: forma parte de un lenguaje propio de la espiritualidad contrarreformista, que refuerza la Eucaristía representando la reliquia real y no un cáliz genérico. En Valencia lo vemos en obras de Juan de Juanes o Ribalta. Que un pintor de Alcañiz hiciera lo mismo abre una pregunta apasionante: ¿cómo conocía esta reliquia y por qué decidió representarla? Esa curiosidad histórica es la que impulsa mi trabajo.

-¿Supone esto un valor añadido para la obra?

-Sin duda. Antes de la Contrarreforma, en las Últimas Cenas aparece un cáliz simbólico. Pero a partir del siglo XVI, con el refuerzo doctrinal sobre la Eucaristía, se introduce un cambio decisivo: se representa el cáliz real, el que se custodia en Valencia y que pudo usar Jesús en la Última Cena. Incorporarlo en el cuadro de Alcañiz implica que el pintor conocía esa corriente iconográfica.

-¿Por qué piensa que el pintor conocia la corriente?

-Porque quiso dotar a la obra de un significado teológico mucho más profundo. Desde el punto de vista histórico y artístico, es algo extraordinario.

-En su investigación ha defendido una ruta de llegada del cáliz distinta a la tradicional. ¿Qué explica esta nueva hipótesis?

-Hasta hace pocos años se asumía que el cáliz había llegado a la península a través de San Juan de la Peña, pero esa hipótesis presentaba incongruencias históricas: entre otras, el monasterio no estaba construido.Todo cambió en 2015 con la aparición de unos documentos en El Cairo que sitúan el cáliz allí en el siglo XI. Eso me obligó a revisar todo el recorrido y comprobar que, en 1322, Jaume II pide formalmente al sultán del Cairo esa reliquia. Hasta entonces se creía que era una confusión del rey, pero es imposible: Jaume II tenía una estrechísima relación diplomática con Egipto y fue uno de los monarcas más activos en la obtención de reliquias.

-¿Cómo encaja la Corona de Aragón en ese recorrido?

-Lo que muestran los documentos es que, tras la presencia del cáliz en Jerusalén y después en El Cairo, hay peticiones formales de Jaume II y de Fernando I, y que la única que tiene continuidad real es la de la Corona de Aragón. A partir de ahí lo encontramos ya en San Juan de la Peña y en toda la documentación posterior del Santo Cáliz hasta su llegada a Valencia.

-¿Qué transformaciones sufrió el cáliz a su llegada a la Corona de Aragón?

-La copa superior -la reliquia- es la pieza original del siglo I. Pero cuando llega a la Corona de Aragón, entre finales del XIV y comienzos del XV, se le añaden el nudo, las asas y la naveta para convertirlo en un relicario. Estos elementos permitían manipular la pieza sin tocar directamente la copa y, además, incrementaban su valor simbólico y estético. Tal como lo vemos hoy, y tal como aparece en el cuadro de Alcañiz, es la reliquia más su relicario, una unidad creada para su veneración.

-¿Qué aspectos del relato tradicional de la 'Última Cena' puede confirmar el estudio histórico del cáliz?

-En primer lugar, que la copa es del siglo I, un dato arqueológico contundente. Su tipología coincide con la empleada en las cenas judías de Pascua, donde se utilizaba una copa de bendición con características idénticas.Además, desde el siglo IV hay viajeros y documentos que aseguran haber visto el cáliz en la Basílica del Santo Sepulcro, lo que aporta una continuidad documental muy relevante. Todo ello sitúa la pieza en el contexto histórico, litúrgico y cultural propio de la Última Cena.

-¿Qué líneas de investigación considera prioritarias para avanzar en el estudio del Santo Cáliz?

-Hay dos campos fundamentales. El primero es arqueológico: estudiar en profundidad el relicario añadido -nudo, asas, naveta- y determinar con exactitud cuándo y cómo se incorporaron. Sabemos que antes de 1399 no existían y que en 1410 ya se describen, así que ese intervalo es crucial.

-¿Y el segundo?

-El segundo es documental: investigar el periodo 1322–1399, clave para entender la llegada de la reliquia a la Corona de Aragón. Nos falta el documento que confirme la entrega desde El Cairo y otro que aclare en qué momento Jaume II o Elisenda de Montcada lo donan a San Juan de la Peña. Encontrar esas piezas sería decisivo para completar la historia del cáliz. Esto es lo que le propondría a los investigadores y profesionales de la historia.

 

 

El redactor recomienda