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Diego Edo, entrenador de la Escuela de Atletismo La Val: “El aire libre es lo que más gusta, pero es muy positivo tener y usar espacios públicos deportivos” Diego Edo, entrenador de la Escuela de Atletismo La Val: “El aire libre es lo que más gusta, pero es muy positivo tener y usar espacios públicos deportivos”
Nuevas generaciones de atletas entrenan ya en plena montaña minera a las órdenes de Edo

Diego Edo, entrenador de la Escuela de Atletismo La Val: “El aire libre es lo que más gusta, pero es muy positivo tener y usar espacios públicos deportivos”

Tras el último éxito del deporte turolense brilla un club vertebrador, descentralizado, de mirada supracomarcal
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De un tiempo a esta parte, en el cuadro de honor de las puebas atléticas aragonesas que mencionan a los grandes clubes de la especialidad, entre los Scorpio, Monzón, Zenit, Zoiti, Tragamillas y Atlética Turolense... Aparece con cada vez más frecuencia un logo corto, firme: La Val. “Se hacen cruces en la Federación”. En la Aragonesa. Y desde este fin de semana, en la Española. Porque este pequeño gran club se coló entre los grandes del triatlón nacional, subcampeones de España por clubes en duatlón júnior, en Ciudad Real, con Mabi Haddi, Hugo Edo y Julián Cruz.

-Universidad de Oviedo, Albacete, Lugo, Valencia... Plata entre ellos. ¿Qué se siente?

-Sobre todo, muchísimo orgullo y mucha felicidad por los deportistas, por su sacrificio, por su compromiso en el que no hay que olvidar que tienen su estudio y su vida, y una dedicación plena y al máximo nivel al deporte. Es un trabajo diario, sacrificado, y la recompensa es muy merecida.

-Ellos son la punta de lanza.

-Y los primeros que representan nuestros valores. Somos, sobre todo, un club de base, escolar. Nuestro esfuerzo se centra en que todos los recursos que podemos conseguir y tener a disposición vayan para la formación, para la escuela, para el entrenamiento de los más pequeños.

-¿Cuándo prende la chispa del club La Val?

-Esto empieza más o menos entre 2012 y 2013, con un grupo de chicos y chicas de la zona de La Val, entre Mezquita y Aliaga. Eran entre doce y quince, de varias edades, que tenían interés por entrenar, por hacer atletismo, correr y competir en varias carreras. Y, sobre todo, decidimos con ellos crear una identidad propia, un logo, una equipación, y un equipo. Lo hicimos de manera participativa, entre todos, y desde un punto de vista integral, abarcando entrenamientos desde los más pequeños, coordinación, movilidad, hasta las edades previas a los estudios superiores.

-¿Y cuál es la identidad deportiva necesaria para alcanzar estos resultados?

-Lo que se trata es de que los chavales disfruten y se lo pasen bien, y ponerles a su disposición todo lo que precisen para que no se queden sin practicar el deporte que les gusta. Y, a partir de ahí, establecer rutinas, y disciplina, para que esa actividad que es sobre todo divertida sirva para inculcar valores. Que los horarios de entrenamiento se cunplan, que las reglas y el respeto a las normas se respeten... Y que estemos juntos. Hasta que el último termina el último ejercicio, estamos todos presentes en la sesión. No nos obsesionan los títulos ni los resultados, pero sí que la esencia del deporte no se pierda y que se disfrute.

-¿Cuál es la salud actual del club La Val?

-La clave es la escuela, en la que tenemos ahora casi veinticinco chicos y chicas, distribuidos por edades y categorías, desde los seis años hasta los años de bachillerato. Formamos deportistas, pero desde una visión escolar. Tenemos colaboradores, empresas e instituciones que nos ayudan a funcionar. Y hemos conseguido ser referencia para familias no solo del entorno de La Val, sino de todos los alrededores. Tenemos deportistas de Pancrudo, de Montalbán y de Utrillas... Creemos en un crecimiento sostenido, poco a poco, basado en acompañar el desarrollo de cada persona, en su crecimiento y su madurez.

-Y desde un cuartel general descentralizado.

-Parece un inconveniente, y puede ser una ventaja. Tenemos la suerte de contar con colaboradores en varios municipios. En Utrillas nos ceden la piscina cubierta tres veces a la semana. Tenemos la posibilidad de usar los polideportivos de los municipios de la zona. Y contamos con nuestro entorno, con el aire libre y nuestros paisajes. Es lo que más nos gusta, pero es muy positivo poder tener, disponer y utilizar los espacios y recintos deportivos. Es verdad que nos obliga a todos a un mayor esfuerzo, un trabajo diario, cotidiano, que es sacrificado. Pero la convivencia es mucho más agradecida.

-¿Cómo ve el futuro del club?

-Ahora mismo, disfrutar de esta generación, que están en su último año, y empezarán un nuevo camino, estudios, nuevos horizontes y retos en los que el deporte podrá estar en su día a día hasta donde quieran y puedan. Y seguir con la escuela, con la formación y el deporte de base, para preparar a las siguientes generaciones. Desde hace cuatro años acudimos a carreras de campo a través, 5k y 10k, San Silvestres, campeonatos de Aragón y de España, convocatorias de las selecciones aragonesas... Empezamos con el triatlón, y ahora nos ponemos a disposición de todos los que quieran combinar actividad física y montaña en nuestro territorio, porque el deporte es para todos independientemente de dónde vivamos.

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