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Isabel Ortega, antropóloga y doctora en Relaciones de Género: “El confinamiento supuso una sobrecarga de trabajo para las mujeres” Isabel Ortega, antropóloga y doctora en Relaciones de Género: “El confinamiento supuso una sobrecarga de trabajo para las mujeres”
Isabel Ortega, antes de la charla que ofreció en la Casa Blanca de Teruel

Isabel Ortega, antropóloga y doctora en Relaciones de Género: “El confinamiento supuso una sobrecarga de trabajo para las mujeres”

Esta experta en igualdad de género opina que hay que seguir trabajando en la corresponsabilidad
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Isabel Ortega es antropóloga y doctora en Relaciones de Género.Ofreció una charla en la Casa Blanca de Teruel titulada Mujeres y salud en tiempos de pandemia. El Instituto Aragonés de la Mujer y la Cátedra sobre Igualdad de Género de la Universidad de Zaragoza han organizado estas charlas para las agrupaciones de mujeres de las asociaciones vecinales de Zaragoza. Ahora también llega a  Teruel y Huesca.

-¿Cuál es el objetivo de estas charlas?

-Dentro de la línea de transferencia de la Universidad se pretende llevar a las asociaciones de barrios cosas que se están trabajando en la universidad, para actualizar y que el trabajo no se quede solo en el ámbito académico, que se difunda y por eso esta charla se lleva a las asociaciones vecinales de Zaragoza, a Teruel y Alcubierre, en la provincia de Huesca.

-¿Qué es lo que se quiere transmitir con ellas?

-A raíz del confinamiento, comenzamos a ver desde la perspectiva de género tanto cómo afectaba la enfermedad de manera diferencial a hombres y mujeres, porque hay estudios científicos sobre ello, como la carga de trabajo que han supuesto para las mujeres las medidas de confinamiento. La conciliación sigue siendo una tarea pendiente porque seguimos asumiendo más responsabilidades de cuidados las mujeres. A esto hubo que sumar el cierre de los colegios y ele cuidado de las personas mayores, que estaban aisladas, con mucho miedo además de no contagiar.

-¿Qué supuso además el teletrabajo?

-La conciliación de la vida laboral, familiar y personal se vio afectado por esa nueva situación pero hay que tener en cuenta que muchos trabajos esenciales estaban realizados por mujeres: la sanidad, la atención en los supermercados y comercios esenciales. Las mujeres estaban movilizadas en mayor medida que los hombres durante el confinamiento tratando de adaptarse a la situación y con una intensificación del trabajo, lo cual ha supuesto mayor carga de estrés y ansiedad, agobio, miedo y preocupación. Ha sido muy complejo.

-¿Hay alguna parte positiva en cómo ha afectado la pandemia a las mujeres?

-Me gusta acabar las charlas explicando que la pandemia ha servido para visibilizar la buena gestión que han hecho muchas mujeres al frente de los gobiernos donde había un jefa de Estado al frente. Hay estudios que muestran que han primado más la salud y el cuidado a la economía. A la hora de valorar las cifras, se ve que los países que han estado gestionados por mujeres tienen cifras más bajas de mortalidad.

-¿Qué países serían los que estuvieron en esta situación?

-Por ejemplo Nueva Zelanda, que es un caso curioso porque se cerraron las fronteras antes de que hubiera ningún caso. Se priorizó la salud en un país muy turístico donde también estaba ese miedo a perder esa fuente de ingresos. No hubo miedo a la crisis económica y se puso por delante la vida de sus habitantes. También hay países nórdicos con muy buenas tasas pero en estos casos hay que tener en cuenta que la forma de vida es diferente. No es lo mismo que los países mediterráneos. Los estudios muestran que las lideresas han sido más reaccionarias a la hora de no tener miedo a poner la vida de los habitantes de sus países por delante. Hay que recordar el discurso de Angela Merkel cuando todavía no se sabía qué estaba pasando. Ella salió y dio una rueda de prensa diciendo que no se sabía qué era pero pidió a la población que tuviera cuidado. Esa capacidad de empatizar, que en el caso de las mujeres se trabaja mucho más y se estimula más desde pequeñas, ha funcionado bien a la hora de sensibilizar a la población para que tuvieran cuidado.

-¿Cómo se está trabajando desde la Cátedra estos datos a nivel de Aragón?

-A nivel local todavía se están trabajando los datos. Estas charlas empezaron en 2020, justo después del confinamiento, y teníamos datos muy generales. Hay un estudio sobre cómo ha afectado a las mujeres en Aragón a través de entrevistas, que todavía no está publicado. Es para ver la sobrecarga en la exclusividad del cuidado y la maternidad y cómo se ha enfatizado determinados discursos en torno a ella. También se ha realizado un estudio en Zaragoza de cómo ha afectado por barrios porque no es lo mismo los de alta densificación, con pisos pequeños y familias extensas, que los barrios con zonas verdes y jardín. No es lo mismo cómo ha afectado a nivel psicológico. Estos estudios socioeconómicos se están trabajando desde la Facultad de Geografía e Historia y hay avances pero todavía no los traemos aquí, porque nos basamos más en los estudios generales que salieron a raíz del confinamiento.

-¿Hay una moraleja de todo esto de cara a futuros confinamientos?

-Hay que seguir trabajando mucho esto, porque además de la perspectiva de género hay que analizar la perspectiva interseccional, no es lo mismo tener una mujer con un trabajo estable que ha podido teletrabajar que ser una mujer que estaba en un sector económico que se fue a casa con un Erte. Lo que vemos en esta sobrecarga que ha supuesto para las mujeres es la importancia de seguir trabajando la corresponsabilidad porque hay estudios que muestran que como los trabajos esenciales -excepto la policía el ejército y poco más- eran feminizados, en muchas familias las mujeres estaban trabajando y los hombres en casa pero hay datos desmoralizadores que muestran que aunque ha habido un cambio de pauta a la hora de hacer la compra durante el confinamiento, que la hacían los hombres, pero que también era la única forma de salir a la calle, y  no se notó en otros ámbitos.

Ese cambio no es para ser muy optimista. Las mujeres siguieron ocupándose de las tareas que ya tenían y además de la educación, al estar las escuelas cerradas, con lo que supuso también de utilizar classroom y otras tecnologías. Además hubo un boom de videos que recomendaban hacer pasteles o hacer ejercicios saludables en casa que también supuso una sobrecarga para las mujeres, porque hubo un estrés de consejos para sobrellevar el confinamiento en el ámbito familiar.

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