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Judith Prat, fotoperiodista: “Muchas veces hay intereses no en finalizar las guerras sino en que se perpetúen” Judith Prat, fotoperiodista: “Muchas veces hay intereses no en finalizar las guerras sino en que se perpetúen”
Judith Prat el pasado domingo en Albarracín

Judith Prat, fotoperiodista: “Muchas veces hay intereses no en finalizar las guerras sino en que se perpetúen”

“Nuestros hábitos y forma de vida cómoda y feliz pueden tener consecuencias a kilómetros de nuestras casas”
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La fotoperiodista aragonesa Judith Prat ha sido una de las ponentes participantes en el XX Seminario de Fotografía y Periodismo celebrado en la Fundación Santa María de Albarracín. Sus trabajos se adentran en la realidad de los conflictos internacionales no solo desde los frentes de guerra sino desde múltiples ámbitos colaterales, con especial atención a la mirada de las víctimas, en particular la de las mujeres sobrevivientes. Es de los pocos profesionales que ha conseguido entrar en Yemen, un conflicto que es un agujero negro informativo tras el cual se ocultan muchos intereses.

- ¿Qué está pasando en Yemen?

- Bueno, Yemen ha entrado en su séptimo año de guerra y es un agujero informativo puesto que es prácticamente imposible entrar en el país por parte de la prensa extranjera, y muy difícil para los periodistas locales. La ONU ha dicho que es la peor crisis humanitaria del planeta en los últimos cien años, así que se está viviendo una tragedia de la que sabemos poco.

- Las potencias mundiales se movilizan para otras cosas, ¿por qué esta inacción en el caso de países como Yemen?

- Como siempre en la guerra hay muchísimos intereses y mientras la población yemení muere bajo bombardeos, hay por ejemplo todo un sector que es el comercio de armas que está haciendo mucho dinero con la guerra de Yemen. Así que siempre hay intereses, muchas veces no en finalizar las guerras sino en que se perpetúen.

- ¿Por qué no se abordan las verdaderas causas que hay detrás de los conflictos?

- Las causas de los grandes conflictos son complejas y diversas, pero detrás de ellas muchas veces están las causas económicas, el expolio de recursos naturales... En el caso de Yemen, es un país estratégico por su ubicación en la península arábiga, frente al cuerno de África. Por el golfo de Adén circula un 40% del tráfico marítimo mundial. Estamos hablando de un control de una zona estratégica del mundo. ¿Por qué no se analizan las causas? Porque cuando pones encima de la mesa las causas de repente aparecen los responsables, y los responsables a veces están muy lejos del lugar donde se producen las guerras. Hay muchísimos intereses internacionales para que las guerras surjan y se perpetúen.

- ¿Somos corresponsables por ese silencio y no exigir que se esclarezca lo que hay detrás de estos conflictos?

- Creo que como sociedad la ciudadanía tenemos la obligación de conocer lo que ocurre en el mundo, porque además nuestra manera de vivir, nuestros países, tienen implicaciones en cosas que ocurren muy lejos de nosotros. Pero a veces nuestra propia forma de vida, nuestros hábitos de consumo tienen consecuencias a kilómetros de nuestras casas y de nuestra vida segura, cómoda y feliz. Por ejemplo, yo he documentado el conflicto del Congo y este conflicto se perpetúa y dura ya más de veinticinco años, entre otras muchas cosas, porque se está produciendo un expolio del coltán. El 80% de las reservas mundiales del coltán están en la República Democrática del Congo y es un mineral estratégico, necesario para fabricar toda la tecnología moderna que usamos, por lo tanto nuestros hábitos de consumo influyen en lo que ocurre en el Congo.

- ¿Tendríamos que pensar en eso cada vez que cogemos el móvil en las manos para darle un uso banal, sin ser conscientes de la sangre que se ha derramado por el coltán?

- Habría que reflexionar en general. Yo apelo a la responsabilidad de la ciudadanía, a estar informados, porque además es la única manera de que tengan una visión crítica de lo que está ocurriendo. Creo que tenemos esa responsabilidad de tener una posición frente a lo que ocurre en el mundo.

- ¿Por qué se interesó por sitios como Yemen y el continente africano?

- Me interesaban conflictos tan importantes y duraderos y quería indagar en las causas. Sobre todo me preocupa porque yo ya tengo un interés personal por saber lo que ocurre en los grandes sucesos y en los conflictos también, quería conocerlo yo y contarlo. Creo que hay que dar herramientas al público para que entienda por qué ocurren las cosas. Si solo contamos el qué y no contamos por qué ocurre no estamos informando de manera correcta.

- Cubrir estos trabajos como freelance es muy costoso, no salen las cuentas trabajando solo para la prensa, ¿qué otras vías hay que explorar para poder financiar un trabajo así?

- Creo que hay que explorar todos los canales que nos permitan contar las historias que con tanto esfuerzo documentamos. La prensa es una de ellas, pero bien es sabido que estamos en un momento desde hace muchos años en que ha habido una crisis, un cambio de paradigma, de cómo funciona la prensa y qué temas se publican. Por lo tanto yo creo que hay que explorar cualquier otro formato de salida de nuestros trabajos que nos permitan contarle a la gente lo que ocurre. Hablo de exposiciones, de libros, de conferencias, todo lo que sea necesario para contar esas historias.

- ¿Cómo cree que está cambiando la percepción de la realidad de esos conflictos olvidados, o poco atendidos hoy día por la prensa, ante la posibilidad de nuevos canales de difusión como Internet para llegar a más gente?

- El que haya más posibilidades o más canales no siempre quiere decir que la información llegue de manera clara, directa y que sea información de calidad, creo que tenemos que seguir haciendo información de calidad y sea cual sea la vía por la que lo contemos.

- ¿Se ha planteado alguna vez dejar un oficio tan arriesgado y con tantos sinsabores como este? ¿Ha tenido dudas de seguir adelante?

- Sí, sí que las tenemos, pero al fin y al cabo es una profesión que elegimos, y no solo es un oficio elegido, es también un compromiso con seguir yendo a los lugares viendo lo que ocurre, fotografiarlo y volver para contarlo.

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