

Kiti Mánver, actriz: “Lo que es injusto es malo, decía Pau Casals; hay que tener la valentía de decir que no”
A sus 72 años, la actriz asume papeles protagonistas, selecciona sus apariciones y se releva contra las mentirasLa actriz Kiti Mánver (Antequera, 1953) representó el sábado a Francesca Vidal, compañera de vida del afamado violonchelista Pau Casals, en el Anfiteatro Pui Pinos de Alcañiz. Junto a Carlos Hipólito protagoniza Música para Hitler, una obra que remueve y encoraja para revelarse contra las injusticias.
-¿Había estado ya en Teruel?
-Estuve hace muchos años en Albarracín haciendo una serie para Televisión Española, y con alguna obra de teatro también había estado en esta provincia.
-Está en un buen momento, le están llamando últimamente para papeles protagonistas.
-Ha sido un no parar desde la pandemia. Dije que descansaba y ha sido lo contrario a lo que una piensa. La gente como que me echó de menos y me han salido cosas estupendas.
-Hace usted de compañera de Pau Casals en ‘Música para Hitler’. ¿Cómo es su personaje?
-No se llegaron a casar, algo que estaba muy mal visto en la época. Es un personaje maravilloso, muy pegado a la tierra y un apoyo para Casals en su ayuda a los refugiados en el sur Francia. Ambos son personajes preciosos y, sobre todo, hay algo maravilloso: me he reencontrado con Carlos Hipólito, que hacía tiempo que no coincidíamos.
-¿En qué otros proyectos coincidieron con anterioridad?
-Hemos hecho juntos Seis personajes en busca de autor, de Luigi Pirandelo dirigida por Miguel Narros o El sueño de una noche de verano, de William Shakespeare también dirigida por Miguel Narros. Y formamos compañía juntos con cosas muy interesantes, entre ellas una comedia salvaje. También hemos coincidido brevemente en televisión.
-¿Qué tiene actuar en lugares exteriores como el castillo de Alcañiz?
-Son sitios especiales que tienen mucha magia y te trasladan una sensación especial porque son espacios diferentes a lo que es un teatro recogido. Además, la gente va con un amor específico y con mucha afición a estos castillos y coliseos y se crea un ambiente especial.
-¿Qué le recomendó Francesca Vidal a Pau Casals cuando vino el oficial nazi con la propuesta de tocar para Hitler?
-Él era un hombre grandioso en su personalidad, como músico y como ser humano, pero tenía un carácter bastante tremendo. Tenía las ideas muy claras, un gran sentido de la dignidad y de la verdad, pero también un carácter de mil demonios. Ella le conoce muy bien y está de acuerdo en que se niegue a actuar para Hitler pase lo que pase, pero trata de apaciguar un poco los humos, sirve como bálsamo. Aporta mucho el personaje que han creado Juan Carlos Rubio y Yolanda García Serrano, arrastra un poquito al público con un poco de humor en una situación tan tremenda.
-El dilema se las trae.
-Ella está de acuerdo en que diga que no actúa para Hitler y le apoya absolutamente. El hecho real es que el Führer quiso que Pau tocara para él, y también es verdad que él se negó. A partir de ahí, este texto tan bello son todo suposiciones sobre lo que pasó en esa reunión con el oficial nazi. Francesca Vidal fue alumna de Pau Casals cuando era jovencita. Fue concertista de violonchello, no era una ama de casa común sino que tenía también un mundo y una cultura. Ha quedado un personaje muy cálido, de pies en la tierra y al mismo tiempo de apoyo a todos los niveles.
-¿Se exilió con él?
-Sí. Fueron pareja 20 años y cuando estaba en Prades, ciudad pequeñita del sur de Francia, en Villa Colette, donde él hizo conciertos para sacar fondos y ayudar a los refugiados. Los nazis no ignoraban eso. El personaje que hace Cristóbal Suárez maravillosamente no es plano. Tiene un mundo dual en su vida, se plantean una serie de conversaciones y discusiones tremendas. La protagonista de esas conversaciones es la música. Es un texto que transcurre en hora y media escasa y tiene una intensidad que los espectadores quedan muy emocionados. Se les pasa volando.
-¿Qué aporta la obra en estos tiempos en los que hay un colectivo numeroso que lanza mensajes de odio y xenofobia de forma indiscriminada?
-Enseña a sacar fuerza y saber que la dignidad está por encima de todo. Hay una frase maravillosa que la dice Pau Casals: “Lo que es injusto es malo”, y eso es una gran verdad porque hay que tener las narices y la valentía de decir que no. El problema es el miedo que van metiendo a la gente, y más en el mundo de hoy que hay tanta mentira. Hay que informarse de verdad y no quedarse con lo primero que se lee.
-Atesora una amplia carrera. ¿Queda Kiti para rato?
-No me atrevo a decir tanto, pero sí es cierto que sigo vibrando con mi trabajo y me sigue gustando muchísimo. No quiero ya ese nivel de frenesí de hacer 800 cosas a la vez. Cuando te vienen las cosas, como que lo quieres coger todo, pero a mi edad hay que tomarse las cosas con más calma. El 29 de agosto estreno en Netflix una miniserie de tres capítulos, Dos tumbas, una producción de Sábado Películas. Trata de la venganza de una abuela que investiga la desaparición de su nieta. Hago un personajazo impresionante con Álvaro Morte y Hovik Keuchkerian, y un montón de actores jóvenes, dirigida por Kike Maíllo. No soy una vieja, tengo la energía que tengo, que suele ser buena, y sigo en un oficio que sigo amando.