Ludmila Mercerón, profesora, cantante y escritora: “En la música descubro la mágica relación entre la armonía interna y el deseo”
“La escasez de recursos médicos y alimentarios están provocando una depresión social y emocional en Cuba”Las mujeres aprenden a cuidar su alimentación y su cutis en la biblioteca de Santa Eulalia del Campo
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Ludmila Mercerón, originaria de Santiago de Cuba, es profesora, cantante y compositora musical. Residente en Zaragoza, durante más de dos décadas ha participado en muchos proyectos musicales, en teatro, cine y en televisión. Recientemente presentó su libro, Amor e imprevistos, en la biblioteca Isidoro de Antillón de Santa Eulalia del Campo.
-Es cantante, con varios discos editados, ha realizado colaboraciones con el teatro y ahora se lanza a la literatura. ¿Qué le aporta cada registro?
-La expresión artística, en cualquier registro, es una agradecida posibilidad de exponer vivencias, apreciaciones del mundo que te rodea y percepciones vestidas mágicamente con el lenguaje que se utilice. En mi caso, la música y la literatura no están a un mismo nivel, pero ambas me han aportado un crecimiento espiritual muy grande. Por una parte, la música crece en mí, respira con mi estado de ánimo y se manifiesta como si fuera mi compañera de viaje. De hecho, es mi fiel compañera de viaje. Por otra parte, la literatura me ayuda a seguir en el camino del aprendizaje personal y profundizar en la magia del lenguaje escrito.
-Es una mujer polifacética pero, además, cuenta con una discapacidad visual de más del 80%. ¿Cómo ha afectado en su vida esa afección en la vista?
-Nunca sabemos realmente cuan importantes son nuestras posesiones. La posibilidad de caminar, de oír, de palpar o de ver son dones de la vida. Mi discapacidad fue tomando protagonismo con situaciones, que en un inicio, me descubrían torpe. Solo cuando fui consciente del problema, viví desasosiego, angustia y mi imaginación me llevó a oscuros caminos mentales. Una noche, después de descubrirme miedosa, me dije "arriba Ludmila, es preferible inventar canciones, bailar, jugar a no perder la orientación en el espacio o escribir un libro".
-Sus discos han sido siempre un canal para dejar salir su estado de ánimo. ¿Por qué a través de la música?
-Porque en ella consigo el lenguaje idóneo para contar historias. Es un mundo inmenso e infinito. En ella encuentro colores, matices y descubro la mágica relación entre la armonía interna y el deseo. De alguna manera su esencia imperecedera me cautiva.
-¿Qué es lo que aborda en su libro Amor e imprevistos?
-Trato lo distante que está nuestra imaginación de lo que la vida te depara en sí. Siempre creo, y posiblemente a muchas personas le pueda suceder, que los inicios de las cosas, situaciones o relaciones, tomarán un camino y al final la vida sorprende.
-¿El amor está siempre lleno de imprevistos?
-Siempre. El amor es un poema. Tanto el verso, la rima, el ritmo, la estrofa y hasta el título, sufren alteraciones y provocan cambios inesperados. Las relaciones interpersonales sorprenden según las situaciones, la formación ética de la persona y su sensibilidad al cambio, su desarrollo y la pervivencia.
-Narra en su obra cómo le han marcado algunas de las parejas que ha tenido. ¿Qué papel juegan las relaciones sentimentales en nuestra forma de ser y en la evolución como personas?
-Creo que lo ideal sería que nuestra forma de ser fuera siempre el punto de partida para desarrollar una relación sentimental. En mi caso el corazón dirigió parte de mi camino y aunque el amor es cielo, uno ve, y no he sido siempre racional. Debí tener una firme convicción de que la evolución como mujer es lo realmente indispensable para seguir adelante o cambiar un rumbo en el momento preciso.
-¿Qué le aporta más, un concierto o un encuentro con lectores como el que hace poco mantuvo en Santa Eulalia?
-Son dos escenarios completamente diferentes. En un concierto puedo elegir maquillarme o no y presentar un personaje según las características del repertorio y sus particularidades. Además, en un concierto tengo margen para la fantasía cuando, como meta deseo despertar, recrear o conquistar al publico receptor con diferentes registros emocionales. Sin embargo, en un encuentro con lectores la distancia no permite la fantasía, ni puedo elegir aparentar o recrear un personaje ficticio lejos de mi. Ante ellos soy tal cual y es inevitable la franqueza. Soy espontánea y me gustó que en Santa Eulalia, a pesar de la dureza del tema, provoqué alguna sonrisa. En ese encuentro me quise mantener a los asistentes atrapados por la curiosidad, el análisis y la autocrítica.
-¿Cómo está más cómoda plasmando sentimientos, con la música o con los relatos?
-Por supuesto con la música. Mi libro es arriesgado y atrevido por la manera que escogí para tratar el maltrato de género, las incomprensiones y el desamor.
-¿En qué proyecto está ahora?
-Compongo, canto y llevo el proyecto sociocultural comunitario Mercerón Center en Santiago de Cuba, mi tierra natal. Son talleres culturales ofrecidos por personalidades de la cultura santiaguera y aragonesa que contribuyen al salvaguardo de la cultura cubana, las tradiciones y el legado artístico en uno de los barrios más emblemático de Santiago de Cuba. Mi isla vive momentos realmente críticos. La crisis económica, la escasez de recursos médicos y alimenticios, la situación climática y las arbovirosis están provocando una depresión social y emocional que golpean el día a día del pueblo cubano. Y la cultura, en ocasiones, es la arteria que inyecta.
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