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Mari Luz Soriano, gerente del bar las piscinas de Oliete: “Pensábamos que íbamos a ser cuatro trabajadores, pero ahora mismo estamos 11 en verano y siete estables en invierno Mari Luz Soriano, gerente del bar las piscinas de Oliete: “Pensábamos que íbamos a ser cuatro trabajadores, pero ahora mismo estamos 11 en verano y siete estables en invierno
Mari Luz Soriano y David Garcés, tras la barra del bar Las Piscinas de Oliete

Mari Luz Soriano, gerente del bar las piscinas de Oliete: “Pensábamos que íbamos a ser cuatro trabajadores, pero ahora mismo estamos 11 en verano y siete estables en invierno"

La responsabilidad social corporativa, unida a calidad y servicio, claves del éxito para un restaurante en el rural
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El restaurante Las Piscinas de Oliete ha recibido este mes el diploma que acredita al negocio con la marca de Calidad Rural norteTeruel que promueve el grupo Leader Adibama. Sus gerentes, Mari Luz Soriano y David Garcés, reciben la distinción como una recompensa al trabajo de dos años en los que han conseguido estabilizar una plantilla a base de responsabilidad social corporativa y fidelizar clientes mediante una oferta gastronómica que despierta la curiosidad de vecinos y visitantes.

-¿Qué supone para su negocio obtener esta distinción?

-Es un premio a nuestro trabajo y un reconocimiento a lo que nos ha costado poner en funcionamiento el local desde cero, porque tuvimos que hacer una reforma integral de lo que era un centro social para poder desarrollar nuestra gastronomía. Poco a poco hemos ido dándole forma a un proyecto basado en la economía circular, con producto de la zona y personal cercano.

-¿Cuándo comenzaron?

-El negocio lo abrimos el 17 de junio de 2021, en plena pandemia y con todas las restricciones. Soy descendiente de Oliete, vivíamos en Barcelona y, junto a mi marido, decidimos dar un giro a nuestras vidas aprovechando que mis hijos eran ya universitarios. Buscábamos volver a las raíces en un entorno natural.

-¿Qué reformas hubo que acometer en el local?

-Fue una licitación pública del bar restaurante de las piscinas y empezamos de cero. Hacía 25 años que no se hacía acondicionamiento y tuvimos que cambiar suelos, instalar cámaras frigoríficas panelables, una cocina en la que se pudiese trabajar profesionalmente... Fue una aventura y una inversión que salió de nuestro patrimonio personal, aunque tenemos que agradecer a Adibama que nos ayudó con una subvención.

-¿Cuántas personas trabajan en el restaurante?

-Pensábamos que íbamos a ser cuatro, pero ahora mismo estamos 11 en verano y siete estables en invierno. En un pueblo de 330 habitantes no está mal. Hacemos un menú diario pensado para el trabajador, que coma rápido y con calidad. De primero siempre tienen legumbre, pasta, ensalada o verdura; y de segundo asado, guiso, plancha o pescado. Todo casero, también los postres.

-¿Cuántos menús dan?

-Una media de 50-60, aunque este invierno ha habido picos de 80. Tenemos trabajadores del desmonte de la térmica de Andorra, instaladores de placas solares, y trabajadores de las minas de arcilla.

-¿En verano varía mucho el perfil de cliente?

-Seguimos a mediodía trabajando con las empresas y vienen veraneantes de todos los pueblos de alrededor. Hay más tapeo y raciones, e incorporamos un menú especial con platos de carta con tres primeros, tres segundos y tres postres. Y los domingos hacemos pinchos. Nos sentimos muy agradecidos porque tenemos clientes del pueblo, pero también de Alloza, Ariño, Andorra, Alacón, Muniesa...

-¿En qué consiste su apuesta por la economía circular?

-Compramos en el pequeño comercio de Oliete, Ariño y Andorra, en pequeñas carnicerías que elaboran producto de calidad. También tenemos hortelanos con certificación, melocotón de Calanda, queso de Samper, aceite de Oliete, tomate rosa de Híjar... Trabajamos mucho lo que son recetas típicas de Aragón como la borraja con almeja o el ternasco elaborado de diferentes maneras. Damos un toque de modernidad y de presentación.

-¿Cómo consiguen afianzar plantilla en un momento en el que la hostelería presenta tanta carencia de mano de obra?

-El activo más grande que tenemos son nuestros trabajadores. Hemos intentado hacer dos grupos de trabajo, sala y cocina, de forma que entre ellos se combinen las fiestas. Se libra una semana jueves y viernes, y la siguiente sábado y domingo. La gente no quiere trabajar los fines de semana y llegará un momento en que nadie va a querer dar de comer.

-¿Sus hijos van a verles?

-Sí, mi hija fin de semana sí y fin de semana no, y mi hijo cada tres semanas. Me siento muy afortunada. Éramos una familia unida y ahora lo somos más.

-Un buen restaurante es un gran atractivo turístico.

-Esta es una zona muy desconocida. Aprovechando que viene bastante gente a comer me puse una paradita en la entrada con folletos del Parque Cultural del Río Martín. No se va ningún turista sin que le explique todo lo que hay para ver: el barranco del Mortero, el Calvario de Alloza, los Baños de Ariño...

-Se le ve con ganas de dinamizar el turismo. ¿Tiene algún proyecto más?

-Me encantaría tener un alojamiento turístico, pero no sé si me darán las fuerzas y la inversión. Me gustaría vender experiencias.

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