

Pablo Cercós, historiador turolense: “Eso que nos han dicho siempre, que casi no hay documentación histórica sobre Teruel, es falso”
Pablo Cercós clausura este sábado en el Claustro del Obispado el ciclo del IET sobre Historia del ArteEl historiador turolense Pablo Cercós cierra este sábado el ciclo La Historia del Arte en Teruel con una conferencia titulada Reconstruyendo la ciudad: la pintura de Teruel entre finales del Trescientos e inicios del Cuatrocientos, que tendrá lugar a las 18 horas en el patio del Museo de Arte Sacro de Teruel. Cercós ofrecerá las claves de una etapa de expansión de la ciudad (1380-1420) muy poco estudiada y conocida, y clave en el desarrollo de la ciudad.
-¿Qué va a explicar durante su intervención?
-Teruel llegó a una especie de punto cumbre más o menos por 1350, que es cuando llega la peste negra y tiene lugar la Guerra de los Pedros contra Castilla. Eso hará que su población se merme mucho y gran cantidad de edificios dejen de tener recursos. A partir de 1380, más o menos, se empieza a superar la crisis y se inicia una reconstrucción de la ciudad. Durante 40 o 50 años, hasta 1420 más o menos, se harán reformas en la muralla, en el portal de Zaragoza, el castillo menor, en el fuerte de San Pedro, en los caminos y puentes, pero también en los aljibes, los hospitales, las ermitas, la mezquita o la sinagoga. Se configura la judería y se hacen reformas en absolutamente todas las iglesias. En la charla voy a explicar ese proceso, con la intención de mostrar que hay un periodo de la historia de Teruel que apenas se conoce, entre finales del siglo XIV y principios del XV, importantísimo para la ciudad.
-¿Es exagerado decir que fue la época dorada de Teruel?
-Tal cosa no se puede asegurar por falta de documentación, aunque en mi opinión es muy probable que el auténtico esplendor de Teruel fuera alrededor de 1300, casi un siglo después de su fundación, cuando se construyen los principales templos. Pero a finales del XIV sí que vive una etapa de esplendor Valencia, y Teruel se benefició porque era su entrada al interior de la península. La cercanía trajo crecimiento económico, obra arquitectónica y dotación de obras de arte.
-¿De qué población hablamos, entre 1350 y 1420?
-Estos datos hay que ponerlos en duda porque hasta el siglo XIX manejamos solo datos de recaudaciones fiscales. Los investigadores que han estudiado esto hablan de que poco antes de la peste negra Teruel pudo tener en torno a 6.000 habitantes, y hacia 1380 podría tener unas 3.500 personas.
-Qué edificios son característicos de esa época?
-Llama mucho la atención todo lo relacionado con las murallas y las defensas, por miedo a que hubiera otra guerra con Castilla, pero también es la época en la que se construye el convento de San Francisco, una de las mejores del gótico en la provincia de Teruel. Y aunque San Pedro es medieval, la reforma que hoy podemos ver se realizó entre 1380 y 1390. En esa época la reina Leonor de Aragón también fundó el convento de Santa Catalina, pero no sabemos como fue en origen porque lo que nos ha llegado es una reforma posterior.
-¿Existe documentación suficiente para investigar?
-Evidentemente en el estudio de la historia siempre quedan lagunas. Pero en Teruel siempre hemos escuchado que aquí no hay documentación, y lo tenemos metido en la cabeza. Pero es falso, en realidad sí que la hay, lo que ocurre es que en muchos casos son fuentes secundarias o indirectas y se necesita muchísimo tiempo para buscarlas. Yo todo lo que voy a contar en la charla y lo que escribiré en mi tesis doctoral lo sé no porque existan restos arquitectónicos, sino porque la documentación me lo ha dicho. Pero esa documentación está diseminada en docenas de archivos nacionales, yo he consultado más de medio centenar de ellos. Toda esta información dispersa cruzada es la que te da noticias. El problema es que no se conservaron los protocolos notariales de Teruel hasta el siglo XVI. Si los tuviéramos tendríamos mucha más información y más nítida. Pero tampoco es cierto que no exista documentación.
-En su charla también habla de pintura, y de hecho su investigación doctoral está especializada en ella...
-Sí, pero para estudiar la pintura hay que tener el contexto de la arquitectura, porque cuando se transforma o se amplia un edificio o un templo es cuando se requiere para dotarlo obras de arte, orfebrería, y pinturas, que es lo que a mí me interesa. Y en esta época estudiada tenemos que se encargan obras a los pintores más importantes de la Corona de Aragón. Lorenzo Zaragozá, Pere Nicolau, su sobrino Jaume Mateu, los Lembrí... son grandes pintores que nos permiten entender que Teruel no era lugar aislado o atrasado ni mucho menos.
-¿Por qué se ha estudiado tan poco esta parte de la historia?
-La mayor parte de las investigaciones se han quedado en el momento de la fundación de la ciudad o el 1300 porque es el momento de la catedral y del esplendor. Pero el relato histórico tiene que ir más allá, porque todas las épocas tienen su importancia y lo que nos lleva al Teruel actual es la suma de todas ellas.
-Usted forma parte del nuevo Joven Consejo Científico del IET... ¿qué pueden aportar?
-Somos gente joven pero al mismo tiempo la mayoría estamos encaminados a terminar la tesis doctoral, por lo que llevamos cinco o seis años investigando sobre algo. Así que podemos hacer aportaciones nuevas e interesantes.
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