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Silvia Meseguer,  exfutbolista, de Híjar, médico en el hospital de Alcalá de Henares: “El deportista debe medir esa ambición de querer competir siempre, muchas veces perjudica” Silvia Meseguer,  exfutbolista, de Híjar, médico en el hospital de Alcalá de Henares: “El deportista debe medir esa ambición de querer competir siempre, muchas veces perjudica”
Meseguer, tercera por la derecha en la fila superior, posa con su equipo de la Liga Fulanita, en Madrid

Silvia Meseguer, exfutbolista, de Híjar, médico en el hospital de Alcalá de Henares: “El deportista debe medir esa ambición de querer competir siempre, muchas veces perjudica”

La internacional recupera de nuevo sensaciones con el balón en una liga madrileña de reciente creación
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Antes de que Messi fuera Messi, en el Bajo Martín el fútbol ya dio a luz a una Mesi pionera. Internacional con España, ex del Atlético de Madrid y el Sevilla entre otros, la hijarana Silvia Meseguer cambió el balón por la bata de medicina. Su calvario con las lesiones la motivó para aprender a curar enfermedades. Ahora que lo hace en uno de los mayores hospitales de la Comunidad de Madrid, vuelve a recuperar la sonrisa con un balón en los pies.

-Al final el fútbol atrapa.

-Es adictivo, sobre todo después de haber estado tantos años practicándolo. Es verdad que acabé bastante quemada del fútbol, sobre todo porque estaba lesionada de los tendones, tenía bastante dolor y eso me frustró bastante en el final de mi carrera. Afronté un periodo de desintoxicación, ahora haciendo la residencia en el hospital no tengo tiempo como para vincularme con una disponibilidad plena, pero he vuelto a jugar así como afición y estoy recuperando la ilusión por volver al césped.

-¿Y de quién es la culpa de volver a ver a Mesi de corto?

-Ahora estoy jugando con compañeras que estaban en el Rayo Vallecano femenino, con las rivales contra las que me enfrentaba antes cuando estábamos en Primera División. Me he unido a su equipo, en una competición de jugadoras retiradas de hace poco que se llama La Liga Fulanita, que aquí en Madrid mucha gente que deja el fútbol va a jugar ahí. Es una liga dominguera, de disfrute, tiene dos divisiones y me está sirviendo para reconciliarme con este deporte.

-Porque los amores reñidos...

-Es que es verdad que me daba un poco de pena haber acabado así, con esa sensación de más odio que otra cosa, con el sufrimiento de las lesiones, con tanto dolor en los partidos... Y ahora volver a jugar y sentir esa sensación de estar disfrutando, pues sí que lo había echado de menos y me está encantando.

-Si hubiera nacido unos años más tarde, si le hubiera venido el máximo nivel un poco después, ¿cree que el fútbol le hubiera dado lo que mereció?

-No sé si es cosa de antes o después, o de lo que merecía o no, sino de mi sentimiento como deportista. La sensación con la que me fui... No me gustó la sensación con la que me retiré. Más viendo ahora con perspectiva y conocimientos que si me hubiese recuperado bien de esa lesión o hubiese parado antes, en vez de forzar muchos partidos con dolor, probablemente habría podido acabar de manera diferente y sobre todo con otro nivel.

-Incluso haber coincidido con la generación dorada del fútbol femenino español.

-Eso no me molesta tanto. El cambio de generación es una cosa que se tiene que dar. Lo que sí que el deportista debe medir es esa ambición de querer jugar y competir siempre, de no descansar, que muchas veces nos perjudica y no es lo más importante.

-¿Ve fútbol ahora?

-Menos de lo que me gustaría. Voy a ver algún partido sobre todo del Atlético Femenino.

-¿Y qué ve ahora en el fútbol?

-Todo evoluciona. Mucha gente antes que mi generación lo tuvo muchísimo más difícil para jugar al fútbol, por todo lo que conllevaba a nivel social en épocas anteriores. Yo formo parte de una generación donde las condiciones eran mejores, pero peores que las que tienen ahora. Y me alegro de que el fútbol siga evolucionando. Pero aún se ha avanzado menos de lo que se debería.

-Y no será por falta de nivel.

-Pero los éxitos del fútbol femenino parece que no se consideran igual. Es verdad que se ha avanzado algo en cuanto a estructuras deportivas y condiciones económicas. Pero creo que lo más importante es aceptar al fútbol femenino como lo que es, como fútbol. Las mujeres podemos tener las mismas capacidades para jugar. Podemos entender de fútbol exactamente igual que los hombres. Y eso implica que es clave que nos respeten como tal.

-Sobre todo comparando con la incluso sobreinformación que trae consigo el masculino.

-El fútbol masculino, sobre todo el de las estrellas, el de las máximas categorías, no representa toda la afición del fútbol. La mayor parte de la gente que sigue el fútbol es gente normal, con sus problemas diarios, que le sirve de desconexión su afición. El fútbol de las estrellas no representa ese mundo, está muy fuera de él. El femenino no tiene nada que ver y creo que deberíamos seguir en esa línea, personas totalmente accesibles. Que podamos hablar con la gente tranquilamente, y que no estemos en un mundo diferente. Lo local, lo cercano, que no se pierdan esos valores.

-¿Se ve Meseguer en un banquillo o un despacho de fútbol?

-No, no puedo con eso, porque como no dependería de mí lo que sucediera en el campo, lo pasaría fatal. Sí me podría llamar la atención formar parte del servicio médico de algún club.

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