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Restar llevando Restar llevando

Restar llevando

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Nada nos dice un título. Depende del contexto, del interés o de la metáfora con la que el autor nos pueda revelar un contenido todavía por descubrir. Restar llevando es algo esencial en la formación. Cualquiera que quiera aprender a restar, por supuesto. El conocimiento, ese valor sacramental de los que durante siglos han creído en aquello que no solo sea material, inmediato, está en serio riesgo. Seguimos a cientos de papanatas que tienen a bien difundir por todo el mundo su ignorancia, directamente proporcional a la poca vergüenza que les da manifestar públicamente su imbecilidad.  Respeto nada a aquellos que tienen en su dedo la detestable tarea de malinformar y manipular a millones de jóvenes de todo el mundo. Millones de jóvenes que hacen más caso a Lladós que a su profesor o que a su madre. Millones de toneladas de carne de cañón esperando ser disparadas por velados intereses que aprovechan la situación para seguir en sus tronos.

El pedagogismo absurdo, el emocionalismo atroz y patético, el sentimentaloide victimismo de cualquiera que se cree el centro del mundo atacado por mayorías que, en realidad, están pensando en una comida familiar… El interés manifiesto y pérfido de adoctrinar por abuso o por defecto. La malcarada postura de una administración que vende algo en lo que tú crees mientras compra soluciones en saldos de todo a cien. Esa es la realidad de la educación a la que pueden aspirar tus hijos y los míos. Frustraciones, diagnósticos efímeros para justificar algo que el sentido común te puede contar en dos minutos. Ansiedades para no salir de burbujas familiares. Inteligencia desterrada del acto mismo de lo educativo. Leyes absurdas y peligrosas por inoperantes. La culpa será siempre del docente, que tiene meses de vacaciones. Una vez detectada la culpa no hay solución; hay justificación. Cuando la pedagogía barata y seudocientífica entra por la puerta, el conocimiento y la educación saltan por la ventana. Pero los futuros formadores están formándose en gilipolleces mientras las élites siguen estudiando de la única manera que se puede. Aunque a ellos les da igual, pues podrán comprar el título que quieran si es menester (no me hagan decir nombres). Estudio, respeto, repetición, memorización, aplicación, interés por aprender, dedicación, esfuerzo. Si les apetece, lean el libro de la Ed. Dobleuve.  Estoy en su equipo.