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Paguitas Paguitas
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Víctor Guiu
En el diccionario político patrio se le da vueltas de vez en cuando al término “paguitas”. Un término que suena gordo, como una mancha de pintura que cae y no sale con nada. Viene del enfado, del desconocimiento, las más de las veces de la manipulación. Pero funciona, y así se instala en el imaginario común.

Todos hablamos de paguitas, claro, pero siempre de las de los demás. Porque detrás de la palabra reside el más sencillo clasismo del ser humano. Difícil encontrar a alguien que no sea clasista. Al clasismo no se le combate con nada. Uno debe convivir con él, aplicando la ley y entendiendo que somos una mota de polvo en un océano de pringaus sin rumbo. Que levante la mano el que esté seguro de que nunca le va a pasar nada. Que levante la mano el anarcoliberal que cree que no se necesita el Estado para nada.

Así, recopilando, he oído hablar despectivamente de las “paguitas” de otros a:

Dirigentes de extrema derecha que no han dado un palo al agua y viven de la política subvencionada; agricultores; ganaderos; prejubilados de la mina; católicos de misa semanal; autónomos de los de factura ligera a la administración; grandes empresarios que sustentan sus números con obra pública y amiguetes del Estado; médicos que cuelan a sus pacientes de la consulta privada en la lista de la SS.SS; gente que lleva a sus hijos a la concertada (la privada de los pobres); ex autónomos que se quejan de su pensión después de haber pagado el mínimo durante varias décadas; periódicos, radios y teles que viven de la subvención pública directa o indirecta a través de anuncios institucionales; gitanos que se quejan de los moros; moros que se quejan de los negros; familias desestructuradas de las de consulta mensual con la asistenta con su “los españoles primero”; obreros de todo pelaje; empresas energéticas y ladronas de aquellas que recibieron el regalito de todos para hacértelo pagar ahora, pues el sol y el aire son suyos; artistas y grupos contratados una y otra vez con dinero público; banqueros y obreros de la banca, aquellos de lo del préstamo nos iba a salir gratis...
¿Qué son “paguitas” me preguntas tú? Paguita también eres tú.