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Las cartas que hacían desertar a los alemanes en la Segunda Guerra Mundial Las cartas que hacían desertar a los alemanes en la Segunda Guerra Mundial
Bárbara Lauwers durante el acto de condecoración

Las cartas que hacían desertar a los alemanes en la Segunda Guerra Mundial

Javier Sanz

Si importantes son los soldados y las armas en cualquier guerra, la historia ha demostrado que no lo son menos las labores de espionaje, propaganda o sabotaje que, normalmente, se llevan a cabo tras las líneas enemigas. La Office of Strategic Services (OSS) en EE.UU y el Special Operations Executive (SOE) en el Reino Unido fueron los servicios encargados de estas labores durante la Segunda Guerra Mundial. El OSS se dividía en varias secciones: SI (Secret Intelligence), SO (Special Operations), OG (Operational Groups)… y el MO (Morale Operations), en el que me centraré. Las tareas del MO iban encaminadas a minar la moral de las fuerzas del Eje en una especie de guerra psicológica. Una de sus principales bazas era la difusión de panfletos con mensajes subversivos entre las filas enemigas, ya fuese mediante bombardeos, pegados en las paredes por miembros de la resistencia o agentes infiltrados, enviados por correo… Cualquier cosa para que los soldados enemigos se cuestionasen aquella guerra e incluso llegasen a desertar. Dentro del MO, destacó una mujer por su ingenio y la originalidad de sus propuestas: Božena Hauserová.

Božena nació en 1914 en Brno (hoy República Checa), estudió en la Universidad de París y se graduó en la Facultad de Derecho en Brno. En 1938, tras casarse con el estadounidense Charles Lauwers y ante la ocupación alemana de Checoslovaquia, decidieron abandonar Europa y se trasladaron al Congo belga. Tres años más tarde, y ya en Nueva York, Charles fue llamado a filas y Božena, ahora Barbara Lauwers, se trasladó a Washington DC para trabajar en la embajada checoslovaca.

En julio 1943 se incorporó al Women’s Army Corps (WAC), unidad militar de mujeres creada recientemente dentro del propio ejército de los EEUU. Gracias a su facilidad con los idiomas —hablaba inglés, alemán, francés y checo— fue seleccionada para formar parte del MO. Después del correspondiente entrenamiento, fue enviada a Italia a comienzos de 1944 para trabajar como agente de campo tras las líneas enemigas. En Italia creó un entramado de agentes, miembros de la resistencia e incluso prisioneros alemanes contrarios al Führer para hacer correr noticias falsas y distribuir propaganda contra Hitler para minar la moral de soldados alemanes.

Imaginación

Y lo hizo mediante la creación de la League of Lonely War Women (Liga de las Mujeres Solitarias de la Guerra), Verein Einsamer Kriegerfrauen (VEK) en alemán. Barbara decidió inventarse esta Liga, que nunca existió más allá de sus planes y su imaginación, para atacar directamente la entrepierna de los alemanes. Redactó esta carta en alemán y sus agentes distribuyeron miles de copias en los lugares frecuentados por los enemigos:

Verano 1944 ¡Querido soldado de primera línea! […] ¿Cuándo vas a ser capaz de olvidar por un tiempo tus deberes para tener unos días de alegría, felicidad y amor? En casa sabemos de tu heroica lucha. Entendemos que incluso los más valientes se cansan alguna vez y necesitan un descanso, una almohada suave y un poco de ternura. TE ESTAMOS ESPERANDO.

Para ti que tienes que pasar tus permisos en una ciudad extranjera; para quienes la guerra ha privado de su hogar; para ti que estás solo sin una esposa, una novia o una amiga. TE ESTAMOS ESPERANDO.

Cortad nuestro símbolo de esta carta [unos corazones de la parte inferior izquierda] y lo colocáis en el cristal de algún café cercano a la estación del ferrocarril, de modo que se puede ver con claridad. Un miembro de la VEK contactará con vosotros. Los sueños y las fantasías que tienes en tus noches de soledad, se cumplirán. Te queremos a ti, no a tu dinero. […] Hay miembros de nuestra organización en todas partes, porque las mujeres lo entendemos como un deber con la patria y con sus defensores.

Hemos sido separadas de nuestros hombres durante muchos años, y con tantos extranjeros que nos rodean nos gustaría una vez más sentir la juventud de los soldados alemanes en nuestro regazo. No seas tímido. Tu esposa, tu hermana o tu amante son una de nosotras también. Pensamos en ti y en el futuro de Alemania.

Verein Einsamer Kriegerfrauen

Con esta carta, Barbara pretendía que los casados o con hijas desertasen para regresar a casa y detener aquella locura —¡sus mujeres e hijas se ofrecían a los soldados!—, y que los soldados solitarios utilizasen sus permisos para volver a Alemania en busca de un poco de consuelo. Tanto éxito tuvo, que incluso el Washington Post se tragó la existencia de la tal organización y publicó esta noticia el 10 de octubre 1944: “Los soldados alemanes en excedencia del frente italiano solo necesitan ponerse un corazón entrelazado en la solapa durante sus permisos para encontrar una novia”.

Pero la jugada maestra de Barbara, que además le sirvió para ser condecorada con la Estrella de Bronce, ocurrió en 1945. Cuando estaban interrogando a un sargento alemán, este se percató de su procedencia y se jactó de que la Wehrmacht estaba utilizando a sus compatriotas checoslovacos para el trabajo sucio y las misiones más peligrosas. Así que Barbara decidió utilizar esa información para su próximo objetivo: los soldados checoslovacos que luchaban junto a los alemanes en el norte de Italia. Imprimieron cientos de octavillas en checo y eslovaco con aquella bravata y las hicieron llegar a sus compatriotas. De todos los checoslovacos que abandonaron el frente y cruzaron las líneas para entregar las armas, unos 600 llevaban en sus bolsillos la octavilla redactada por Barbara.

Ella y su primer marido se divorciaron durante la guerra. Cuando terminó la contienda, regresó a los Estados Unidos y se volvió a casar en 1954 con Joseph Junosza Podoski. Trabajó en la Academia Nacional de Ciencias en Washington y en la Biblioteca del Congreso como analista de investigación. Falleció el 16 de agosto de 2009 a la edad de noventa y cinco años.