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Medievales Medievales

Medievales

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Javier Lizaga

Lo de Medievales es como lo de Antena Aragón, que nunca se vio en gran parte de la provincia y 15 años después sigue siendo el apelativo oficial de la tele de Aragón. Entonaremos por ello un “que se joda Prince” y pasaremos al análisis de la fiesta de los medievales, mediavales, para frikis. Os diré de mi experiencia de contubernios políticos que lo primero que debemos dejar claro es que todo ha ido fenomenal, un éxito y cualquier comentario es una ilustración de ello. No piensen que estamos aquí para criticar, no somos de esos desagradecidos.

El primer acierto es la invasión de furgonetas. Demuestra muy bien la fusión porque siendo vehículos del siglo XXI, actúan con el despropósito y total falta de respeto a cualquier norma, como procede en el XIII. Hay encima de la acera, cortando calles, invadiendo plazas…es la orgía del repartidor. También está muy bien lo de los dos días festivos en los colegios de toda la provincia, jueves y viernes, de La Puebla de Híjar a Peñarroya, se logra así mostrar el fervor medieval allende Palomera y se anima el desconcierto al evidenciar lo bien que se concilia (horarios de los padres-horarios de los colegios) en este país, por inexistencia.

Debe hacerse notar también la experiencia. Como, por ejemplo, se aprovecha para ser muy exigente con los dueños de los puestos que no vengan de esos que tienen la sangría hecha a las 8 de la mañana y que cocinan unos chorizos que sólo te comerías tras cinco años guerreando en las Navas. Aunque lo mejor este año han sido las turbas, tumultos y momentos puramente medievales que se vivieron al coincidir un concierto y los terrores al toro nupcial. Calles saturadas de puestos, otras literalmente inaccesibles, seguramente obstaculillos para ese camión de bomberos listo para cualquier emergencia. Me gustaría proponer también, siempre para sumar, un concurso de paellas para las jaimas, es injusto no premiar semejante adaptación al siglo XIII. 

Por lo demás, queda una ciudad entregada, actores que uno tiene que pensar dos veces si de verdad no son profesionales (increíbles Alba e Israel, como cabeza de todos ellos), el esfuerzo de muchos que trabajan estos días y la ilusión de casi toda la ciudad. Ellos son los que más se merecen que todo esté, de verdad, genial.