Nadie sabe todavía qué pasó aquel 27 de septiembre de 1989 en Voronezh, a 500 kilómetros de Moscú. Eran las 17.30 de una tarde de otoño. Los niños jugaban en el parque y había gente en la parada del autobus. Todos coinciden en haber visto volando una bola roja. Los niños incluso la vieron, aseguran, detenerse y tres seres bajaron de ella. El laboratorio geofísico de Voronezh constató una huella de 20 metros de diametro, hendiduras redondas de 5 centímetros de profundidad y rocas desconocidas. Javier Sierra ha unido esta historia a Teruel para siempre.
Por supuesto, nadie les creyó. Casi ellos mismos han olvidado, o querido olvidar lo que vieron. La memoria trata de borrar aquelló que nos dejó atemorizados, le dice su compañero Pinotti a Sierra, en una reflexión genial sobre nuestro afan de certezas, aunque sean mentira. Sierra era un adolescente, entonces, que marchaba a Madrid, a la facultad de periodismo, pero con la casa llena de carpetas de recortes de sucesos extraños, y obsesionado por los Ovnis. Esa es la parte donde entran 800 turolenses que han hecho de actores, plazas, calles, el colegio de Las Viñas o el teatro Marín vistos con la magia del cine y la locura genial de La Caña Brothers.
Javier Sierra contó hace unos días en la presentación que los Otros mundos, título de la serie, no están muy lejos, sino dentro de nuestra mente, muy cerca. Contó también que había sido el que mejor se adaptó a los 12 bajo cero de Voronezh, donde volvió para entrevistarse con los niños que dijeron haber visto el UFO. Y lo hizo con la misma fuerza y entusiasmo con la que convenció a sus padres cuando tenía 19 años de que se iba a Nuevo México, a investigar en Rosswell la caída de un platillo volante. 19 años, cuando algunos lo más lejos que pensábamos es en las fiestas de Villastar.
Los genios pasan antes por la categoría de raros. Por eso, esta serie de Sierra me parece un ajuste de cuentas fantástico, una venganza grandilocuente. El niño rarito de los ovnis vuelve para decirnos, que somos idiotas por no dejar volar nuestra imaginación, y que por favor, demos crédito y libertad para soñar a los niños. Creámos en ellos como si quizá fueran la única certeza. Se estrena el 9 de marzo a las 22:00 en Movistar. Se lo recomiendo.