Síguenos
Rabia dominicial Rabia dominicial

Rabia dominicial

banner click 244 banner 244
Javier Lizaga

Me pregunto si cuando hagan reportajes para convencernos de que fuimos unos héroes, si entonces alguien recordará que, a falta de fútbol, los domingos los dedicábamos a insultar. Primero a los irresponsables con perro, después con compra y, por último, con hijos. Antes te gritaban que era penalty, ahora quieren que aceptes que, según sus propios cálculos, hay que reorganizar el desconfinamiento así o asá. Quieren tener razón y enuncian leyes generales: “todo va bien”, “todo va mal”. Como si ignorásemos que hay tantos gilipollas como puntos medios de gris.

Ángel nos preguntó sin esperar respuesta. “¿Qué quieres que le diga a mi madre? Pues le miento y ya está. No estoy de acuerdo en que uno hace lo que quiere con la vida. La vida te lleva, a veces. Yo hace dos años estaba de jefe de cocina y ¿quién me iba a decir que estaría viviendo en la calle? Hacía un año que no me reía. Yo vivía en una casa bonita con jardín.”A Ángel lo conocí la semana pasada. No se sentía héroe de nada, ni estaba preocupado por su salud. Me dijo también que del pozo sólo se puede sacar uno mismo. Los Servicios Sociales de Teruel han aprovechado que el mundo ha parado para ayudar, con formación, a algunos sin techo. 

Cada pozo es tan propio como colectivo ahora el fracaso. Si alguna vez he gritado con un logro ha sido después de fracasar. Hoy es siempre todavía, dice mi verso favorito de Antonio Machado.”Hay que refundar el capitalismo”, dijo Sarkozy, en 2008 después de la crisis de los banqueros dadivosos, de hipoteca fácil digamos. Y no pasó nada. Porque los que nos tenemos que refundar somos nosotros. Cada uno. La ventaja es que ya hemos visto lo que queremos: unas cervezas con amigos, reír con nuestros familiares, abrazar a nuestros hijos… Y nada de eso necesita muchas  horas extra.

Tengo ganas también de volverme a sentir rodeado de inventores. De librerías que reserven libros por teléfono, peluquerías con cita por internet, para no coincidir, o de una plaza del Torico con todos los balcones con pañuelos rojos atados, símbolo de una ciudad entera llena de pañuelos rojos, el día de la Puesta (una propuesta desde aquí). Nunca está nadie más activo que cuando no hace nada, decía Catón, nunca menos sólo que cuando está consigo mismo. El mundo está a punto de arrancar, que te pille insultando o soñando, sólo depende de ti. Y es gratis.