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Cada vez más lejos Cada vez más lejos

Cada vez más lejos

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Javier Hernández-Gracia

He guardado un pantallazo de los horarios a partir de la nueva normalidad publicados por la empresa concesionaria de la línea Teruel-Valencia y Teruel Madrid. Se da la inusitada paradoja de salir de Teruel a las 8.30, estar en Segorbe a las 9.45 y llegar a Valencia a las 9.05. Todavía mejor el que sale de Teruel a las 17.00 pasa por Jérica a las 18.05 y llega a Valencia a las 10.05, osea según dicha web toda la noche en el autobús  -brutal-.Visto lo visto diré que este párrafo inicial lo he escrito unas cuantas veces porque he de confesar que en algunos de los borradores el nivel de vocabulario grueso era incluso impropio de mí, que me gusta guardar las formas, aunque sea partidario de alguna colleja verbal en los fondos.
Las cosas cuando tienen un nombre conviene usarlo, la riqueza del castellano nos obliga y este lo tiene esto es una indecencia. Los que tenemos una dilatada carrera en el uso del autobús Valencia-Teruel y a la inversa somos testigos, incluso mis experiencias de viaje de Teruel a Madrid en lo que entonces era conocido coloquialmente como Coche de Línea vienen de la niñez, era cuando dicho coche salía del Óvalo, visto el retroceso es para llorar, pero me centraré en Valencia porque de todos es conocido mi doble residencia en ambas ciudades del Turia de plata. La empresa que gestiona esta línea va de caos en caos, exigiendo subvenciones y recortando los servicios, a mi juicio incumpliendo el pliego de condiciones al que concurrió haciendo una baja en el precio del billete que muchos especialistas consideran cuasi temeraria y por la que obtuvo la concesión.
Conozco la carretera de siempre, he sido espectador de cuando se pasaba por Torres-Torres, por el interior de Sarrión o Segorbe, en mi época de estudiante en Valencia, he subido y he bajado el Ragudo y me he mareado en las curvas de don Fermín como todo hijo de vecino. Y en este momento me duele decir que nunca estuvimos tan lejos, ni siquiera en esos años ochenta cuando el tren seguía exhausto alcanzando la cota de Barracas y llevabas ya tres horas de trayecto, -pues sí- vecinos y avecindados, ahora que hay una flamante autovía, ahora, estamos más lejos.
Antes de seguir aclararé que yo no tengo coche, sencillamente porque no me da la gana, después de mucho conducir decidí que el transporte público me podía llevar a todos los sitios ¿A todos? A Teruel no (ya sé) algún portavoz me dirá que a Teruel sí, pero no me convencerá, a Teruel no como debería llevarnos a mí y al resto de los ciudadanos que decidan coger dicho transporte público, visitantes, estudiantes, trabajadores, turistas o familiares y por descontado todos los demás. Saben ustedes que en la nueva normalidad el primer autobús que saldrá de Valencia con dirección a Teruel será a las 11 de la mañana y el último a las 19.30, pero para volver de Teruel tendremos que coger uno que ha situado la empresa a las 17.00. Queridos comerciantes turolenses, llegando a la una y algo y marchando a las 17.00 ustedes a este segmento les van a vender ¿nada? No dejará de caer algún café y nos alegraremos por la hostelería, pero claro, con más autobuses, más cafés, algún almuerzo y alguna comida más. En cuatro horas amigo y paisano, tendrás que ver a la familia, coger los capazos oportunos en la calle de San Juan y comprar, y como tengas cola en banco o administración casi puedo anunciarte que te puedes dar por ¡jodido!
En esta parte final de estas sentidas palabras, mi más sincera enhorabuena a la clase política turolense, a toda sin excepción, a los que se hacen fotos, a los que no a los bocatruenos a todos, 41 años después de las primeras elecciones municipales en España, tenemos un tren que sigue siendo una pena tenemos infinitamente peor comunicación pública con Madrid de la que existía en el franquismo. La comunicación en transporte público con Valencia se sitúa en los parámetros de la infamia. Se han parado a pensar ¿Pregunto? que los turolenses que viven fuera son ya muchos más que los que viven en Teruel 
He comentado hasta la saciedad con muchos viajeros que tan importante como viajero es salir de Teruel como llegar y más tratándose de una ciudad, cuya condición de capital de una provincia despoblada evidencia que sostener el comercio se hace complicado, todavía mucho más si nos hallamos inmersos en una crisis de dimensiones casi apocalípticas, pero Teruel tiene a una parte importante de sus hijos estudiando en Valencia y es importante una buena comunicación pública al igual que los estudiantes de allí que han elegido el campus de Teruel para desarrollar sus estudios, y sí, más allá de Javalambre hay vida inteligente, el fenómeno Blablacar no triunfa por moda triunfa por una necesidad de viajar; como leí una vez en las redes sociales Con Samar vivíamos mejor. Y por si acaso no ha quedado claro: Yo no tengo coche porque  no me da la gana, pero como turolense merezco tener un transporte público por carretera con mi tierra como el que teníamos hace 3 años sin ir más lejos.