Síguenos
Bostezos anclados Bostezos anclados

Bostezos anclados

banner click 244 banner 244
Javier Hernández-Gracia

Estamos en Teruel, sí, capital y provincia, geografía de comarcas conjunto de gentes, cielos limpios, naturaleza en estado virginal y cada vez somos menos y por si faltaba poco llega el Covid-19. Lo de pocos es un verdad incuestionable que no nos ha llegado hace dos días, ni dos años, llevamos tiempo percibiendo augurios, a diferencia de la pandemia, esa sí nos ha pillado por sorpresa, -augurios sí- que nos indicaban que tal vez el de-
sierto llegaría, pues bien, aquí estamos y toca mirar de frente, empezar a plantear aquellas cuestiones que siendo políticamente incorrectas, al menos abran reflexión, confío que mayoritariamente a unos y sonrojo a otros. La primavera de hace un año estalló llena de titulares: Banda Ancha, presupuestos aprobados, presupuestos por aprobar, dinamizaciones varias y el tradicional esto se ha conseguido gracias a mí a lo que desde otro lado contestan ha sido gracias a mí y por el Mijares, el Guadalope o el Martín, sigue pasando agua.
A estas alturas de la narración hay dos maneras de entender el problema, la lógica es ponerse las pilas; administrar la finca es algo que se hace prácticamente sin esfuerzo, para eso ya están los técnicos, funcionarios y personal laboral; el cometido principal de su trabajo es cumplir la legalidad, para todo lo demás (esta sería la número dos) se requiere imaginación, audacia, conocimiento real del problema y ganas, sobre todo adoptando un principio escaso en alguna clase dirigente, asumir de una vez por todas eso que cantaba Serrat Que la tierra cayó en manos de unos locos con carnet. Claro está que todo esto se agudiza cuando se te presenta de golpe algo tan inesperado como un virus que te reduce las expectativas económicas a ras de suelo y lo que es más importante la salud.
Probablemente quien lea estas líneas pensará que acabo de pedir un acto de fe, nada más lejos de mi intención, pido apertura de miras, lo científico que no hace tanto estaba muy denostado por lo mediático, sigue siendo un instrumento clarividente también a la hora de juzgar la historia y sus hechos probadamente demostrados. Hasta aquí se ha llegado por una rotunda falta de astucia, y aunque creo sinceramente que hay personas dedicadas a la gestión política de valía, en muchos casos los aparatos se han rodeado de un alto grado de enchufados incompetentes e hijos de, que son como una mota en el ojo que impide ver el problema, y lo grave, darle solución. Ambas materias son preocupantes, un problema deja de serlo cuando se conoce y se dimensiona, si no se aprecia difícil es atajar la hemorragia que produce.
Se ha impuesto como hecho habitual el formar equipos con los chicos del partido (salvo excepciones últimamente escasas) notorio ejemplo donde la barca hace más agua, en una ocasión un político valenciano me hablaba de un proyecto lleno de esfuerzo, de años de trabajo y su amarga queja giraba en torno al poco conocimiento que de dicho proyecto tenía la opinión pública, el poco seguimiento mediático que había alcanzado, no pude por menos que sacar ese gen que heredé de mi bisabuela que era de El Castellar y procedí: “si en lugar de tener un equipo de enchufados sin formación en el gabinete de prensa tuvieras un equipo de periodistas profesionales, ese trabajo se conocería sobradamente”. Un tienes razón como respuesta me dejó tranquilo, porque si no lo digo reviento; a día de hoy el equipo de enchufados sigue intacto, y claro ¡me adoran!
En la política cercana en general se ha instalado el cierre de fronteras, una vuelta a aquello tan utilizado en el franquismo como la exaltación de los valores más patrios por un lado y por otro la infalibilidad del gobernante por muy local que sea, hasta el punto que la mera discrepancia con esos valores absolutos y sesgados te convierte casi en traidor a la entidad y su gloriosa historia. España como todos los países de nuestro entorno tiene glorias y miserias, no más ni tampoco menos que las que puedan tener Francia o Polonia, todos tienen un Velázquez y un Anual, y luego se establece una pirámide de escalas donde se aplica ese concepto de fervor, en lo local/provincial; por ejemplo se apuesta por lo propio y supuestamente tradicional, por ejemplo las fiestas donde se establece el modelo Salcedillo, barra y grifo y a no pensar, regionalizando que es gerundio.
Estamos en una emergencia que vislumbra un cambio en  nuestras vidas, pero los datos son los datos. Solo con mirar cuál será la población de este sur de Aragón dentro de 10 años, hay argumentos rotundos para entender que hace tiempo que estamos en el ciclo del Terror, viene a mí mente Gabriela Mistral, y por no enloquecer no encuentro los instantes definitoria estrofa de su poema Desolación; asumo el socialmente repudiado papel de decirle al protagonista que va en cueros como aquel rey desnudo del cuento, significando que delante de sus narices hay proyectos capaces de asentar, estructurar, y adentrarse en esos nuevos modelos de producción que cuando pase esto aportará la cultura, la buena no la de el niño enchufado. Asumiré la sentencia, ya sabéis que entre Thelma y Shelma yo soy más de Maruja Limón. Alea iacta est.