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Enrique Trullenque: El valor del arte Enrique Trullenque: El valor del arte

Enrique Trullenque: El valor del arte

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Javier Hernández-Gracia

Están siendo días en los que tengo la oportunidad de hablar de Enrique Trullenque con muchas personas tanto amigos de Alcañiz, como del mundo del Arte. El Arte que suele ser el lenguaje escrito de tiempos y sociedades, tiene en el pintor alcañizano interesantes páginas que nos llevan a entender años de intensidad, de aspiraciones y sobre todo sueños, los del arte y el artista y en este caso la ciudad que lo vio nacer crecer y marchar, como protagonista.
Toda esta animada conversación nace a partir de una idea concreta, la obra de Enrique como otro atractivo cultural más de una ciudad,Alcañiz, plena ya de por sí de arte e historia esa idea también la  publicaba hace unos días en VerdeTeruel, la revista de turismo y experiencias donde incidía de manera concreta en este aspecto. Suele ser reiterado que las ciudades con historia den vueltas concéntricas en su promoción a los acontecimientos y monumentos del pasado, pero no es menos cierto que hay un tipo de espectador, de amante del arte que busca en la vanguardia nuevos caminos, que percibe de ese arte actual el placer en la mirada y Enrique Trullenque es un activo importante en ese axioma.
Es perceptible y se vislumbra una mayoría de personas que demandan un turismo cultural con cimientos, ese que han forjado en Italia a lo largo de la historia, sin duda beneficiados por esa rica historia clásica y de sucesión de estilos a lo largo de los siglos. No es menos cierto que si hay una sociedad que ha desarrollado nuevas vanguardia en esto del arte actual ha sido precisamente la trasalpina, sus diferencias entre norte y sur tendrán otros campos ideológicos, pero en el terreno del arte han  creado nuevos diseños de preclara actualidad con el fundamento y raíz de lo que siempre han tenido, un arte de siglos. El territorio itálico ha incorporado tanto el cine en todas sus maravillosas variables – Fellini o  Nino Rota- como la pintura de genios como Carlo Carrá uno de los padres del futurismo, y cierto es que en Italia también se disfrazan y se visten de época pero me permitirán que diga que lo hacen con mucho mucho estilo.
Contar en la sociedad actual con la obra de Enrique Trullenque, debería hacer pensar si esa ventana a la vanguardia debe ser aprovechada al máximo, llevo años diciendo que Trullenque está por derecho propio en la historia del Arte y he tenido varios alumnos que han realizado ya trabajos sobre su figura, aunque estos no han pasado de desarrollos de asignatura y todavía están lejos de un trabajo de gran calado en la investigación de su obra, no desfallezco ni con esto ni con proyectos de  museo, centros de investigación de cerámica ni con la idea de que la sostenibilidad es cultura y futuro para nuestra tierra, ni con escribir una fábula donde la rica ruta de la  seda la dirigen un enano y un chino, me acabo de leer el libro de Alessandro Baricco y me ha encantado por cierto.
Al final todos tenemos una aspiración. La vuelta a un tiempo de tranquilidad a desalojar la pandemia de nuestras vidas, pero el trabajo sigue ahí. Decía hace poco en Alcañiz, que ni allí ni en otras partes de la provincia se espera la fábrica de alpargatas de 300 trabajadores, por tanto la mirada a la sostenibilidad y la cultura con ese paralelismo que tiene con el turismo, el bueno, el de calidad el que busca lo mejor en cada sitio, puede ser una oportunidad de desarrollo para la tierra –nuestra tierra- y el arte que está ahí esperando su oportunidad porque en turismo cultural también hay que ser innovador hacer cosas que generen expectativas y por tanto asienten oportunidades de negocio, cuando los tarugos poblaban Alcañiz no había proyectos solo fotocopias, hora es pues de mirar al gran artista, aprender de su agenda internacional de sus años de asesoramiento que fueron años de estar conectado con lo mejor que se hacía en arte y en cultura.
Hay dos tipos de territorios en estas cosas del Arte, los que se lo comen todo por número de habitantes, por tejido social y empresarial, por albergar los centros de poder pero también los que hacen de la experiencia innovadora su motivo y seña, el otro es el que se conforma con ser periferia sin mayores expectativas que traerse cuatro zarrios y exponerlos en uno de sus maravillosos edificios legado de un pasado brillante, pudiendo tener una expectativa vanguardista en torno a la que construir una idea de Arte Contemporáneo, ese término que en algún departamento universitario  levanta sarpullidos, pero tranquilidad, siempre hay una farmacia cerca.