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Arrecifes muertos Arrecifes muertos
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Isabel Marco
Más del 84% de los arrecifes de coral del mundo ya están afectados por el cambio climático y el calentamiento global que este conlleva. Su muerte afecta directamente a un millón de especies diferentes y organismos marinos que viven en los arrecifes de coral. 

Son muchas las preguntas que me surgen sobre cómo podríamos remediar algunas de las cosas que hemos ido haciendo mal desde que entramos en la era industrial y el capitalismo. 

Para consuelo de las personas a las que nos preocupa dejar un planeta habitable a nuestros hijos y nietos, existen puntos de inflexión positivos que podrían influir en la capacidad de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de una manera muy rápida como son la adopción generalizada de prácticas agrícolas regenerativas y una aceleración en la transición al uso de vehículos eléctricos y a la energía solar. Pero claro, hay que hacerlo bien, de manera sostenible, no podemos destrozar el paisaje y zonas naturales para instalar paneles solares por encima de nuestras posibilidades si el fin último de estos paneles es además vender la energía a bajo coste.

Lo que necesitamos son políticas y gobiernos que estén dispuestos y que estén a la altura de este nuevo desafío que se nos presenta. Para ejemplo de esto puedo poner un botón como es el ecobarrio Roca City Gavá y Viladecans. Un nuevo proyecto de regeneración urbana en el que se van a transformar 30 hectáreas que están en desuso entre los municipios de Gavá y Viladecans. Se trata de un modelo de urbanización responsable con el planeta y eficiente con el medio ambiente. 

La regla que rige la construcción de este barrio es la de tres números: 3, 30 y 300. 3 porque todas las viviendas que dan al exterior podrán ver desde sus ventanas al menos tres árboles grandes. 30 porque todos los barrios deben tener al menos un 30% de cobertura vegetal, de tal manera que si los mirásemos desde arriba, un 30% de ellos sería verde. Y 300 porque todos los vecinos de este barrio tendrán una zona verde de alrededor de una hectárea a menos de 300 metros de sus casas. 

En este barrio se van a plantar 10.000 nuevos árboles en los próximos seis años, van a comunicar zonas con "ejes verdes" que conecten espacios naturales con vegetación, quitar el pavimento de la mayor superficie posible para llevar de nuevo la naturaleza donde ahora hay asfalto o cemento, van a convertir plazas en bosques urbanos con suelo natural en los que crecerán nuevos árboles que darán oxígeno y sombra a la población. 

Son cambios que pueden llegar a reducir las temperaturas entre tres y cuatro grados. Esto trae mejoras y beneficios en la calidad de vida, menos problemas de salud, menos golpes de calor, mejor descanso en verano... Además, van a recoger el agua de lluvia a través de una red de recogida diferente a la de las aguas residuales para formar un acuífero bajo la ciudad y se extraerá cuando sea necesario con pozos para regar en verano. Los alcorques serán fuente de vegetación y los bosques urbanos tendrán casas para insectos polinizadores y pájaros. 

Han creado una comunidad energética municipal y vecinal que ya tiene dos megavatios de energía solar instalada en los tejados de edificios públicos y particulares que ha hecho que el ayuntamiento haya ahorrado 300.000 euros al año en la factura de la luz y beneficiado a los vecinos que son dueños de su energía. 

Todo esto significa que se puede hacer, que ya se está haciendo. Ahora necesitamos que ese pequeño botón sea el ejemplo a seguir para que no encontrarnos con más arrecifes muertos y otros efectos que están a la vuelta de la esquina.