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Enseñar, aprender, competir Enseñar, aprender, competir

Enseñar, aprender, competir

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Toni Fernández

Inmersos en el mes de noviembre, esta temporada parece que cierta normalidad ha llegado, y que el deporte base puede desarrollarse de una manera más o menos aceptable, un complemento fundamental para la vida de los más jóvenes, desde los más pequeños (en torno a los 4 años) hasta los adolescentes que están a punto de cumplir la mayoría de edad.

Pero con el retorno de los entrenamientos y competición de los chicos y chicas, conviene no quitar el ojo, el objetivo, en lo que tiene que ser lo primordial, tanto para los que entrenan (enseñan) como para los que queremos que aprendan. Creo que sobra decir los valores que el deporte transmite a quienes lo practican, más aún en edades tempranas, pero es de vital importancia que el responsable de ese aprendizaje lo tenga claro también. Me explico, en deporte base la enseñanza, tanto a nivel técnico de cada deporte, adaptándose a la edad y nivel de cada deportista, como a nivel humano y personal, es la base de todo, y eso tiene que ser la pata primordial de la planificación.

A partir de ahí sigue todo lo demás, conseguir que el aprendizaje sea correcto, que haya una mejora continua, a todos los niveles y aspectos, y por último el competir, que siempre mejora el rendimiento y el mismo aprendizaje. Y ojo, porque cuando digo competir no digo ganar, porque muchas veces esto es casi imposible, imaginamos un chico de 12 años que hace atletismo y va a carreras de cross donde tiene rivales que él por las circunstancias que sea no puede ganar, pero esas mismas carreras seguro le harán mejorar, superarse, desarrollarse, aún sin ganar.

Así que sí, hay categorías donde la competición es muy importante y donde los resultados son vitales, pero seguramente es un porcentaje minúsculo dentro del deporte base. Por ello tenemos que saber disfrutar los entrenadores, coordinadores, directivos, padres y familiares de lo que nos brinda el deporte en los más pequeños, conseguir pequeños logros, mejoras, progresos, y sobre todo inhalar y absorber todos esos valores que son fundamentales y que ayudan a crecer como personas, porque muchos de ellos una vez se adquieren se mantienen para siempre.

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