EFE
España, verano de 2025, 100.000 hectáreas quemadas. El 55% de los incendios, provocados por la actividad humana, según el Ministerio de transición ecológica. Este mes, se ha producido el mayor incendio desde que hay registros, en Zamora-León: 36.500 hectáreas arrasadas. Se calcula que los daños en agricultura, ganadería y turismo alcanzan los 1.000 millones de euros. En el momento de escribir esta columna, hay 19 fuegos activos en todo el país y dos aviones cisterna italianos se suman a las labores de extinción.
España, verano de 2050, 200.000 hectáreas quemadas en el Pirineo oscense, el mayor incendio de nuestra historia. Las primeras investigaciones sobre su origen apuntan a una barbacoa mal apagada. Las últimas lluvias registradas han sido las de las inundaciones de Abril en Alcañiz y Valderrobres. Por sexto día consecutivo, Mora de Rubielos ha superado los 40º. Ahora mismo en España hay 58 incendios activos que arrasan más de medio millón de hectáreas.
Evidentemente, este último es un escenario ficticio, pero basado en previsiones reales. Los medios de extinción, aunque siguen siendo precarios, se refuerzan tras cada incendio y el despliegue de medios ahora mismo no tiene precedentes, pero el monte sigue ardiendo. El cambio climático provoca olas de calor cada vez más largas e intensas y las lluvias se concentran en pocos días. Tras el éxodo a las zonas urbanas y el abandono de las rurales, hemos cometido el error de pensar que los bosques quedan lejos, pero los 8.000 evacuados este verano en 30 localidades demuestran que no. Urge y mucho cambiar de mentalidad: sabemos que los incendios se apagan en invierno, ahora hay que aplicarlo a las políticas públicas y a la legislación que, si sigue yendo por detrás de la realidad, esta vez llegará cuando no quede realidad alguna. El profesor de la Universidad de Las Palmas, Federico Grillo, asegura que cada euro que se invierte en prevención reduce 100 en la factura de extinción. La económica, añado yo, no hay nada que compense que tu vida se reduzca a cenizas.
España, verano de 2050, 200.000 hectáreas quemadas en el Pirineo oscense, el mayor incendio de nuestra historia. Las primeras investigaciones sobre su origen apuntan a una barbacoa mal apagada. Las últimas lluvias registradas han sido las de las inundaciones de Abril en Alcañiz y Valderrobres. Por sexto día consecutivo, Mora de Rubielos ha superado los 40º. Ahora mismo en España hay 58 incendios activos que arrasan más de medio millón de hectáreas.
Evidentemente, este último es un escenario ficticio, pero basado en previsiones reales. Los medios de extinción, aunque siguen siendo precarios, se refuerzan tras cada incendio y el despliegue de medios ahora mismo no tiene precedentes, pero el monte sigue ardiendo. El cambio climático provoca olas de calor cada vez más largas e intensas y las lluvias se concentran en pocos días. Tras el éxodo a las zonas urbanas y el abandono de las rurales, hemos cometido el error de pensar que los bosques quedan lejos, pero los 8.000 evacuados este verano en 30 localidades demuestran que no. Urge y mucho cambiar de mentalidad: sabemos que los incendios se apagan en invierno, ahora hay que aplicarlo a las políticas públicas y a la legislación que, si sigue yendo por detrás de la realidad, esta vez llegará cuando no quede realidad alguna. El profesor de la Universidad de Las Palmas, Federico Grillo, asegura que cada euro que se invierte en prevención reduce 100 en la factura de extinción. La económica, añado yo, no hay nada que compense que tu vida se reduzca a cenizas.
