Han pasado ya cincuenta años desde que murió Franco, desde que se acabó la dictadura franquista y parece que últimamente se oye hablar mucho de ella. Hace un mes aproximadamente, se publicó una encuesta del CIS en la que se decía que más del 21% de los españoles creen que el franquismo fue bueno y alrededor de un 17% que piensan que vivir en una democracia es mucho peor. Las noticias que nos llegan son que los jóvenes están desinformados y alimentados por bulos populistas de corte fascista que les dicen que el sistema democrático está fastidiando su futuro.
Estas personas no han estudiado la historia del país en el que viven. Creo que sería buen momento para empezar a estudiar la historia por la etapa contemporánea o hacer mejor los planes de estudio para que no se queden en el tintero los temas referidos a esta etapa histórica si no queremos estar condenadas a repetir los mismos errores y estar a merced de los bulos.
Para las personas que se estén planteando, después de mucho escucharlo, que con Franco se vivía mejor, recuerdo algunos rasgos característicos de la dictadura que tan solo hace cincuenta años se sufrió en este país:
Suponía la unión de los tres poderes (ejecutivo, legislativo y judicial) en la figura de Franco y se impuso un modelo de estado centralizado. Existía todo un entramado jurídico integrado por disposiciones e instituciones públicas, para reprimir a la disidencia republicana. Así empleaba el Derecho para legitimar su poder y facilitar la persecución, represión y exterminio del que no pensase como dictaba el régimen.
No existía la libertad de expresión ni de prensa, había un fuerte control sobre los medios de comunicación que lo que hacían era publicar sólo las noticias que fuesen favorables al régimen. Del mismo modo estaban controladas las artes como el cine, el teatro o la literatura, que tenían que pasar por la terrible censura, puesto que todo aquello que fuese contrario al régimen no podía salir a la luz. Muy ligado a esto, también había un férreo control ideológico, no se permitían ideas liberales extranjeras y se prohibieron las identidades regionales.
Los sindicatos y los partidos políticos estaban prohibidos, sólo existía el sindicato vertical que estaba controlado por el Estado, evidentemente. Los derechos laborales directamente dejaron de existir, no había derecho a la huelga, ni a la negociación colectiva (no estaba permitido reunirse).
Existía un fuerte aparato represivo que silenciaba y castigaba a toda persona que se opusiese al régimen de cualquier manera, eran perseguidos, encarcelados, juzgados sin defensa real en muchos casos y podían acabar asesinados por la pena de muerte impuesta por el régimen.
Las mujeres estaban completamente anuladas, se consideraba que eran dependientes de la autoridad del varón, no podían ejercer la patria potestad, necesitaban el permiso de su marido para trabajar, realizar gestiones administrativas como sacar dinero del banco, no se podían divorciar, no podían tomar anticonceptivos, las adoctrinaban a través de la sección femenina...
En resumidas cuentas, esos jóvenes que hablan con nostalgia de Franco y su dictadura, deberían pensar que si viviesen en aquella época no podrían juntarse con sus amigos simplemente a hablar y pasarlo bien, no podrían usar las redes sociales (no porque no existiesen, sino porque no les dejarían usarlas), no podrían amar con libertad, no podrían ser como son ni como querrían ser.
En resumidas cuentas, mejor que los jóvenes no miren con nostalgia a nuestros años más oscuros del S.XX y que se dediquen a construir el futuro desde una libertad verdadera, aquella que nos da la democracia.
