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Devaluar la fiesta Devaluar la fiesta

Devaluar la fiesta

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Soy de los críticos con el cambio de las novilladas sin picadores por clases prácticas. Entiendo que hay que buscar fórmulas que permitan la viabilidad de estas, ya que el futuro de la fiesta depende de ellas. Pero lo que sucederá (o ha sucedido ya, según cuando me lea usted) en Andorra me parece una circunstancia gravísima. Ya no tanto por la empresa, que es quien intenta colar la papeleta, si no como por el ayuntamiento que lo permite. Y es que, en el pliego de condiciones, del cual adjuntamos copia aquí mismo, se especifica que se debe realizar una corrida de toros con seis astados más un sobrero. En cambio, nos encontramos con un festejo que está fuera claramente de las exigencias del pliego, convirtiendo la corrida de toros (más la de rejones/concurso de recortadores) en una novillada sin picadores y un concurso de recortadores. 
Si bien es cierto que se anuncia un rejoneador con alternativa tomada, el calagurritano Sergio Domínguez, se lidiará un novillo. Al jinete lo acompañarán hasta cinco aspirantes a novilleros, debut incluido del local Daniel Pérez, en lo que significará una clara devaluación de la feria taurina de Andorra, aquella que una vez fue un referente nacional, junto a Cella, con su feria de novilladas picadas, y que, desde hace años, venía celebrando una corrida de toros. Una corrida de toros que representa una oportunidad para toreros con menos tirón mediático, pero que son parte, también, necesaria de la fiesta. Sí, ya se que me dirán ustedes que el dinero es el del empresario, pero no tanto, ya que hay una concesión presupuestaria. Y con dinero de todos, el nivel de exigencia debe ser máximo. Por ética y pulcritud.
Se da la circunstancia que la empresa es la misma que ha gestionado, por un breve periodo de tiempo, la plaza de Calatayud. Esa en la que hubo polémica con el Mene, cuyo apoderado dijo que no se habían respetado las condiciones del contrato y que, finalmente, no se presentó. Esa empresa que ha renunciado a dar las corridas de la localidad zaragozana en un margen tan corto de tiempo que se ha conseguido que Bilbilis se quede sin toros en septiembre. Y es que lo barato sale caro. Sirvan estos ejemplos, o el del pasado año en Alcañiz, para tomar consciencia de ello. Y de que, entre todos, debemos dignificar la fiesta.