Síguenos
Elecciones Elecciones
banner click 236 banner 236
Javier Lizaga
El sufrimiento es lo que diferencia al optimismo de la esperanza. Lo explica Byung-Chul Han en su último libro. Sólo desde la desesperación y la duda puede surgir la fe en lo imprevisto y lo desconocido. Mientras, el optimista, encerrado en sí mismo, no ve el futuro como algo incierto, sino como algo a su entera disposición. El filósofo coreano podía haber ilustrado la ceguera del optimista con Azcón, que si pudiera traspapelaría votaciones y encuestas. Ir a votar, nos decían, era una ocasión única, ahora, parece ser un trámite más aburrido que pagar el impuesto de circulación.

Dos años después, Azcón nos dijo ayer que quiere un gobierno “que siga atrayendo inversiones”, como si gobernar fuera cuestión de tener un buen departamento de marketing: anunciar cosas, sean rosquillas o inversiones. Quizá sea la única salida para unos políticos que viven en campaña electoral continua: enrocarse un poco más, y convocar elecciones. 

Azcón nos recordó ayer “la irresponsabilidad de la oposición”, tras una negociación presupuestaria que ni él se cree, más falsa que el papa noel de un supermercado. Da más bien la sensación de que los políticos ansían la mayoría absoluta, como le pasa a Nicolás Maduro. Y que no se acuerdan, en el PP de Oregón, de que fueron ellos los que eligieron como socios a Vox, obligados por el aislacionismo que lleva años imponiéndose el PP. Como el niño que ya no puede jugar con nadie en el recreo, porque siempre quiere decir él a qué se juega.

Lo más divertido es que este año hay que presentar las coaliciones después de Nochebuena, qué metáfora, y las candidaturas para el día de la cabalgata, siempre fueron más deseo que realidad. La cuesta de enero será cuando nos llamen para formar parte de una mesa, otro palo, y con suerte, tal y como dicta la historia meteorológica de la provincia, una nevada animará la campaña electoral. Hay quienes seguimos pensando que incluso unas elecciones son imprevisibles, porque los ciudadanos no somos monigotes.