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Contradicciones Contradicciones
Javier Escriche

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Víctor Guiu
Hace muchos años ya, demasiados, que estoy bastante en paz con mis propias contradicciones. O al menos no las escondo demasiado ni me ruborizo por dentro o por fuera. Otra cosa muy distinta es que considere contradicciones ciertos gustos o formas de pensar que algunos talibanes, de la ideología que sea, consideran imposibles de relacionar. Hay ciertos personajes que se centraron en la pureza y para ellos es impuro que casen ciertos planteamientos o aficiones si te dices de izquierdas o derechas. Y así nos va en esta viña sin Señor. 

Podríamos hablar de muchos de estos gustos o talentos, por los cuales ciertos grupúsculos que manejan redes sociales y se dedican a investigar la vida del personal de turno, analizan el cuadradito que les corresponde en sus compartimentos en una cabeza poco dada a la lectura o a la comprensión básica de textos. Según los nuevos dominicos, para pertenecer a según que asociaciones, tienes que cumplir unas normas muy estrictas. Desde una estética a una ética y a ciertos valores que me suelo yo pasar por el forro de los mismísimos.

Y todo esto, ya ven ustedes, para decir que me gustan los toros. Porque sí que es cierto que, ideologizados en exceso, un sector pijo de la sociedad lo ha considerado tendencia, una muestra simbólica de lo malo que es el Perro. Poco ayuda ver tanto fachaleco y tanto tonto de jerseycico atado a la cintura, es verdad, pero es que hemos vendido impunemente lo que era nuestro a ese circo mediático que antes ni reparaba en esta fiesta ni en tantas otras. Contradicciones de la historia y la costumbre, la misma costumbre que se ha delegado en las clases pijorricas y fachapobres cuando los toros eran del pueblo, de la clase trabajadora.  

Porque hay una izquierda hippie, absurda y mayoritaria empeñada en entregar  a las clases altas y a la derecha cuestiones culturales como los tambores, los toros o las jotas que eran propias de los obreros y campesinos. Y uno, que sabe que el enemigo común debería ser el fascismo, se niega, por mucho que le puedan decir, a partircipar en ese disparate.