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Hipermotivados Hipermotivados
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Víctor Guiu
Me descubro ante esta tarde apacible. Me pongo cómodo, en zapatillas y veo pasar el día o los tiktoks. Peregrino descanso antes de la hipérbole poética que nos espera. Hipérbole como sueño o pesadilla, según el día. Declaración de principios; alivio de sofá. Punto de cruz sobre una tela de Aracne sin domesticar.

“Llegará el verano y su inaplacable ventana./ Sonreirá el otoño y su canción./ Volverán oscuras, si así lo rezan, sus golondrinas./ Cargará el cielo su nube y su razón”. (E. Jartillo)

Hilvano la mañana como quien hilvana la tarde. Huyo como quien huye de su destino y los veo pasar. Hipermotivados, sobre su hombro una cruz de pesadumbre, sobre mí una pena antigua de pasar desapercibido. 

“Válgame el cielo que no ilumina tanto,/ su código de lastre lastimero./ Ábreme de lleno el balcón/ que prefiero disparar seguro y certero”. (E. Jartillo)

Rememoro las últimas conversaciones e intento sin demora evitar coincidir a horas y a deshoras. Soy solo yo y mi caballo ante el páramo desolador del día. 

Pese a ello me aparto de vez en cuando del camino, por si las moscas. La actividad frenética requiere también sus momentos de descanso. Y la tribu de los hipermotivados no te va a dejar descansar. 

Los vas a encontrar donde menos lo esperas. Y no vale aquello de ya vendrá el garbanzo a la cuchara. Siempre piden más. Siempre hay algo que hacer. No te perdonarán la siesta ni la reflexión. Es aquí y ahora. Nunca más tarde del horario y el día que ellos te marquen.

Suelen viajar cargados de batucadas y dibujos. Mientras, tras el velo tímido del último resquicio, donde creemos que habita el sentido común, la memoria y la lucha de clases; la izquierda que fuma esperamos el momento para cargar el kalasnikof de nuestras palabras. Allí donde el humo se aparta de la nueva feligresía. Allí donde la vida te enseña, de verdad, dónde está el verdadero enemigo.