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Segura de Baños Segura de Baños
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Víctor Guiu
Segura de Baños fue un pueblo importante en su momento. De los casi mil habitantes que fueron hoy no quedan más de una treintena. Es otro pueblo que se quedó a desmano del desarrollo del siglo XX, como si la destrucción de su castillo por los guiris fuese un prefacio de lo que luego sucedería. Yo siempre me acuerdo del pueblo porque en el 94 hicieron un campeonato de ciclismo de cadetes que recorría esas sierras para acabar en el San Just, nada menos. El otro día montaron lifara los de siempre en el balneario. La prensa decía que se reunieron 170 expertos, aunque en las fotos había mucho traje y pocas luces. Los de la Cofradía del Corte Inglés que no falten en la foto. Desconozco las conclusiones que allí se sacarían. Espero al menos que les fuese el wifi y que no tuviesen problemas de cobertura. Espero que esos expertos pudieran hablar mejor de lo que pasa por estos lares con una cerveza y levantando un poco de la languidez retórica de lo mismo de siempre. 

Cuando escribí el libro Lo rural ha muerto, de la Ed. Dobleuve, ya estaba cansado de tanto experto y tanto encuentro. De allí sacamos aquella frase de “hay más encuentros y jornadas de la despoblación que gente viviendo en los pueblos”. Aunque la mejor crítica la hicieron hace unos años la Pili y el Javi de Ojos Negros cuando rularon aquel congreso imaginario titulado I Jornada contra la sobrepoblación de la España Masificada y en apoyo a la Resiliencia Urbana.

Viene todo esto al caso por lo de las corbatas. En Alcañiz un profesor de universidad al que fuimos a ver daba una ponencia tras la presentación oficial de unas jornadas parecidas. Más de veinte trajes se levantaron tras la inauguración y se fueron al bar más cercano a hablar de sus cosas. El ponente, un tío listo y crítico, nos dijo a los presentes que quizá lo mejor era irnos de allí, pues los que realmente deberían de escuchar las propuestas para aplicarlas se habían pirado. Tengo una amiga periodista que me dice que solo se salvan seis o siete de toda la cofradía. A los demás lo que les digan los expertos o quien cojones sea les da exactamente lo mismo. Tienen la cabeza como un bloque de hormigón, lo más cojonudo es que todavía les aguantamos esas tomaduras de pelo de tarugo maleducado. Relájense. No pasa nada. El año que viene volveremos a la carga con más jornadas y congresos