

En el país del toco mocho hay casi que hacer un máster para saber quién te tima. El último ejemplo es el Plan Corresponsables, que propongo rebautizar. Los socialistas de salón, los que gobiernan Españistán, publicaron, a bombo y platillo, la renovación del plan en mayo. “No hay ni un solo euro menos” respondió la ministra, cuando le preguntaron por qué el plan había pasado de 190 a 142 millones. Ya saben, esa manía de pensar que somos gilipollas.
Pero las quejas llegan ahora. Cinco meses después, los gobiernos autonómicos dijeron, solidarios y comprometidos, que eso de cubrir el 25% de presupuesto que faltaba, nanay. Algunos gobiernos, como el oregonés, rehén de Box, no puede ni aprobar los presupuestos, como para modificarlos. Ayer la consejera anunció que cubrirán lo que falta, donde dije diego digo. Habrá que verlo.
A todo esto, del plan Corresponsables salen los dineros para “madrugadores” y las “aulas de tarde”, ya ven, una chorrada que usaron el año pasado unas 4.500 familias en Aragón. A estas alturas en muchos coles (rurales para más inri) aún siguen esperando, mientras los políticos repiten “y tú más”.
Otro día, si eso, hablamos de que conciliar en este país sea librarte de tu prole. En Dinamarca, por ejemplo, la semana laboral son 37 horas, hay flexibilidad horaria, por ley, para los padres y 600 pavos al trimestre de ayuda hasta que cumplen 18. En lugar de preguntarnos qué nos ha pasado, la urgencia es donde metemos al zagal.
Llevan semanas pidiendo por adelantado a los coles que abonen los servicios, a los padres que se apunten a algo que no se sabe lo que costará y retrasándolo. Muchos padres porque se han buscado otra cosa, otros por desconocimiento, ya no lo usarán. ¿Faltan dineros? Lo desarmamos.
Ya ven, del mismo plan saldrá una app para medir cómo repartimos las tareas, como si la igualdad fuera quien hace la cama. Quizá puedan incluir un apartado para indicar, en las tareas, quién nos miente, quien nos toma el pelo. Algo, ayudaría.