Síguenos
Jugar por jugar Jugar por jugar
banner click 236 banner 236
Javier Lizaga
El primer periodista que entrevistó a Maradona, cuando llevaba 3 partidos y medio en la primera argentina, se sorprendió cuando el pibe le dijo que llevaba la cuenta del número de caños que había hecho. Un caño (pasarla por debajo de las piernas del rival) es, futbolísticamente, una burla. Posiblemente, el regate más simple y perfecto. Uno manda el balón para que sea él quien espere, y el defensa ya no tiene excusa siquiera para tocarte. El engaño recuerda que el fútbol es algo tan sagrado como un juego. 

Me acordé de Maradona en el penúltimo (copas, y filosofía de vida) concierto de don Joaquín Sabina, quien ha burlado, incluso, a la muerte. Más que recordar, los versos de sus canciones vuelven como las oscuras golondrinas. Uno no canta, le pasa cuentas a la vida. 

Acabó mentiras piadosas y Sabina nos agradeció socarrón: “Cantáis tan bien y tan afinadito”, y supimos que “ya no cierro los bares ni hago tantos excesos” iba por nosotros. Recordamos nuestras épocas en la Calle Melancolía, que tenían razón las amantes (siempre) y que abril es un mes feliz, si lo canta el amigo de Chavela Vargas. 

Por primera vez, vi brillar los ojos de Sabina, como en el andén de una estación. Y como ocurre con las cosas que importan, uno se da cuenta, cuando ya han terminado. No digo el concierto. 

Digo esa España donde uno hacía amigos acodado en la barra de un bar, donde los camareros sabían más que los profesores, donde los toreros (José Tomás es uno de sus mejores amigos) se rebelaban, en lugar de aplaudir a los señoritos. Esa España, con qué ganas se pronuncia, donde el arte y la picaresca daban palmas con cuatro gitanos en un tablao.  

Ahora le ponen la morocha a los niños en el patio, ni existe el Hispano Americano y el algoritmo manda más que el gobierno. Tarareé canciones con empresarios blandengues, divorciados arrejuntados, varios borrachos y nostálgicos. Me acordé de Maradona porque pensé “la vida es un juego”. Aunque ya lo habrá escrito Sabina.