

De lo vivido el sábado en Pinilla quedan sensaciones, en general buenas sensaciones, instalemos la cabecica en el optimismo, que ya está el mundo como está como para no sonreír, o directamente reírse según se prefiera. Paseando por Teruel quedaba claro que la provincia soriana ese día era la número uno en despoblación, estaban todos en nuestra ciudad, la presencia de aficionados impresionaba, familias, gente de edad y evidentemente jóvenes que sin duda era el segmento más abundante; cánticos, alegría y paseos, por supuesto cervezas o refrescos, esto nos lleva a la alegría que supuso para la hostelería turolense este partido de play-off.
Me decía un hostelero que esto podía ser todos los domingos, le indiqué que en todo caso cada quince días que es cuando se juega en casa, salvo excepciones del calendario, y de paso me permití el atrevimiento de indicarle que sería bueno que la hostelería como gremio colaborara con el CD Teruel, teniendo en cuenta que sería una relación que se retroalimentaría, y ahí vino la primera torcedura de morro. La segunda no tardó mucho, fue cuando planteé hacer a los establecimientos hosteleros socios del club, sin duda un comienzo de colaboración, y allí lo dejé con el morro en fase de reagrupamiento y yo a lo mío que era que Fernando Fabregat me arreglara el teléfono.
Ese fue pues un día de comidas no solo para los llegados de Soria, también muchas cuadrillas turolenses aprovecharon para comer juntos y calentar motores para el partido, en suma, la exaltación de la amistad, eso que tanta demostración y arraigo tiene el sábado de La Vaquilla. Ya la entrada de Pinilla era un clamor, que digo uno, cuatrocientos clamores, por un lado la afición soriana por otro el enorme recibimiento a los suyos que hicieron los aficionados rojillos con el Frente Mudéjar en primera línea. Y ya en el acceso al campo cañas, jolgorio y rock and roll ¡Qué majos tod@s!
En Pinilla en los minutos previos al partido estuve hablando con Lucas Beltrán, bien majo es este chaval, se nota que es turolense por los cuatro costados, lleva al Teruel en el ADN, estuvimos hablando de lo grande que fue el partido de Palma, de cómo el equipo estuvo sereno y sabiendo lo que tenía que hacer, de la alegría en los goles, cómo las imágenes de televisión no permitían ver a Lucas abrazado con sus compañeros y con una alegría inmensa, qué queréis que os diga, estas son las cosas buenas del fútbol, suponen un chute de buen rollito.
El campo lleno, el Teruel a lo que sabe hacer, que no es otra cosa que jugar un buen futbol, y el Numancia a lo suyo, que no es otra cosa que no dejar jugar, intentar imponer el modo rocoso, el muro, nada debería habernos sorprendido, se limitó el bueno de Aitor Calle a clonar el plan del Atlético Baleares “Si eso ya resolvemos en casa”, y pese a tanta muralla, el Teruel pudo romperla, el mundo rojillo debe estar contento con el rendimiento de sus jugadores, se intentó y casi se consigue; una vez más Unai Mendia movio el árbol como dice acertadamente Tomás Santos, cambió posiciones, metió frescura, que sabe lo que se hace el buen hombre, esto queda claro. Y alienta al optimismo porque conoce la aptitud de sus pupilos, sabe que en la vuelta frente al Numancia no hay nadica de miedo.
Por cierto: Enrique Molina y Esther Fortea han dejado la junta directiva del CD Teruel, lo cual creo que es una mala noticia. De entrada porque tampoco es que salgan voluntarios a patadas para formar parte de la misma, sin pasar por alto que la labor que desarrollaban ambos se dejaba sentir de forma eficaz. Alguno dirá que no hay nadie imprescindible, y así ha sido desde que el mundo es mundo, pero tampoco estamos para tirar esfuerzos más que nada porque en un club como el Teruel cuando alguien se encarga de algo, no deja de ser una tranquilidad para el resto. Tras un incidente sufrido por Esther Fortea en el partido contra el Atlético Baleares, no se han sentido respaldados por el presidente y han dejado la junta. Creo que es una mala noticia, insisto, en estos colectivos el primer mandamiento es diálogo y sumar, incluso con la estridencia del marrón caramelo y paño azul celeste. Ahora a pensar en Soria, con música de María Jesús y su acordeón y después a ver qué se va contando Juanra.