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Budelli Budelli
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Javier Lizaga

¿Qué sentido tiene? La pregunta se repite. De Aristóteles a Platón, de Heidegger a nosotros mismos hace dos minutos. La única conclusión filosófica es que no hay una respuesta. La vida real, en cambio, es rotunda. ¿Qué diría Marco Morandi? Igual han leído su historia. Unos amigos que alquilan un catamarán y una isla idílica, Budelli (búsquenla). La típica en la que dices: “me quedaría para siempre”. Marco se quedó. De profesor de Educación Física a eremita. Con cuatro maderas se hizo una casa y se convirtió en el único vecino de una isla de 1.6 kilómetros cuadrados. Durante 32 años. Solo, sí, solo. 
Su historia cambió en un despacho, como todas las que acaban mal. En 2016,  su isla pasó a formar parte del Parque Nacional de la Magdalena. Supongo que sería algun burócrata. Alguien revisaría las normas y diría: “tiene que marcharse”. El motivo es que no puede vivir en una zona protegida. Los pescadores defienden que Marco ha evitado desde incendios a robos, recoge basura y evita despropósitos medioambientales. Los que lo echan por “su impacto” defienden que habrá un servicio de guías e instalarán camaras para la videovigilancia por toda la isla. 
Marcó me llevó a Rebeca. Ella se topó con una frase pintada en la acera: “¿eres feliz?”. Era el final de un día de prisas, ruidos, presión…en Zaragoza. Se detuvo y paró también su vida. A los pocos días estaba en Monforte de Moyuela (30 vecinos). En el camino había dejado de ser psicóloga para ser pastora. Le encanta, asegura, escuchar el viento por las noches y tener tiempo. Pero su aventura solo había comenzado. Le denegaron el primer permiso por estar a menos de un kilómetro de las ruinas de un castillo, el segundo por estar cerca de un futuro parque eólico,...un año y medio de trámites y la certeza (su historia esta en la revista Mallata) de que la voluntad por repoblar es palabrería, si lo comparamos con las facilidades que se les da a las grandes empresas, que hacen y deshacen pueblos.
¿Qué les parecería más loco a nuestros abuelos? ¿La vida de Marco y Rebeca o la de instagram, el metro lleno y la desconexión con la naturaleza? ¿Quiénes somos locos o quienes cuerdos? Para Heidegger cada persona conoce desde su experiencia. Somos lo vivido. Y la experiencia cada vez más común es que hay más barreras a las personas que al dinero. Y eso si que no tiene sentido.