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Javier Lizaga

Empieza uno a pensar que puntúa ser dictadura. En Barcelona, estaban citados los mequetrefes del COI aquel 24 de abril de 1931. La proclamación de la Segunda República (10 días antes) les hizo tener miedo: medio centenar no apareció y se decidió votar la sede por correo. Y así se adjudicaron los Juegos Olímpicos a Berlín, que dos años después se convertiría en capital del nazismo. Empiezas en plan señoritingo para evitar tumultos y acabas aupando a Hitler.

Los manejos son casi tan viejos como los Juegos o los Mundiales. Cuenta el periodista Thibaut Leplat que el 23 de noviembre de 2010 Sarkozy sentó en una mesa a Platini, presidente, entonces, de la Uefa y al emir de Qatar.  A los diez días Qatar se llevaba el mundial y  compraban el Psg, la cadena Bein y así, hoy, las grandes empresas del IBEX francés poseen capital qatarí.

El resultado ha sido un mundial en noviembre, sin cervezas ni derechos humanos, según el resumen estereotipado y para todos los públicos. Pasto fácil para indignaditos occidentales. Pero la mierda siempre está tras los focos. ¿Alquilarían los qataríes sus palacios o mezquitas a Europa para hacernos una discoteca?

Maradona, cuenta Valdano, se jugó con él que los periodistas no tenían ni idea de fútbol y como prueba, dijo, cuando les lanzara el balón se lo devolverían con la mano. Así fue. Hobsbawn decía que si el fútbol es una religión, Maradona es dios. Eso no se lo contaron a los qataríes, que han podido comprar muchas cosas, pero no el hambre de los ecuatorianos, que humillaron ante todo el mundo a la selección qatarí.

Esos jugadores, alguno con 9 hermanos y vidas complicadas, nos devolvieron un poco de dignidad. Les recordaron a esos politicastros que se arrodillan ante el dinero de los jeques, que no todo se puede comprar. Pequeña victoria. La duda es si el mundial será una lavada de cara o un recordatorio. Igual que las de Berlín se llaman las Olímpiadas Nazis, esperemos que se recuerde esta vergüenza. Es decir que afuera, como pasa en el campo, no ganen los de siempre. Sean qataríes o corruptos europeos.