

Memoria rebeldía y sobre todo lucha por los derechos LGTBI
Te estoy amando locamente (2023) de Alejandro Marín, la otra transiciónEs posible que todavía falten películas sobre la transición española, es posible que alguna pueda poner negro sobre blanco a ese momento del que ahora algunos hablan como si todo hubiera sido maravilloso, un remanso de paz y alegría sin problemas y sin prejuicios. Pero lo cierto es que películas como están nos recuerdan que en 1977 todavía estaba vigente la Ley de peligrosidad social, uno de los más paradigmáticos ejemplos de leyes tipo de una dictadura, que la libertad de reunión y asociación caminaban ya por la sociedad española pero no la libertad de amar, algo tan fundamental en los seres humanos.
La ciudad de Sevilla 1977 en una producción que une la historia central de amor entre madre e hijo, pero que da luz a un momento importante sobre la lucha colectiva para que la sociedad y las estructuras del Estado reconozcan la libertad sexual, todo el desarrollo de la historia obedece al magnífico guión de Ana Garrido en una trama que tiene un desarrollo luminoso, un término que no para de repetir Alejandro Marín en todas las entrevistas, porque a la luz de la reivindicación hay que añadir efectos tan importantes como la fotografía de la mano de Andreu Ortoll.
Maravilloso reparto
Sin duda la interpretación que hace Ana Wagner de madre es sencillamente espectacular, como pasa de la mujer viuda, conservadora, con el deseo de que su hijo estudie una carrera a ser la madre coraje que defiende a ese hijo cuando es detenido por la policía, el delito llevar la cara maquillada, y es que Omar Banana el joven actor que interpreta a Miguel, es ese chico que quiere ser artista, y quiere gritar a los cuatro vientos su condición, su sueño es ir a Gente Joven, aquel programa de TVE que buscaba talentos, es una un chico de dieciséis años que quiere respirar libertad y que un buen día se encuentra con gente que siente como siente él.
Junto a ellos bordan sus respectivos papeles Alba Flores, Carmen Orellana, La Dani, Lola Buzón, Alex De la Croix, Jesús Carroza, Mari Paz Sayago, Manuel Morón y Pepa Gracia, unas interpretaciones que dan a la película esa luminosidad de la que hacíamos referencia al principio y que es santo y seña para Alejandro Marín, detalles especiales son por ejemplo la interpretación de Jesús Carroza como Padre Manolo, el cura que permite las reuniones discretas del colectivo en los bajos del Palacio Episcopal de Sevilla. Me confieso admirador de La Dani, su papel en la película transmite la seguridad de alguien que tiene claro dónde está y de donde no se va a mover, brillante es su interpretación de A tu vera copla de Rafael de León y el maestro Solano que inmortalizó en la película El balcón de la luna Lola Flores, su trabajo en esta producción le supuso el premio Feroz a mejor actor secundario.

Sentimientos a flor de piel
Conviene insistir que en la España de 1977 seguía activa la Ley de peligrosidad social, que fue aplicada por el régimen franquista a miles de ciudadanos y ciudadanas; muchas personas de este país vivieron bajo el terror de no poder mostrarse tal cual. Si hay un momento que podría calificarse de espeluznante no es otro que la visita que realiza Miguel el protagonista al psiquiatra y como éste recomienda un tratamiento de descargas eléctricas para supuestamente curar la homosexualidad, y alguno ahora tiene miedo de ir por el centro, eso sí que daba miedo, eso era lo que hacía la llamada gente de orden con personas a las que calificaban de enfermos, por eso la película refleja de una manera clarividente lo que es la represión de la libertad por parte de la dictadura.
Por eso es maravillosa la escena en que Ana Wagner ya comprometida con la defensa de su hijo tira todos los expedientes al Guadalquivir, es más que un gesto de de lucha, es elevar la normalidad en un país que distaba todavía mucho de ser normal. La primera manifestación por la libertad de los colectivos gay y lesbiana en España fue en Barcelona, con gran éxito de participación, tras lo acontecido en la capital catalana la llama prendió en distintos puntos de España, recordemos que la Ley de peligrosidad social, una ley de 1970 que refundía el texto de la anterior Ley de vagos y maleantes, fue abolida formalmente por la ley 10/1995 del nuevo Código penal.
Es cierto que Te estoy amando locamente tiene un cierto toque de humor inglés, ese género tan de las islas, donde se une lo familiar y el entorno social, el directo malagueño reconoce que hay ciertos paralelismos con Billy Eliot una película donde se plasma la relación paterno filiar, y sobre todo debe mencionarse Pride una cinta de 2014 basada en hechos reales cuando un colectivo LGTBI decide apoyar a los mineros en las huelgas de 1984-85. Tampoco hay que olvidar el Goya a Rigoberta Bandini por el tema Yo solo quiero Amor, que forma parte de la banda sonora de la cinta.
Mucho más que una película sobre la lucha de los colectivos Gay y Lesbianas en España, Te estoy amando locamente tiene reflejos de ese momento sí, pero también la intrahistoria de seres humanos por ser felices, por luchar por los derechos, por esa libertad de poder salir a la calle tal cual es una persona, teniendo en cuenta lo difícil que para muchos ha sido ante insultos, menosprecios y represión, hubo un tiempo en esta ciudad que por el simple hecho de estudiar carreras como Bellas Artes, Diseño de moda o Historia del arte ya se activaba el insulto fácil y el menosprecio, todo hay que decir por parte de personas que no iban muy sobradas de conocer mundo ni de neuronas.
Esta es una película importante en los tiempos actuales, han sido años de reivindicaciones que ahora corren peligro, me quedo con una reflexión que hace Alba Flores, cuando señala que es tremendo que en los tiempos actuales todavía haya que estar en guardia ante los ataques a personas LGTBI; la película se ambienta en la España de 1977, no conviene olvidar que en la misma España pero la de 2021 Samuel Liz un joven de 24 años fue asesinado a golpes al grito de Maricón.