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La verdad está ahí afuera La verdad está ahí afuera

La verdad está ahí afuera

José Baldó

Lo recuerdo con claridad. Tenía siete años cuando mi padre llegó a casa con un libro que se alejaba de su habitual dieta lectora de novela negra y thrillers convencionales. El volumen llevaba por título Comunión: una historia real y en él, su autor, Whitley Strieber, recogía su supuesta vivencia personal como víctima de una abducción extraterrestre. El dibujo que ilustraba la portada del libro se convirtió en una imagen recurrente de mis pesadillas: un ser con el rostro alargado, facciones angulosas y unos ojos negros y almendrados que invitaban a perderse en la inmensidad del espacio profundo.

Pasaron algunos años hasta que tuve el valor suficiente para hojear las páginas de aquel libro y lo hice motivado por la fiebre ufológica que despertó la llegada a nuestro país de una serie de televisión irrepetible. El 10 de septiembre de 1993 se estrenaba Expediente X, aunque en España tuvimos que esperar hasta marzo del año siguiente para disfrutar del primer episodio en Telecinco. A lo largo de 11 temporadas y dos largometrajes, los agentes del FBI Fox Mulder y Dana Scully se ocuparon de investigar casos insólitos que no tenían una explicación racional. Fenómenos paranormales, criaturas extrañas, avistamientos de ovnis y demás misterios se daban cita cada semana en esta serie, hoy considerada de culto por millones de fans en todo el planeta.

Caprichos del destino, este verano los noticiarios abrían con las sorprendentes declaraciones de militares y oficiales de inteligencia estadounidenses acerca de la existencia en su país de naves y restos biológicos extraterrestres.

Un golpe de efecto que trae a la palestra una renovada pasión por el fenómeno OVNI (rebautizados ahora como FANI, “fenómenos anómalos no identificados”) y que se suma a la celebración por el 30 aniversario de la mítica Expediente X.

Durante las últimas semanas he recuperado mis episodios favoritos de la serie y puedo afirmar, sin rubor alguno, que estamos ante una de las experiencias más gozosas que un espectador desinhibido y fanático del género puede vivir ante la pequeña pantalla. Heredera de los detectives de lo oculto que poblaron la literatura fantástica del siglo XIX y la primera mitad del XX (con Van Helsing, John Silence o Carnacki a la cabeza), Expediente X toma el relevo de la seminal En los límites de la realidad y bebe los vientos por el thriller conspiranoico que eclosionó en los 70 con films como Todos los hombres del presidente.

Nadie te salvará

Sin apenas ruido, el pasado viernes se colaba entre los estrenos de la semana una modesta película de terror y ciencia ficción destinada a convertirse en un clásico del género. Disney+ incorporaba a su catálogo el título Nadie te salvará, una historia de supervivencia donde una joven debe enfrentarse a un ataque extraterrestre y, al mismo tiempo, plantar cara a un pasado traumático que la atormenta y le impide seguir con su vida.

Un ejercicio de estilo que huye de los tópicos y nos regala una de las interpretaciones femeninas del año. Lo que consigue la actriz Kaitlyn Dever en menos de 90 minutos de protagonismo absoluto y ¡sin diálogos! es una proeza que hermana Encuentros en la tercera fase y La invasión de los ladrones de cuerpos con ejemplos del terror home invasion más reciente como Hush.

La actualidad marca los tiempos y cada vez estamos más cerca de conocer si hay vida en otros planetas. Hasta que llegue la gran revelación, me quedo con la famosa frase que pronuncia Jodie Foster en el clásico moderno Contact: “si solo estamos nosotros en el universo… ¡cuánto espacio desaprovechado!”.